LA NACION

LA JOYA PORTEÑA ABRE LAS PUERTAS POR UNA NOCHE

Se podrán visitar la planta baja y el salón de baile por la Noche de los Museos, en noviembre; avanza la restauraci­ón

- Virginia Mejía

Luego de 21 años clausurada y abandonada, la Confitería del Molino abrirá por primera vez sus puertas durante la Noche de los Museos, el próximo 10 de noviembre. Se podrán recorrer gratuitame­nte el salón de baile y el local inaugurado por inmigrante­s italianos hace más de un siglo. La visita permitirá recrear las costumbres del lugar, situado frente al Congreso Nacional, por el que pasaron famosos personajes de la historia argentina.

Un equipo de 22 expertos repara el edificio de casi 7000 m2, una obra centenaria cuyo autor fue el arquitecto Francesco Terenzio Gianotti. A pesar de que los sucesivos gobiernos promulgaro­n leyes para recuperarl­a, ninguna de ellas se concretó. Hasta que en julio pasado, por la ley de expropiaci­ón de 2014 la Cámara de Diputados se hizo cargo del proyecto en conjunto con los gobiernos nacional y porteño.

Prevé para principios de 2019 un llamado a licitación para la realizació­n de las obras de mayor envergadur­a, cuyo costo y tiempo de duración aún no han sido estimados, informó a la nacion durante una recorrida por el edificio Ricardo Angelucci, secretario técnico administra­tivo de la Comisión Bicameral Especial Administra­dora del Edificio del Molino. El presidente de la comisión, Daniel Filmus, sus- cribió ayer un convenio con universida­des estatales para avanzar con los trabajos.

Hasta ahora, se solucionar­on los problemas de seguridad del inmueble situado en la esquina de Rivadavia y Callao. Y se empezaron a recuperar las aspas del molino, la cúpula, los pisos, las puertas y 85 metros cuadrados de vitrales. En el exterior, se repara la vereda, peligrosa de transitar; se eliminó la lona que envolvía la fachada y se realizó un relevamien­to del frente gracias a un dron que toma imágenes para analizar patologías. Además, fueron arregladas grietas y fisuras.

La aguja de la cúpula, oxidada e inestable, fue retirada para su puesta en valor. Las aspas del molino harinero, símbolo del lugar, volverían a girar. Los expertos también descartaro­n conexiones ilegales, mientras que abandonaro­n el lugar los inquilinos que moraron allí los últimos años.

El edificio, una joya de la arquitectu­ra art nouveau inaugurada en 1916 y cerrada desde 1997, está compuesto por tres cuerpos, de cinco plantas y tres subsuelos cada uno. Son un total de 12 departamen­tos; los más grandes y lujosos dan sobre Callao. El 10 de noviembre, el público tendrá acceso al primer piso –donde estaba el salón de baile– y a la planta baja, donde funcionaba la confitería. En el salón, bajo varias capas de pintura, se aprecia la madera original de la boiserie. También el piso de roble, tapado por otra madera más económica durante los 80, cuando luego de la quiebra se convirtió el salón en una discoteca y la confitería, en un despacho de comidas rápidas al paso. En el lugar utilizado para fiestas se destaca además un vitral en el techo, azul y marrón cobrizo, caracterís­tico de la época. Tanto este como los de la marquesina se restauran en un taller instalado en el segundo piso. Allí se clasifican y se rearman, como si fuera un rompecabez­as luego cosido con hilos de plomo.

En la confitería, los visitantes verán los mostradore­s que exhibían los postres que hicieron célebre al bar, como la Copa Melba. Allí también se reconstruy­eron materiales, mármoles y bronces, y se realizaron falsos acabados. En un futuro, llamarán a licitación para que gastronómi­cos privados ofrezcan un menú similar al ideado por su primer dueño, Cayetano Brenna. El salón de baile continuará vinculado a la confitería y se montarán un museo cultural y un museo del sitio en alguno de los departamen­tos; la ubicación definitiva no está estipulada aún. Además, se repararán los ascensores originales de ambas entradas.

El equipo trabaja en la recuperaci­ón de la vajilla y demás piezas de época. Algunas permanecen en manos de los anteriores dueños, a quienes el Estado les compró el inmueble por $180 millones. Durante los últimos años ingresaron vándalos que sustrajero­n bronces e intentaron robarse la marquesina. Según Mónica Capano, asesora de la comisión, encontraro­n dos pianos, bandejas de cartón con el logo de la confitería, moldes y los recetarios originales de 1908. “Pedimos que quienes tengan historias vinculadas a Del Molino o posean elementos del bar se acerquen a la cámara para reconstitu­ir su historia”, agregó la experta en patrimonio.

En cuanto a los departamen­tos, cuyo destino tampoco fue definido todavía, los que dan sobre Callao conservan antiguas máquinas de lavar ropa y secadoras. El patio central, pulmón de los tres cuerpos, exhibe mayólicas originales. En el interior varios pisos fueron tapados con alfombras, las cuales se van retirando para volver a exhibir la madera. Y a los azulejos franceses con guardas pintadas a mano se los limpia con sumo cuidado.

 ?? Fotos de emiliano lasalvia ?? La fachada del edificio, con sus tradiciona­les aspas, en plena reparación
Fotos de emiliano lasalvia La fachada del edificio, con sus tradiciona­les aspas, en plena reparación
 ??  ?? El salón de baile del primer piso, al que se podrá acceder el 10 de noviembre
El salón de baile del primer piso, al que se podrá acceder el 10 de noviembre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina