La cohesión social
Desde chico escuché decir a nuestros mayores que la argentina era un país de futuro venturoso porque tenía una proporción alta de clase media con buen nivel educativo, y porque además no habíamos atravesado guerras. Hasta se comparaban esas características con los de algunos países europeos, y la argentina se proyectaba por encima de muchos de ellos. Éramos la sexta o séptima potencia mundial, casi no teníamos analfabetos y contábamos además con una matrícula universitaria de las más altas del mundo y una estructura social cohesionada. Esto último fue lo que permitió aquel posicionamiento. Desde hace más de 50 años he visto ir profundizándose cada vez más el quiebre de ese fenómeno sociológico denominado “cohesión social”.
Hace unos años que se alude a una “grieta” que divide a los argentinos. Se le ha dado un significado político. Sin embargo, el tema es más grave aún. Lo que verdaderamente ocurre en nuestro país es una ruptura de la cohesión social, ese concepto sociológico que va más allá de lo político y penetra profundamente en la cultura, en los estilos de vida, en los valores y las creencias de la población, y que no se resuelve con la recuperación o la mejora de la macro o de la microeconomía. La pérdida de la cohesión social en una sociedad es el equivalente a lo que en la ingeniería sería la ruptura del encofrado en un edificio. a la corta o a la larga, el edificio se desplomará. Es lo que le ocurre a la sociedad argentina. Hace años que se ha venido desintegrando social y culturalmente.
Para hacer buena política en el futuro próximo, habrá que comenzar por construir los nuevos cimientos. Y esta nueva realidad ya no la veré, pero al menos aspiraría a que pudieran verla mis nietos. Víctor Parigi Dni 7.597.106