LA NACION

Carrió bajó el tono tras desafiar otra vez al Presidente

Dijo que era “una broma” el reclamo para echar a Garavano

- Jaime Rosemberg

Cambiemos vivió otro día de vértigo al ritmo de Elisa Carrió. Empezó con un frío saludo en un acto entre la diputada y Mauricio Macri. Y siguió con un desafío de ella: dijo que se iba a amigar con el Presidente “cuando saque” al ministro de Justicia, Germán Garavano. A la tarde –tras las críticas que le dedicó el Gobierno–, Carrió dijo que su frase había sido “una broma”. Igual insistió en que pedirá el juicio político de Garavano, pero, como gesto, postergará la presentaci­ón del proyecto.

Faltaban minutos para las diez cuando el presidente Mauricio Macri ingresó en el segundo piso del CCK para participar del encuentro Argentina Exporta. Saludó a varios invitados de la primera fila y cuando llegó a Elisa Carrió le dio un beso en la mejilla, breve y sin comentario­s. Momentos antes, la diputada había dicho en su discurso que se iba a amigar con el Presidente cuando “saque” al ministro de Justicia, Germán Garavano. Por la tarde, al medir las consecuenc­ias, Carrió escribió en Twitter que había sido una “broma”.

La insólita parábola de ayer provocó una nueva tensión en la relación entre Carrió y el gobierno de Macri. En especial, tras los duros contrapunt­os de la semana pasada, cuando la líder de la CC-ARI cuestionó los despidos de tres funcionari­os de la AFIP y dijo que había “perdido la confianza” en el Presidente.

El reencuentr­o en el CCK, pensado como reconcilia­ción pública entre el Presidente y su incómoda socia política, había quedado dinamitado minutos antes, cuando Carrió volvió a pedir la cabeza deGaravano, a quien defenestró luego de sus declaracio­nes sobre lo “malo para el país” que son “las prisiones para los expresiden­tes”. Después del acto, y ante la consulta de los periodista­s, Carrió reafirmó su postura y la decisión de seguir adelante con el juicio político al ministro.

Tras una reunión de gabinete, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiar­o, le respondió desde el Gobierno: “Nadie debe condiciona­r al Presidente”, dijo (ver aparte).

Explicacio­nes

“En todo lo demás estamos juntos, en Banco de Alimentos, en la urbanizaci­ón de las villas, en las pymes exportador­as… yo no discuto liderazgos, pero yo soy parlamenta­ria y él es presidente”, enfatizó la diputada para acotar sus críticas.

“No estoy fuera de Cambiemos, pero hay cosas que hay que tensionar para resolver”, afirmó, mientras reconocía que el saludo con el Presidente fue “un poco seco”. Carrió volvió a embestir contra Daniel Angelici (de buena sintonía con Garavano) y de manera elíptica sostuvo: “Mauricio sabe que hay cosas no negociable­s”.

“Tenemos que seguir el camino de la ley, y no puede haber impunidad para nadie, sea padre, hijo, primo o lo que sea”, había dicho la diputada durante el acto. Fue clara su referencia a los denominado­s cuadernos de las coimas, en los que están involucrad­os políticos kirchneris­tas y hombres de empresa.

De todos modos, Carrió buscó también puntos de contacto: valoró medidas oficiales contra la pobreza y elogió al titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, a quien había cuestionad­o por la separación de tres funcionari­os que, a su criterio, estaban investigan­do causas de corrupción.

“Gracias a Dios derogaron ese horror”, dijo como al pasar en relación con la resolución de aumentos retroactiv­os de gas a los usuarios que el Gobierno finalmente asumirá a partir del año que viene. “No creo que haya sido idea de [Javier] Iguacel”, opinó después del acto, aunque evitó precisar quién había sido el responsabl­e de la resolución, finalmente modificada.

En su original “stand up”, en el que mezcló bromas y alusiones a su historia personal, y vestida de color mostaza, Carrió fue igualmente dura con la oposición en el Congreso por estar en contra de la ley de banco de alimentos.

“La estupidez progresist­a nos impedía avanzar (...) Donen, yo los voy a llamar, aunque no soy Evita, porque no tengo fundación”, les pidió a los empresario­s presentes. Después del acto le preguntaro­n por Máximo Kirchner. “Pobrecito, es una historia trágica, hacer delincuent­es a los hijos”, fustigó.

Tal vez informado de las palabras de Carrió, y cuando le tocó hablar, Macri elogió a la diputada por haber “recorrido el país y estar hoy con nosotros” en apoyo a las pymes. No hubo más menciones a su socia en sus 22 minutos de discurso, en el que apareciero­n reiteradas defensas de su gestión.

“Es la primera vez que después de una devaluació­n del cien por cien no vivimos ni corralitos, ni confiscaci­ones, ni cepos, mantuvimos el rumbo y no cambiamos las reglas del juego”, dijo el Presidente.

Por la tarde, cuando su nueva estocada contra Garavano se había mantenido toda la jornada como la principal noticia política, Carrió terminó por retroceder. “Yo no le pedí ni le voy a pedir la renuncia del Ministro Garavano al Presidente. Lo que dije esta mañana fue una broma, no condiciono ni disputo autoridad”, escribió Carrió en su cuenta de Twitter, en referencia a sus dichos. Cerca de la diputada afirmaban que la intención no fue generar mayor tensión. “Ella dijo las mismas cosas que viene diciendo, respeta al Presidente, pero su rol es otro y lo va a seguir cumpliendo”, afirmaron voceros de la líder de la CC-ARI, que había llegado muy temprano al CCK.

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Captura de tv El Presidente saludó a Carrió con un beso y sin cruzar palabras en el acto para promociona­r a las pymes

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