LA NACION

El Gobierno anunció ayer un recorte en los subsidios a la tarifa social y el fin de la bonificaci­ón por ahorro del consumo a los usuarios residentes.

Las nuevas medidas comenzarán a regir a partir del lunes

- Sofía Diamante

A la espera de que se confirme el nuevo cuadro tarifario del gas, que comenzará a regir a partir del próximo lunes, el Gobierno anunció ayer un recorte en los subsidios a la tarifa social y el fin de la bonificaci­ón por ahorro del consumo a los usuarios residencia­les. Además, se eliminaron los topes de aumento establecid­os sobre los montos finales de las facturas, que en los casos de usuarios residencia­les (R1) eran de 300%, siempre que el monto total de la factura superara $250.

Las medidas, publicadas en la resolución 14/2018 del Boletín Oficial, tienen como fin aliviar las arcas del Tesoro, luego de que aumentaron los subsidios económicos destinados al sector. El gas se comerciali­za en dólares y el tipo de cambio aumentó a un ritmo imposible de trasladar a precios. Pero el Gobierno, por otro lado, tiene como meta lograr el equilibrio fiscal el año que viene.

Una de las formas de ahorrar que decidió el Gobierno está vinculada con las tarifas sociales, que ahora tendrán un máximo de consumo bonificado, dependiend­o la zona regional. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el máximo serán 87 metros cúbicos, que reflejaría el consumo de una familia promedio. Los usuarios que reciben tarifa social deberán abonar el excedente de ese consumo.

Por otro lado, ya no habrá más una bonificaci­ón del 10% para los usuarios que consuman un 20% menos que en el mismo período del año anterior. Según el Gobierno, mantener el esquema de bonificaci­ón por ahorro “implicaría una erogación de $2350 millones para el próximo ejercicio presupuest­ario 2019”, por lo que “frente a la necesidad de hacer un uso más eficiente de los recursos previstos, correspond­e dejar sin efecto” ese beneficio.

Finalmente, se decidió reducir las categoriza­ciones residencia­les, R1 y R2 y R3. “En realidad el gas que va a residencia es el mismo. La concepción original era utilizar un precio de gas distinto para residencia­les, otro para pequeños comercios, para industrias y para usinas, que se mantiene”.

A partir del próximo lunes se espera que las tarifas de gas aumenten un 30%. Dentro de las boletas, en promedio, el 50% del peso de la factura es el valor del gas. Casi un 15% es distribuci­ón, un 10% es transporte y lo que queda son impuestos (un 21% por IVA y el resto Ingresos Brutos y otros tributos provincial­es o municipale­s).

Las productora­s (YPF, Tecpetrol, Total, etc.) tendrían un aumento del 40%, que compensarí­a en parte la devaluació­n del peso. Por otro lado, las distribuid­oras y transporti­stas obtendrían un incremento del 20%. En total, la factura de gas sufriría un alza del 30%. Además, se decidió avanzar en una tarifa plana; es decir, que el consumo de invierno se pueda pagar durante todo el año para compensar el alza del precio de gas en la época de mayor demanda.

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