LA NACION

Carrió e Iguacel, presentes a pesar de sus ausencias

Ambos estuvieron en el centro de todos los comentario­s en Olivos; operativo de contención

- Santiago Dapelo

Como si fuera un fantasma, no se la vio, pero la presencia de Elisa Carrió en el quincho de la quinta presidenci­al de olivos, donde ayer el presidente Mauricio Macri anunció una batería de medidas para la clase media, se sintió con fuerza.

Tras las idas y venidas, que incluyeron la exigencia para que el Presidente eche al ministro de Justicia, Germán Garavano, ayer continuó el malhumor con la líder de la Coalición Cívica entre los principale­s funcionari­os del Gobierno.

Cerca de Macri dijeron que no habrá una sola palabra de reproche, pero los que lo conocen bien aseguran que el Presidente la “freezará” porque cruzó un “límite”. Ni siquiera la presentaci­ón de medidas para reforzar el Plan Nacional de Vivienda, que incluye topes a las cuotas de los créditos hipotecari­os UVA e iniciativa­s que faciliten el acceso a los alquileres, calmó los ánimos caldeados.

“Se equivocó, pero después se dio cuenta y reaccionó”, dijeron fuentes oficiales.

Como adelantó ayer la nacion, en medio de la escalada el Gobierno lanzó el mayor operativo de contención sobre la diputada nacional para intentar calmarla y para que redireccio­ne sus críticas hacia un viejo enemigo: el juez Ricardo Lorenzetti. Ayer, dio el primer paso: pidió en el Congreso que la Auditoría General de la Nación realice un informe sobre las cuentas del alto tribunal.

Pero no fue de lo único que se habló en la residencia del Presidente, a quien tras el anuncio se lo vio ir a toda velocidad a su despacho. La sucesión de errores que protagoniz­ó el secretario de Energía, Javier Iguacel, también se llevó parte de la atención del día.

Si bien el error se subsanó, varios funcionari­os y dirigentes resaltaron la falta de capacidad para anticipar que el aumento retroactiv­o del gas iba a generar una dura reacción de la oposición. Algunos, incluso, justificar­on los enojos del radicalism­o y del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien el lunes, una vez que el escándalo ya estaba instalado en los medios, le reclamó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, por la falta de tacto y, sobre todo, de aviso.

Anteayer, después de un día cargado de frases altisonant­es, que incluyó el “voy amigarme con el Presidente cuando me lo saque a Garavano” de Carrió para Macri, la Casa Rosada activó un operativo de contención que incluyó desde el jefe de asesores del Presidente, José Torello al abogado Fabián Rodríguez Simón, el asesor jurídico favorita de Macri, entre otros. Algunos también incluyeron a Peña en la lista de los que tuvieron que interceder.

El resultado de ese trabajo fue la postergaci­ón del pedido de juicio político contra Garavano, aunque ayer cerca de Macri crecía la esperanza de que el aplazamien­to se convierta en definitivo.

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