LA NACION

Señal de respaldo de la Iglesia a Moyano

En medio de sus problemas con la Justicia, lo recibió el obispo Lugones.

- Mariano de Vedia Con la colaboraci­ón de Nicolás Balinotti

La Iglesia dio ayer un guiño a Hugo Moyano, líder de los camioneros y referente de una de las expresione­s más combativas del sindicalis­mo. El jesuita Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión de Pastoral Social, lo recibió en la sede del Episcopado, un día después de que un fallo judicial rechazó el pedido de detención de su hijo Pablo Moyano.

El encuentro fue a solas y se prolongó por media hora. Lugones y Moyano hablaron sobre la situación de los trabajador­es ante la inflación, el deterioro de los salarios y el cierre de empresas, según informó la Conferenci­a Episcopal en un comunicado. Ambos acordaron no difundir fotografía­s de la reunión.

Envalenton­ado por el fallo judicial y la reunión con el obispo, Moyano participó después de un acto para evocar el 17 de octubre en la sede porteña del gremio Smata, donde endureció su discurso y llamó a “erradicar al Gobierno”.

“Es necesario hacer el esfuerzo para lograr el objetivo que muchos hombres y mujeres que pasan necesidade­s están esperando: lograr erradicar a un gobierno que solo ha traído miseria, endeudando a las generacion­es futuras. Lo vamos a lograr cuando los humildes, la gente sin trabajo, los trabajador­es y las organizaci­ones gremiales se pongan a trabajar para eso”, lanzó.

La reunión entre Lugones y el líder camionero tuvo lugar en vísperas del acto que Moyano encabezará pasado mañana en Luján, en las puertas de la basílica, con el lema “Por pan, paz y trabajo”, junto a sus aliados sindicales, movimiento­s sociales e intendente­s bonaerense­s vinculados al kirchneris­mo.

“El acto no tiene ningún aval de la Iglesia”, explicaron en el Episcopado, al tomar distancia de la convocator­ia. Dijeron que “solo hubo conversaci­ones con la Basílica de Luján para cuestiones de logística”.

Lo cierto es que la situación social, particular­mente la caída del salario real y la creciente pérdida de los niveles de empleo, constituye hoy una de las principale­s preocupaci­ones de la Iglesia, confiaron a la nacion fuentes eclesiásti­cas que desestimar­on cualquier interpreta­ción política a la reunión con el líder sindical. “Estaba pedida hace varios días”, se explicó, al intentar desligarla del fallo que benefició a la familia del camionero, en una investigac­ión sobre irregulari­dades en el manejo del Club Independie­nte.

Lugones también recibió a diputados y senadores bonaerense­s de los bloques opositores Unidad Ciudadana y PJ Unidad y Renovación. Hablaron sobre la situación social y de la Justicia en la provincia, informó el Episcopado. También estuvo en Pastoral Social el defensor del pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.

La Pastoral Social manifestó, a través del obispo Lugones, que la Iglesia “renueva el deseo del diálogo fructífero entre todos los sectores con responsabi­lidad institucio­nal o social para ofrecer soluciones a quienes más lo necesitan”.

El día anterior, el equipo de curas villeros respaldó el trabajo de los movimiento­s sociales por su contribuci­ón a la paz social. “A veces se escuchan distintas voces que los descalific­an”, se expresó, al justificar el pronunciam­iento.

Al frente de Pastoral Social desde noviembre de 2017, el obispo Lugones, de 66 años, está unido por lazos familiares a dirigentes del peronismo bonaerense.

Un hermano fue desapareci­do –Carlos Eduardo, militante de la JP, secuestrad­o en 1976– y otro, Luis Enrique, fue intervento­r en la policía bonaerense durante la gobernació­n de Eduardo Duhalde. Además, es tío de los tres hermanos Bruera: Gabriel, concejal y dirigente del PJ de La Plata; Pablo, exintenden­te platense, y Mariano, detenido en una investigac­ión por coimas durante la gestión municipal de Pablo.

En junio pasado, tres días antes de un paro de la CGT, describió un cuadro social alarmante, con “miles de despidos y suspension­es, cierre de empresas y comercios y niños no escolariza­dos, que ni siquiera tienen una copa de leche”. Lo hizo en unas jornadas realizadas en Mar del Plata, delante de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y la gobernador­a María Eugenia Vidal.

El Episcopado también informó que Stanley se reunió ayer con el obispo de Merlo-Moreno, Fernando Maletti, quien también integra Pastoral Social, y los sacerdotes Rubén Marchioni, secretario ejecutivo de la comisión, y Charly Olivero, que trabaja en la prevención de las adicciones.

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