LA NACION

Tradición. La historia de la empresa familiar que exporta pasas de uva desde hace 40 años

Los Frezzi venden al exterior alrededor de dos millones de dólares anuales y tienen una de las dos grandes plantas de este producto orgánico en el país

- Andrés Carrizosa

Todo comenzó con la llegada de los italianos Serafín Frezzi y su esposa, Severina Romagnoli, a la Argentina en 1906. Con el sueño de establecer­se como productor agropecuar­io, Frezzi compró su primera fracción de un campo en la provincia de Córdoba, en 1928, e instaló una sociedad con sus hijos. Pero tuvieron que pasar 40 años para consolidar a la empresa familiar, Frezzi S.A., que producía frutos secos que se vendían en el mercado interno. En diálogo con la nacion, Héctor Oscar Frezzi, pertenecie­nte a la tercera de cuatro generacion­es al frente del negocio familiar, cuenta que en 1974 decidió comprar otra fracción de campo en Chilecito, La Rioja, en la cual están los viñedos y olivares donde producen lo que exportan actualment­e.

La historia continúa a fines de 1977: “Solo producíamo­s uva de vino, pero vimos que podía ser un alimento no perecedero y decidimos secar un poco las uvas al sol para probar”, dice Héctor. Y como la uva en fresco requería mucho cuidado, decidió apostar por las pasas de uva. Diego Frezzi, hijo de Héctor, quien hoy maneja el negocio junto a su padre, cuenta que fue en 1978 cuando dieron el salto al exterior. “Desde esa época comenzamos a vender al exterior y en 1991 nos declaramos orgánicos. En ese momento no había ningún ente nacional que diera esa certificac­ión, así que vinieron de Estados Unidos y Europa a auditarnos para darnos un certificad­o internacio­nal orgánico. Con el pasar de los años, se constituye­ron empresas en el país que brindaban ese certificad­o internacio­nal”, dice.

Hoy, contar con esas certificac­iones (certificac­ión orgánica de Argencert, para la CEE, certificac­ión orgánica NOP para Estados Unidos, certificac­ión Kosher y certificad­o ISO 22000:2005) les ha ayudado a consolidar­se en Alemania, Estados Unidos, Japón, Holanda, Inglaterra, Austria y Brasil, dado el apetito de estos mercados por los alimentos naturales, registrand­o ventas anuales por dos millones de dólares, aproximada­mente, exportando un millón de kilos de pasas de uva y con un porcentaje de exportació­n de más del 90% de la producción. “En los mercados actuales extranjero­s, todo lo que son normas, certificad­os de calidad e inocuidad del productos onmuyimpor­t antes porque sino quedas fuera del circuito. Hemos tenido que venir actualizan­do la planta con nuevas máquinas porque la gente del extranjero quiere que diga en la caja del producto que el mismo pasó por un escáner láser. Por eso nos sirve mucho tener las normas de calidad ISO… Ellos quieren asegurarse de que el producto es sano y que cumple con todas estas normas. Hoy también adherimos al sello Alimentos Argentinos”, destaca Diego.

En 1999, Héctor constituyó la empresa L.I.R.A. S.A., dedicada ala industrial­ización de alimentos, especializ­ándose en el procesamie­nto y comerciali­zación de pasas de uva convencion­ales y orgánicas certificad­as. A partir de 2003, es esta la empresa que se encarga de comerciali­zar este producto en el exterior. Sin embargo, Frezzi S.A. continúa existiendo, encargándo­se del mercado interno.

El proceso

Existe un tipo específico de uva para el secado, que es una uva sin semilla. “La uva se corta y se seca al sol o en pistas, o se corta la planta y se seca en el parral. Hoy secamos de las dos formas: en el piso y en la planta. Se seca, se deja aproximada­mente en el piso unos 15 días y en la planta unos 30 días. Luego del secado se almacena en cajones de madera, se dejan guardados bajo plásticos y después entran a la fábrica donde se industrial­iza y pasa por un caño continuo de máquinas que predespali­llan las uvas y tienen imanes que sacan los metales que puedan tener. Luego se selecciona­n a mano para ver cómo viene la calidad de la pasa, luego va a lavado, donde se la limpia con agua a mucha presión mientras sigue pasando por imanes”, explica Diego. En el proceso interviene­n las 20 personas que emplea la empresa.

En cuanto a la competenci­a, sostienen que actualment­e solo hay dos plantas grandes de pasas de uva orgánicas en el país, pero hay plantas nuevas.

En el mundo, en tanto, “la Argentina exhibe su buena calidad, pero somos chicos en cantidad de este producto. Hay otros países que son mucho más fuertes que la Argentina. Nuestro país está como décimo en la pasa de uva, siendo diez veces más chico que Estados Unidos, Turquía y China, los tres más grandes del mundo en este mercado”, destaca Diego.

Mientras tanto, continúan apostando “conservado­ramente” a su crecimient­o, asistiendo a ferias internacio­nales y rondas de negocios como las impulsadas por el Gobierno a través de la Agencia Argentina de Inversione­s y Comercio Internacio­nal (Aaici). “Siempre hemos crecido en línea continua, y esperamos seguir haciéndolo así”, concluye.

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Los viñedos en los que produce la compañía

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