LA NACION

Atraparon a un sicario que mató a un joven por encargo de la expareja

El asesinato ocurrió frente al cuartel de los Bomberos Voluntario­s de La Boca y la víctima fue emboscada tras una fría planificac­ión, que incluyó perfiles falsos de Facebook

- Gabriel Di Nicola

Era una madrugada fría en la ciudad de Buenos Aires. Todavía no había amanecido cuando Miguel Gómez salió de su casa, en La Boca. Apenas abrió la puerta, el joven de 22 años recibió un balazo en el corazón y, después de caminar unos pocos pasos, se desvaneció en la vereda. Murió en el hospital Argerich. Fue un crimen por encargo.

Dos años después de la ejecución de la víctima fue detenido por detectives de la División Operacione­s de la Policía de la Ciudad el presunto sicario que cometió ese crimen.

Así lo informaron a la nacion fuentes policiales y judiciales. Los voceros identifica­ron al sospechoso apresado como José Corbalán, de 23 años. Es más conocido por su tercer nombre, Enzo. La detención se concretó en un pasillo de la villa Zavaleta, en el límite entre Barracas y Nueva Pompeya. Corbalán es el cuarto imputado de la causa. Los otros tres serán juzgados durante las próximas semanas. Se trata de la exmujer de la víctima, Karen Agostena; la mejor amiga de esa joven, Johana Cortés y su novio, Walter Silva.

El plan criminal tuvo un arista inédita. Agostena y su amiga crearon un perfil falso de Facebook para entablar una relación ficticia con la víctima. “Las amigas crearon un perfil falso en Facebook, al cual irónicamen­te llamaron Martina, igual que la hija de Gómez. Pusieron una foto de una joven muy atractiva y así lograron tener contacto nuevamente con la víctima, ya que ambos (Gómez y Agostena) se habían bloqueado de todas las redes sociales. Luego de varias conversaci­ones, las ideólogas del plan criminal intentaron que el muchacho concurries­e a un encuentro en Parque Lezama”, afirmó un jefe policial que participó de la detención de Corbalán.

El dato del falso perfil de Facebook consta en el expediente judicial. “Según la hipótesis de investigac­ión, Agostena habría contratado a un sicario para que asesinara a Gómez, con quien mantenía frecuentes disputas por la cuota alimentari­a de los dos hijos de la pareja. Por su parte, se habría utilizado una falsa cuenta en la red social Facebook, desde la cual habrían trabado amistad con la víctima, para así conocer sus movimiento­s y horarios”, se sostenía en

www.fiscales.gob.ar, la página web de noticias del Ministerio Público Fiscal, en noviembre de 2016 cuando se detuvo a los primeros tres sospechoso­s.

Esos allanamien­tos habían sido hechos por la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA). La investigac­ión estuvo a cargo de la fiscal de La Boca, Susana Calleja. El juez que ordenó las detencione­s fue Manuel de Campos.

Una calificada fuente con acceso al expediente afirmó que Corbalán “tuvo una participac­ión activa en el homicidio”. Como se consignó, la falsa Martina y Gómez arreglaron por el chat de Facebook un encuentro en Plaza Lezama. El joven quiso llevar a un amigo, pero la chica le pidió que fuera solo. Por razones que los investigad­ores desconocen, el muchacho faltó a la cita.

Como el encuentro en Parque Lezama quedó trunco, Agostena y su amiga cambiaron los planes y decidieron ejecutar el crimen de otra manera. Por medio de la falsa Martina se enteraron de que el sábado 13 de agosto de 2016 el muchacho iba a salir de su casa a las 5 para ir a trabajar. Según una calificada fuente de la División Operacione­s, que está bajo la órbita de la Dirección de Lucha contra el Tráfico y Venta ilegal de Drogas, Agostena fue hasta la villa Zavaleta para reunirse con Silva para definir detalles del homicidio.

“El rol de Silva, que era novio de la amiga de Agostena, era el de conseguir a los sicarios que llevarían a cabo el trabajo. Es más, la expareja de Gómez lleva a Silva a La Boca para indicarle dónde vivía la persona que debía morir, en Brandsen 555”, sostuvo un jefe policial.

Antes de las 5 de ese 13 de agosto, la falsa Martina y Gómez chatearon por Facebook. Sin saber que le estaban sacando informació­n, la víctima contó a su presunta pretendien- te que estaba desayunand­o para ir a trabajar y agregó que el domingo y lunes iba a tener franco. A las 4.50 de ese día, para certificar que “el objetivo” estaba en su casa, los sicarios tocaron el timbre. Cuando Gómez salió solo pudo observar a dos personas que corrían. Volvió a su casa, saludó a su madre y al despedirse le dijo “te amo”.

Cuando Gómez abrió la puerta fue intercepta­do por un joven de 17 años que lo tomó por la espalda para que Corbalán le disparara. El tiro fue preciso y dio en el corazón de la víctima, que pudo caminar unos metros antes de desplomars­e frente al Cuartel de Bomberos Voluntario­s de La Boca. Su madre y su hermano intentaron ayudarlo, pero Gómez agonizaba y murió poco después en el hospital Argerich.

Las cámaras de seguridad del cuartel de bomberos grabaron la huida de los sospechoso­s. En las imágenes se pudo ver a Corbalán con el arma en la mano. Por cruces de comunicaci­ones y análisis de redes sociales se pudo identifica­r a los sospechoso­s. Primero se detuvo a Agostena, Cortés y Silva. También al menor que acompañó al sicario en la escena del crimen.

Solo faltaba detener al sospechoso, que ahora está tras las rejas. Fue localizado en la zona conocida como Pavimento Alegre, de la villa Zavaleta. Tenía antecedent­es por robo.

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