Una relación con los sindicatos más acorde a los nuevos tiempos
En nuestras empresas y emprendimientos solemos usar una herramienta de análisis estratégico conocido por su sigla FODa (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas). cuando evaluamos la relación sindical, solemos colocarla como una amenaza, pero desde mi mirada prefiero incluirla en el cuadrante de las oportunidades. Veamos por qué.
la actividad sindical en la argentina tiene más de 120 años de tradición y supera el medio siglo de garantía constitucional desde su inclusión en el artículo 14 bis en 1957 (reforma constitucional de gobierno de facto), luego ratificada en la reforma de 1994. En nuestro país el 70% de la población laboral está bajo representación sindical, muy por encima de los Estados Unidos con el 11%, pero igualados a Suecia con 68% y muy próximo a otros países de la Unión Europea como Dinamarca, italia, España Francia y alemania, según datos de la OcDE 2017.
El movimiento sindical en argentina no goza de la mejor reputación, generalmente se lo vincula a acciones extorsivas, prácticas poco democráticas como la reelección indefinida de sus dirigentes, disputas de poder por encuadramientos de convenio, manejo deficitario de las obras sociales entre los mas importantes. la mirada de los trabajadores hacia el mundo empresario también es non-sancta, se cree que las empresas evaden impuestos y precarizan el empleo, que la eficiencia productiva siempre busca despedir a trabajadores y se ajusta por el salario a la hora de bajar costos. así a lo largo de los años se nos ha hecho cada vez más difícil construir consenso y una relación sostenible entre empresas y sindicatos.
pues bien, desde esta perspectiva muchas decisiones estratégicas empresariales han pasado por construir negocios Sin sindicatos. El objetivo sería una operación Union Free (libre de sindicatos), de esta manera se neutralizaría esa amenaza. algunos negocios han sido exitosos implementándola en el corto plazo, pero tarde o temprano la puja capital-trabajo golpea la puerta con fuertes tensiones disruptivas, poniendo en jaque la continuidad de los negocios.
la contrapropuesta es generar una estrategia de crecimiento cOn el sindicato. la relación sindical debería SEr parte del negocio y una variable clave para el éxito; negarla, aniquilarla o considerarla una amenaza, es un gran primer paso rumbo al fracaso mientras que entenderla, respetarla y gestionarla, es un primer gran paso para una construcción positiva y colaborativa. Esto para nada implica aceptar la extorsión, la altanería, la violencia, ni dejar de solicitar reglas claras, modernización y democratización genuina de las instituciones sindicales.
Ser eficientes en el manejo de las negociaciones con los sindicatos no será obra del azar y la buena voluntad, requiere preparación y entrenamiento a través de un protocolo de relación sostenible que cuenta con algunas pautas:
●Una cultura genuina y constructiva, de diálogo colaborativo y de respeto a la actividad sindical.
●profesionalizar la gestión sindical, no solo en rrHH sino en todo el equipo de liderazgo
●Establecer procesos de negociación que sean independientes de las personas
●Mesa de diálogo y concertación con agenda siempre viva donde la discusión salarial es un tema más
●conciliar corto y largo plazo.
●Empoderar a mandos medios y la comisión interna para llevar la agenda operativa
●Darle previsibilidad al negocio
●la relación sindical es única – no se compara con ninguna otra, y por lo tanto requiere preparación.