Tras la lesión, del Potro sabe que el regreso al circuito demandará tiempo y que Piqué lo quiere en la davis de 2019
La fractura en la rótula de la rodilla derecha durante el torneo de Shanghai clausuró la temporada del tandilense; no habrá intervención quirúrgica, pero el tratamiento y la rehabilitación le insumirán varias meses; los planes de la ITF y Kosmos para la D
Juan Martín del Potro sufre, pero no lo hace en soledad. Junto con él, además de todos los amantes del tenis, sufren también Gerard Pique, estrella del Barcelona, y David Haggerty, presidente de la Federación Internacional de Tenis (ITF). Sufre, también, Agustín Calleri, presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), que cruza los dedos para que Del Potro se recupere y, más adelante, pueda retomarse la discreta, pero persistente gestión en la que estaban embarcados el compañero de equipo de Lionel Messi y el directivo estadounidense.
Sufren todos, claro, porque la fractura en la rótula de la rodilla derecha del tandilense pone en pausa un brillante regreso al tenis, frena a un jugador que podía realmente luchar por el número uno del mundo en los próximos meses. Sufren, también, porque la lesión le suma incertidumbre al plan que los poderes del tenis venían encarando. No, no es momento de hablarle a Del Potro de Copa Davis 2019 o Juegos Olímpicos de Tokio 2020, qué duda cabe. Pero tarde o temprano, si el tenista se recupera, volverá a ser un asunto, porque los nuevos jefes de la Davis han iniciado discretas conversaciones en las últimas semanas, y volverán a activar las gestiones secretas cuando el dolor y la incertidumbre abandonen el campo de Del Potro. Piqué y Haggerty tienen marcado a Del Potro como altísima prioridad. La lesión que el número uno del tenis argentino sufrió en Shanghai golpea también sus planes.
¿Qué implica una fractura de rótula? La recuperación va en función de la gravedad y las características de la lesión, y ahí parece haber una primera buena noticia para Del Potro: no habrá intervención quirúrgica, no habrá bisturí. La mala noticia es que la recuperación le demandará meses.
“Se va a apelar a un tratamiento conservador. Fisioterapia y kinesiología, una semana con férula sin poder pisar”, pudo confirmar la nacion de fuentes confiables. Es, de todos modos, no está definido el tiempo que necesitará el número cuatro del mundo para volver a estar en condiciones de regresar al circuito. El Master de Londres, al que se había clasificado tras cinco temporadas ausente, está descartado, e incluso el Abierto de Australia, que comienza el 14 de enero, está en duda.
Emilio Bellocq, kinesiólogo fisiatra, dijo a la nacion que el hecho de que los médicos que atienden a Del Potro no hayan optado por una solución quirúrgica implica que la situación “no es de las más complejas”. Y ahí se acaba la buena noticia: “Habrá un período a definir de inmovilización, y no deberían pasar menos de tres a cuatro meses hasta que pueda volver a jugar. ¿Cómo se determina eso? Dependerá del grado de disminución del cuadriceps que tenga, de la fuerza muscular, de las adherencias que genere esa fractura, de lo que puedan llegar a sufrir los tendones, el rotuliano y el cuadricipital, que están afecta-
dos”.
Del Potro, un deportista que superó múltiples percances a lo largo de su carrera y que venía protagonizando uno de los regresos más impactantes de la historia del tenis–jugó el mes pasado la final del US Open–, es un deportista al que la suerte la da la espalda con demasiada frecuencia. La fractura que frena su gran momento se produjo la semana pasada en el Masters 1000 de Shanghai. Tras devolver con una derecha con slice un tiro del croata Borna Coric durante un choque por los octavos de final, el tandilense, que se movía casi en puntas de pie sobre la veloz superficie del Qhi Zhong Tennis Stadium, tropezó y cayó de frente, cargando peso sobre la rodilla derecha. Minutos después se retiró del partido.
“Caí de lleno sobre el piso y sentí un dolor muy fuerte. Al principio pensé que no era nada e intenté seguir, pero tenía inestabilidad en la rodilla y no podía hacer fuerza con la pierna. Lo mejor era no seguir para no poner en riesgo la zona”, explicó Del Potro tras el partido y antes de saber que la lesión era mucho más grave de lo que suponía.
Además de dejar al tenis masculino sin una de sus principales figuras, la ausencia de Del Potro le pone presión extra a la polémica reforma de la Copa Davis que encaró Haggerty en sociedad con Piqué, cabeza de la empresa Kosmos. Tanto el presidente de la ITF como el esposo de Shakira necesitan que la semana de la renovada Davis que se jugará a partir del 18 de noviembre de 2019 en Madrid sea un éxito, y a ese éxito se llega con figuras. “Creemos que vamos a contar con Rafael Nadal –dijo Haggerty a la nacion durante su reciente paso por Buenos Aires– y estamos hablando con Novak Djokovic”. Resignados a que Roger Federer no juegue la nueva Davis, apuntan los cañones al cuarto integrante de ese poker de ases, que es Del Potro. “He hablado con Juan Martín del tema y volveremos a hablar”, aseguró Haggerty, que intercambia whatsapps casi diariamente con un Piqué que está perfectamente al tanto de la situación de Del Potro. La AAT ya le hizo saber al jugador del Barcelona y a su mano derecha, el ex tenista español Galo Blanco, que la ITF y Kosmos tienen muchas más posibilidades que ellos de convencer a Del Potro de regresar a una Davis que abandonó tras la histórica final ganada en Croacia en 2016.
Bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016, Del Potro tiene en la mira el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y para llegar a esos Juegos necesita disputar la Davis, que en 2019 entregará a los jugadores, en especial a las estrellas, muchísimo más dinero que hasta ahora. Ahí, junto a su deseo olímpico, está una de las claves del regreso de su vuelta a la Davis, más allá de cómo se lleve con los actuales dirigentes de la AAT. Pero para eso habrá tiempo: primero debe recuperarse y demostrar, una vez más, que es el rey de los regresos, el hombre que nunca se rinde, aunque parezca vencido.