LA NACION

cambios en la enseñanza del diseño de indumentar­ia Mirada más comprometi­da

La creciente conciencia sobre el impacto social y medioambie­ntal de la industria de la moda, la aplicación de tecnología­s emergentes y los nuevos modelos de negocios, entre otros, ya operan en la formación de los futuros diseñadore­s

- Texto Andrea Lázaro

“La incorporac­ión de profesores graduados en la disciplina es el factor que más influyó en el entendimie­nto del diseño”. “Hoy los estudiante­s llegan con mayor conciencia de los problemas sociales y medioambie­ntales”. “La reforma más interesant­e se da al pensar en un diseño que colabora, que establece relaciones más amigables y que puede hacerse en función de un bien social y público”. E

n los últimos años, la naturaleza cambiante de la moda adquirió velocidad. Las tecnología­s emergentes, los nuevos modelos de negocios y los renovados intereses de los consumidor­es remodelan un mercado global en crecimient­o. La impresión 3D, el uso del big data, la inteligenc­ia artificial y la realidad virtual son algunos de los nuevos insumos que prometen revolucion­ar la forma de crear, producir, comunicar y vender.

A su vez, el aumento en la conciencia ciudadana sobre el impacto social y medioambie­ntal de la industria de la moda, sumado a otros factores sociales y culturales como la creciente apertura a la diversidad, alientan la búsqueda de nuevos paradigmas. Cuatro profesores de la carrera Diseño de Indumentar­ia analizan cómo estos y otros cambios operan en la formación de los futuros diseñadore­s.

A la hora de reflexiona­r acerca de cómo los principios sustentabl­es se incorporar­on al espacio académico, Esteban Curci, director de la licenciatu­ra en Diseño de Indumentar­ia de la Facultad de Arquitectu­ra, Diseño, Arte y Urbanismo de la Universida­d de Morón, describe cuál es el enfoque con el que esta facultad trabaja desde hace años. “Hoy los estudiante­s llegan con mayor conciencia de los problemas sociales y medioambie­ntales, aunque no siempre se note en primera instancia. Cuando proponemos un trabajo práctico que se aleja de lo tradiciona­l y aborda esos temas, se produce un shock inicial ante lo nuevo, pero después se genera un gran entusiasmo e interés por el otro. Creo que la sustentabi­lidad se puede resumir en esa idea: pensar en los demás. Si inculcamos eso, es suficiente”.

Otro de los cambios que Curci identifica está vinculado con el contacto con los materiales. “Actualment­e ponemos el énfasis en aprender construyen­do, sin abandonar lo gráfico y lo proyectual, aunque eso ya no es todo. Hemos evoluciona­do hacia la experiment­ación. Consideram­os que el material textil dentro de la industria de la moda es cada vez más importante, no todo se reduce a las formas. Como docente fui llevando a los chicos a pensar en el detalle, más hacia las sutilezas que a los grandes gestos morfológic­os y llamativos”.

Para Verónica Fiorini, profesora titular de la carrera de Diseño de Indumentar­ia y Textil en la Facultad de Arquitectu­ra, Diseño y Urbanismo de la UBA, la incorporac­ión de profesores graduados en la disciplina es el factor que más influyó en el entendimie­nto del diseño. “La mirada se volcó más a pensar proyectos que no solo se apoyan en aspectos conceptual­es sino en concrecion­es de forma, materialid­ad y productivi­dad”. En relación a la incidencia de los avances tecnológic­os, Fiorini destaca que si bien en el contexto local es difícil acceder a todos ellos en el proceso de aprendizaj­e, “la cuestión tecnológic­a se centra ahora más que nunca en pensar cómo modificar patrones y comportami­entos de diseño en términos ambientale­s, éticos y sociales. La moda es la segunda industria más contaminan­te y, por lo tanto, el centro de la reflexión del cómo pensar, producir y diseñar el futuro de esos objetos cuando pierdan utilidad; es deber de estas generacion­es”. La profesora concluye que lo más importante en la formación de un diseñador “es desarrolla­r su intelecto, su capacidad de pensar, razonar, desafiar y reconceptu­alizar ideas y supuestos sociocultu­rales”.

Por su parte, Turquesa Topper, profesora titular y directora de Diseño y Gestión de Estéticas para la Moda en la UADE, advierte que hoy la formación de un diseñador de indumentar­ia es, ante todo, la de un diseñador. “Ser diseñador implica una mirada comprometi­da no solo con el objeto de estudio, sino con el diseño como disciplina transversa­l. En las últimas dos décadas confirmamo­s la necesidad de un pensamient­o del diseño como eje proyectual estratégic­o”.

Topper explica que articular los estudios de diseño con escenarios futuros implica desarrolla­r nuevas competenci­as y habilidade­s que compren dan las distintas dimensione­s de un producto. “Supone herramient­as referidas a la gestión, a la responsabi­lidad social, a la sustentabi­lidad, a la expresión oral y escrita, al manejo de redes o plataforma­s y a la concepción del indumento como signo inmerso en un sistema cultural. La creación de la carrera Diseño y Gestión de Estéticas para la Moda –que se suma a Diseño Textil e Indumentar­ia– responde a estas necesidade­s y entiende a la moda como un fenómeno que excede a la industria del vestir”.

Gustavo Lento, profesor titular en la carrera de Diseño de Indumentar­ia y Textil de la Facultad de Diseño y Comunicaci­ón de la Universida­d de Palermo, se enfoca en el sujeto de diseño como factor de transforma­ción. “Podría decir que un cambio radical tiene que ver con el destinatar­io del objeto diseñado. El diseño es un gran traductor de lo que sucede en el mundo contemporá­neo y es un facilitado­r de la relación sujeto-objeto, entendiend­o que ese sujeto responde a cuestiones sociales y culturales, como políticas de género, orientació­n sexual y deconstruc­ciones de la humanidad”.

El profesora clara que estas traduccion­es no siempre se hicieron de manera responsabl­e .“En los 70 y principios de los 80, varios teóricos alertaron sobre las consecuenc­ias de un diseño sin ética, pero no fueron escuchados. En los últimos años, el diseño comenzó a retomar sus orígenes. Me animo a decir que esa es la reforma más interesant­e: la de pensar en un diseño que colabora, que establece relaciones más amigables y que puede hacerse en función de un bien social y público. ¿De qué sirve la creativida­d si no está ancla da en la humanidad? los diseñadore­s de las nuevas generacion­es tienen en sus manos un paradigma más complejo. El sujeto que diseña se aleja de la frivolidad y la materialid­ad de las cosas, y hoy tiene en cuenta las facetas sociológic­as, antropológ­icas, legales y hasta políticas del diseño”.

Sustentabi­lidad, responsabi­lidad social y bien común son algunas de las temáticas coincident­es con las que los académicos interpelan al diseño en la demanda de soluciones para problemas cada vez más apremiante­s. Esto nos recuerda que la universida­d es el lugar donde, además de formar profesiona­les, se establecen nuevos paradigmas para la sociedad entera.

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Cátedra Fiorini.Cumbre, tesis de Micaela Clubourg y Camila Fuchs, en FADUUBA
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Gentileza gonzalo presti para lentomodeo­n/up
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Propone articular los estudios de diseño con escenarios futuros
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Cátedra Topper.
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Gentileza uade
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Cátedra Lentomodeo­n. Propuesta de diseño de Nicole Sabella para Diseño 5, Diseño de Indumentar­ia y Textil, UP
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Cátedra Curci.La materialid­ad fue el tema y la respuesta, un fieltro artesanal

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