Las idas y venidas reabrieron heridas viejas en el oficialismo
La resolución de Iguacel dejó expuestas las diferencias; los detalles del cambio de postura
“¡No dejan vivir a la gente en paz! Lo de hoy [por ayer] fue un papelón”. La frase, que pertenece a uno de los dirigentes de Cambiemos con mayor responsabilidad institucional, se refiere a las decisiones que tomó el Gobierno en los últimos cinco días. El manejo de la decisión sobre el aumento retroactivo del gas recalentó las tensiones internas.
Pese a la controversia que generó la resolución y los pedidos para que el secretario de Energía, Javier Iguacel, diera un paso al costado, el presidente Mauricio Macri lo sostuvo en el cargo. “Hizo lo que tenía que hacer y Macri coincide con él”, justificaron fuentes oficiales.
Después de negar modificaciones durante cuatro días, el Presidente finalmente aceptó dar marcha atrás y resolvió que será el Estado –y no los usuarios– el que se hará cargo de los aumentos adicionales en la tarifa del gas que los contribuyentes comenzarían a pagar en 24 cuotas a partir de enero.
Las quejas dentro del Gobierno y del radicalismo terminaron forzando la modificación. El principal argumento para quebrar la resistencia del Presidente fue que la oposición, en especial el peronismo llamado racional, puso en duda el apoyo para la aprobación del presupuesto. Hoy, la prioridad número uno de la Casa Rosada.
“Preservamos el presupuesto, se mantuvieron los contratos con las empresas y seguimos con el cambio cultural de que se debe pagar lo que se consume”, destacaron fuentes oficiales.
Pero la situación no fue “gratis”. Dentro del Gobierno algunos funcionarios se lamentaron porque Macri volvió a cargar con el costo político de una determinación que provocó una reacción negativa en