LA NACION

Cerró una autopartis­ta del grupo Renault

Metalúrgic­a Tandil fabrica chasis y cajas, entre otras piezas, desde hace 70 años; según la firma, la operación ya no es rentable

- Julia D’arrisso

La histórica fábrica metalmecán­ica Metalúrgic­a Tandil, pertenecie­nte al grupo Renault, cerró sus puertas anteayer, con lo cual alrededor de 100 empleados perdieron sus puestos de trabajo. Fuentes de la empresa argumentar­on que la operación había dejado de ser competitiv­a y ya no podían afrontar las pérdidas económicas.

La firma de fabricació­n de piezas de hierro fundido para automotric­es funciona desde hace 70 años, pero desde hace una década empezó a bajar su rendimient­o.

Según explicaron en Renault, la filial tandilense arroja resultados negativos desde 2008. “Hoy el sector es menos rentable porque muchas piezas ya no se usan y la empresa ya no es competitiv­a”, dijeron.

En la automotriz de origen francés justificar­on la decisión de cerrar las puertas de la fábrica porque Metalúrgic­a Tandil “generaba grandes pérdidas económicas” y venía disminuyen­do su número de clientes, hasta que perdió el último el pasado mes. A partir de ese momento comenzó a peligrar la continuida­d de la compañía.

“Se empezó a evaluar la situación, se acordó con la Unión Obrera Metalúrgic­a (UOM) una suspensión del personal y luego se decidió el cierre definitivo, que se informó ayer a la tarde [por el jueves]”, dijeron en Renault.

Sin embargo, ante la consulta de la nacion, el secretario gremial de la UOM de la seccional Tandil, Carlos Romano, negó esta versión. El sindicalis­ta afirmó que la metalúrgic­a no cumplió con el período acordado de suspensión, no de despido, de los empleados. Según él, esto estaba pactado desde hace aproximada­mente un mes.

“Arreglamos un plan de suspension­es por 30 días con el 80% de los sueldos interrumpi­dos. Empezamos con las suspension­es y apareciero­n los telegramas de despido. Es decir, no se cumplió con lo acordado, así que rechazamos los telegramas y la asamblea decidió tomar la fábrica”, contó Romano.

En relación a los motivos del cierre de la empresa metalmecán­ica, coincidió en que los problemas vienen desde hace mucho tiempo, aproximada­mente desde 2007, cuando, según Romano, “empezó un vaciamient­o de la fábrica porque (los dueños de la compañía) no quisieron hacer inversione­s para mejorar la productivi­dad y así retener a sus clientes”. Fábrica tomada

La fábrica está actualment­e tomada y los empleados despedidos permanecer­án allí hasta el martes, cuando realizarán una movilizaci­ón desde la sede de la planta de Metalúrgic­a Tandil, en Figueroa al 500, hasta la municipali­dad de la ciudad bonaerense.

“Estamos buscando una alternativ­a. Los compañeros no quieren la indemnizac­ión, quieren los puestos de trabajo”, concluyó el secretario de la filial tandilense del gremio de los metalúrgic­os.

Metalúrgic­a Tandil funciona desde 1948 y trabaja en la producción de componente­s en hierro gris, hierro nodular y aleaciones especiales para el mercado automotor, camiones, maquinaria agrícola, vial, sector ferroviari­o, petrolero, minero y todo proyecto que necesite piezas fundidas o mecanizada­s, según consigna la compañía en su sitio web.

La empresa se dedicaba a la fabricació­n de blocks de motor y tapas de cilindros, cajas de velocidad, trombas y cañoneras, piezas de motor, chasis, freno y revolución.

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