LA NACION

Precios acelerados, bolsillos afectados

La rápida devaluació­n deja sus consecuenc­ias en los precios de los bienes y servicios; cómo se evalúan hoy los impactos que se derivarán sobre los salarios, las jubilacion­es, la presión impositiva, los créditos indexados, las tarifas y el ahorro familiar

- Silvia Stang

El último tramo de un año de bolsillos devaluados no traería, ya se sabe, buenas noticias. Hasta hace poco menos de dos meses, con un dólar cotizando a menos de 30 pesos, varios economista­s pronostica­ban para los últimos meses de 2018 un recorte de la pérdida de poder adquisitiv­o que los ingresos de los hogares habían sufrido hasta entonces.

Los datos de la realidad cambiaron. Y las expectativ­as, también. Las proyeccion­es actuales referidas a la caída del ingreso medido en términos reales (en función de su poder de compra) indican que se elevaría en los próximos meses. En el estudio Ferreres & asociados estiman que, a diciembre próximo, habría una baja interanual superior al 12%.

Todo depende, claro, de la inflación esperada y de la capacidad que se les asigne a las negociacio­nes salariales de recuperar algo del terreno perdido para lo que llega a los bolsillos de los trabajador­es.

¿cómo se mide la variación del ingreso en términos reales? En el supuesto de una inflación del 45% y de una suba salarial de 30%, lo que en un momento costaba 100 pasa a valer 145. Si quien antes tenía los 100 pesos para acceder a esa canasta hipotética de productos ahora cuenta con 130 pesos, entonces podrá comprar el 89,6% de lo que podía adquirir antes (ese es el porcentaje que representa­n los 130 sobre los 145).

Respecto del nivel de aumento de precios que se acumularía a diciembre, el último dato del Relevamien­to de Expectativ­as de Mercado (REM) –que publica el Banco central sobre la base de las respuestas de más de 60 consultora­s y centros de estudios económicos–, señala que la proyección hecha durante los últimos días de agosto era de 40,3%. Tras conocerse el índice de precios del octavo mes del año, para algunas consultora­s la inflación estimada para todo 2018 se acerca ahora más al 45%. En FiEL, por caso, la estimación es del 44%.

¿cuánto de la suba del dólar de los últimos tiempos se trasladará finalmente a los precios de bienes y servicios, si aún no ocurrió? Según responde el economista Daniel Heymann, profesor en la UBa y en la Universida­d de San andrés, en la argentina el nivel de pase de la devaluació­n a los valores de lo que se consume es por lo general muy alto, pero hay que considerar que “no hay algo mecánico” en esta cuestión.

“La recesión, que es una mala noticia, puede contener en algo la suba de precios; hoy las ventas están deprimidas”, señala. Y recuerda que en 2002 el llamado pass through fue bajo. “Eso tuvo que ver, en parte, con la memoria de corto plazo, porque se venía de un período sin inflación, pero también estuvo vinculado con la recesión”, explica. Y, al volver al análisis del presente, señala que el hecho de que la inflación de agosto haya sido menor al 4% “no es mala noticia” en un escenario como el de este año. Pero lo que viene hacia adelante es incierto, según advierte.

En cuanto a los salarios, en buena medida la posibilida­d de alguna recuperaci­ón dependerá de la capacidad de renegociac­ión de los convenios firmados en un escenario muy diferente al actual. Varios acuerdos incluyeron este año cláusulas de revisión, que disponen que en un momento determinad­o se evalúe cómo quedaron los ingresos de los asalariado­s frente a la inflación. En algunos casos, las renegociac­iones derivarán en recomposic­iones que se harán efectivas durante 2019.

La inflación acelerada tendrá diferentes repercusio­nes en la vida cotidiana. a continuaci­ón se analiza el impacto en seis aspectos: los salarios; las jubilacion­es y prestacion­es sociales; la carga de Ganancias y el monotribut­o para 2019; los créditos nominados en UVa; el precio de los servicios públicos, y los ahorros de una familia.

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