El desafío de comprar y reciclar
Si no existe la necesidad de mudarse de manera inmediata, el resultado final de comprar para reciclar puede ser más beneficioso que traumático. No siempre a la hora de buscar nuestra próxima morada encontramos lo que realmente satisface a nuestros gustos o comodidades propias y familiares, pero, ante la realidad económica, con un peso que se ha depreciado fuertemente en los últimos meses y costos de obra que consecuentemente se han reducido considerablemente en dólares, adquirir una propiedad a un menor costo de accesibilidad por no presentar las condiciones mínimas de habitabilidad y requerir de una obligada puesta en valor puede resultar una alternativa muy válida. El objetivo es alcanzar un producto final a la medida de nuestras necesidades. Claro que para lograrlo tienen que confluir varias condiciones mínimas de viabilidad, comenzando por encontrar una propiedad a ser reciclada que haya sido tasada con seriedad y profesionalismo acorde a su estado de conservación real y costos asociados, como del riesgo que esto implica para el potencial comprador frente a otras opciones del mercado que no requieran de invertir tiempo en una obra ni el desafío de encarar una reestructuración integral; y, de que estas circunstancias tan críticas sean comprendidas por sus propietarios, para que ambas partes logren el objetivo real a la hora de negociar su precio final. Por supuesto, que siempre es recomendable antes de embarcarse en la adquisición de una propiedad a reciclar, consultar debidamente con un profesional idóneo en el área para evaluar el estado real de la misma y de la inversión necesaria para su adaptación final, diseño de por medio; todo en vías de evitar que la experiencia no se convierta en una verdadera odisea a lamentar. Se trata de minimizar riesgos innecesarios y también de una cuestión muy personal, la de animarse al desafío. •