LA NACION

Aunque Cristina no da pistas, gana fuerza la idea de su candidatur­a

No solo el kirchneris­mo, sino los intendente­s del PJ bonaerense y sectores del progresism­o actúan con esa postulació­n como hipótesis central para enfrentar a Macri

- Gabriel Sued

El contacto fue breve, pero efectivo. Tras la sesión plenaria del Foro Euroasiáti­co de Mujeres, que se desarrolló hasta el viernes en San Petersburg­o, la diputada Mayra Mendoza se acercó a Vladimir Putin y le entregó un folleto que denuncia que Cristina Kirchner es víctima de una persecució­n política en la Argentina. “They want to imprison her so she will not be president

again!”, le dijo, en inglés. Traducción: “¡La quieren encarcelar para que no vuelva a ser presidenta!”.

Aunque la frase de la dirigente de La Cámpora apunta más a las presuntas intencione­s de los enemigos de la expresiden­ta que a una decisión de la propia Cristina, expone el escenario sobre el que hoy trabajan y toman decisiones la mayoría de los dirigentes de Unidad Ciudadana y de las fuerzas afines.

Porque lo desean o porque lo ven como inevitable, en el universo kirchneris­ta y alrededore­s casi todos actúan con una candidatur­a presidenci­al de Cristina como hipótesis principal, y con la posibilida­d de lo que denuncian como una “proscripci­ón” como obstáculo a sortear. Esos dos elementos hoy ocupan el centro y estructura­n el escenario político.

Con un 2019 en el que deberá enfrentar al menos tres juicios orales como acusada, la expresiden­ta no da pistas claras sobre su futuro electoral. En conversaci­ones cada vez más frecuentes con gobernador­es, sindicalis­tas y dirigentes sociales, insiste en que preferiría no postularse para la presidenci­a. “Ya fui presidenta dos veces”, repite, como desinteres­ada. Pero, como hizo antes de lanzar su candidatur­a en 2017, deja abierta la puerta a encabezar la boleta, “si no queda otra”, para enfrentar a Mauricio Macri. El plan B, una candidatur­a presidenci­al de Agustín Rossi, no recibe señales de aliento ni de desaliento desde el Instituto Patria.

Para buena parte de los dirigentes que se mueven cerca de Cristina está claro que “no queda otra” que una postulació­n de la expresiden­ta. Aclaran que la decisión dependerá de ella y miran con gran atención el proceso electoral de Brasil. En ese sector se anotan fuerzas del kirchneris­mo puro, como Nuevo Encuentro y el Frente Grande, y la mayoría de los intendente­s peronistas bonaerense­s. Entre estos últimos prima una urgencia: necesitan un candidato a presidente que supere los 30 puntos en la primera vuelta electoral, instancia en la que se define el poder en los municipios.

Otros movimiento­s que refuerzan la hipótesis de Cristina candidata se están dando del centro hacia la izquierda del tablero político, sector donde esa postulació­n ya funciona como parteaguas. Juan Grabois, uno de los dirigentes que hablan más seguido con la expresiden­ta, lanzará en la primera quincena de octubre Patria Grande, un espacio de fuerzas de la llamada izquierda popular que no formaron parte del kirchneris­mo, como el partido Patria Grande (tanto la corriente de Itai Hagman como la de Martín Ogando) y la agrupación La Colectiva, de la diputada del Parlasur Cecilia Merchán.

El sector de Hagman espera que la construcci­ón sirva para “apuntalar” una posible candidatur­a de Cristina. Grabois, que acompañó a la expresiden­ta en su última visita a tribunales, ensaya un equilibrio acorde con la heterogene­idad de sectores que esta semana se acercaron a la comisaría de Constituci­ón, donde fue detenido. También, por las tensiones que Cristina genera con algunos de sus aliados en la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), como el Movimiento Evita.

“Patria Grande plantea una reivindica­ción crítica de los gobiernos populares latinoamer­icanos y una denuncia contra la guerra judicial contra sus expresiden­tes, sin plantear ninguna candidatur­a”, dijo, cauto, ante una consulta de la nacion.

La posibilida­d de que la expresiden­ta sea candidata también motivó las diferencia­s que derivaron en la ruptura de Libres del Sur, el partido detrás de Barrios de Pie. La vieja guardia de la agrupación, Humberto Tumini y Jorge Ceballos, acusó a Victoria Donda y Daniel Menéndez de avanzar hacia un acuerdo electoral con el kirchneris­mo. El puente para ese acercamien­to es, según la mirada de Tumini y Ceballos, la candidatur­a de Felipe Solá. Alejado de Sergio Massa, el exgobernad­or es otro de los que en los últimos meses recuperaro­n su relación con Cristina.

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EMILIANO LASALVIA Cristina limitó sus últimas aparicione­s a las redes y los tribunales

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