“Podría haber hecho algo más contra Francia”
A los 31 años, el arquero avisa: “Mi objetivo es seguir porque me costó mucho llegar hasta acá”
–¿Qué te llevaste de tu paso por la Copa del Mundo de Rusia?
–Me llevé lo mejor.
–¿Hubo algo?
–Claro, uno de mis sueños era ir a un Mundial. Estuve y hasta me tocó jugar, algo que no estaba dentro de los planes. Es algo para disfrutar. Después, me llevo un grupo de grandes personas, que me han brindado mucha confianza y cariño dentro de ese plantel. Lamentablemente no se pudo dar lo que fuimos a buscar, pero son cosas del fútbol. Uno tiene que sacar lo bueno y lo positivo, y las cosas malas dejarlas afuera. Hay que seguir por ese camino, porque el año que viene habrá una Copa América en Brasil. Tengo 31 años y mi objetivo es seguir perteneciendo a la selección porque me costó mucho llegar. Pero tengo que hacer las cosas bien todos los días en River para ser tenido en cuenta y estar ahí.
Solo una vez en toda la charla frunce el entrecejo. Íntimamente no se explica cómo estuvo tantos años olvidado por la selección argentina. “Nunca llegué a evaluar qué hubiese pasado si José Pekerman me ofrecía atajar para Colombia. Ni me lo pregunté porque yo deseaba jugar en la selección de mi país. Y para eso tenía que dar el paso que tomé: venir a River. Si seguía en Atlético Nacional, en el que tuve cinco años muy buenos, ganamos la Copa Libertadores y peleábamos todos los torneos, nunca me iban a observar… Eso quedó demostrado. Necesitaba llegar acá para tener la chance en la selección”. Y por única vez se fastidia.
–Pero ahora la selección argentina está en Arabia Saudita para jugar dos amistosos y vos acá…
–Pero la lesión no es nada grave, voy a llegar bien al partido con Gremio. Marcelo conversó con Scaloni y se llegó a una determinación en conjunto: que me quedara, que no hiciera ese viaje de tantas horas. Pero estoy triste porque tenía ganas de ir con la selección.
–Ahora que pasó el tiempo, ¿cómo ves a la distancia los cuatro goles de Francia en la Copa?
–Siempre, después de los partidos, me gusta verme para analizar qué pude haber hecho diferente. Podría haber hecho algo más en los goles de Francia, en el tercero de Mbappé, por ejemplo, que me pasó por abajo. Pero bueno, son momentos y circunstancias, es una milésima de segundo. Te equivocás y es gol. Ya está, hay que continuar, no tiene sentido lamentarme ahora.
–Desde que volviste, en varias canchas se han burlado y hasta te insultaron hinchas de otros equipos. ¿Cuánto te molesta?
–No, es parte de todo esto. Ellos lo hacen para que uno se salga del partido, para que se distraiga, pero a mí no me sacan.
–Bueno, a los hinchas de Huracán los mandaste a dormir…
–Está bien, es cierto… no puedo putear. No corresponde estar puteando. Los hinchas lo hacen para sacarme, pero yo sé muy bien las cualidades y las condiciones que tengo. Yo debo estar concentrado, no me puedo desviar de mi función, no debo entrar en ese juego.
–En Argentina, hace solo un año pocos sabían de vos. Ahora, ¿cómo te llevás con la fama?
–Con tranquilidad, soy una persona de perfil bajo. La tomo con naturalidad. Si un hincha se encuentra con un jugador de River, va a querer sacarse una foto porque eso no le sucede todos los días. Entonces, entiendo a la gente. No me molesta y le dedico tiempo, siempre y cuando respeten mi espacio. Cuando voy a Casilda me comporto igual, incluso cuando voy a la cancha a ver jugar a mi hermano por la liga local.
–¿Qué lugar le das a las redes sociales?
–Participo poco. Por ejemplo, entro, posteo una foto y nada más. No soy de estar viendo mucho ni pendiente de cómo reacciona la gente. Me mantengo al margen de todo eso. –Sampaoli acaba de explicar que te faltaba roce europeo para confiarte el arco en el Mundial. Cuando en los entrenamientos te pateaban Messi, Agüero, Higuaín… ¿están en otro nivel?
–Sí. Ellos miran más al arquero antes de decidir, se toman un segundo más para ver si te movés o das un paso. Y la meten ahí, donde quieren, es a un palo abajo o a un ángulo. Es imposible, por más que te estires, no se la podés sacar. Y puntualmente Messi tiene una frialdad increíble para definir, nada lo altera.