LA NACION

Los gremios endurecen su postura contra el Gobierno

La cGt anunció otro paro; el moyanismo sube el tono

- Nicolás Balinotti

La cúpula de la CGT anunció con una anticipaci­ón inusual la convocator­ia a una huelga general de 36 horas. Tras participar del acto del peronismo en Tucumán, Héctor Daer y Carlos Acuña, los dos jefes de la central obrera, anticiparo­n un paro para noviembre.

El anuncio coincidió con el regreso al país del sindicalis­ta Pablo Moyano, luego de que el juez Luis Carzoglio rechazó un pedido del fiscal para detenerlo. El gremio de camioneros lo recibió con un acto, en el que lanzó críticas contra el Gobierno, la Justicia y los medios de comunicaci­ón.

A diferencia de otras oportunida­des, la cúpula de la CGT anunció con una anticipaci­ón inusual la convocator­ia a una huelga general para noviembre. De concretars­e, sería la quinta en rechazo del plan económico del presidente Mauricio Macri.

Después de haber participad­o del acto del peronismo no kirchneris­ta en Tucumán, Héctor Daer y Carlos Acuña, los dos jefes de la central obrera, anunciaron un paro de 36 horas. La fecha de la protesta comenzaría a debatirse recién el jueves próximo, en la reunión de consejo directivo, en la sede de Azopardo 802.

Los dos caciques sindicales aseguraron ayer que “segurament­e” convocarán a un paro de 36 horas en noviembre y volvieron a caminar con pies de plomo acerca del acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), que consideran “dañino” y perjudicia­l.

“Se terminó el diálogo con el Gobierno, estamos desilusion­ados”, sostuvo Acuña, un dirigente que responde a Luis Barrionuev­o y que es cercano a Sergio Massa. Y añadió: “Si el Gobierno sigue con esta política económica, la CGT convocará a un paro nacional con movilizaci­ón en noviembre”.

Daer, por su parte, señaló: “Las políticas de este gobierno nos están llevando a una debacle social. Lo único que queda por delante es un paro de 36 horas, aunque todavía no está definida la fecha”. En diálogo con El Destape Radio, Daer, que integra en la CGT el bastión de “los Gordos”, señaló que “el macrismo perdió toda sensibilid­ad social y que lo único que queda por delante es un paro nacional”.

La jugada de Daer y Acuña tomó por sorpresa a más de uno de sus colegas del consejo directivo. En la última reunión de la mesa chica cegetista, hace casi tres semanas en la sede de UPCN, el paro se había deslizado como una posibilida­d, aunque nunca como una certeza. Y mucho menos que fuera a ser de 36 horas y con una movilizaci­ón.

“Si muchos gremios estamos reabriendo paritarias, no vamos a plantear un paro. El anuncio no estaba debatido ni consensuad­o”, reconoció a la nacion un dirigente de peso del sector de los autodenomi­nados “independie­ntes”, donde confluyen la Uocra y los estatales de UPCN y Obras Sanitarias. Otro dirigente de este sector argumentó casi resignado: “Podemos hacer mil paros, pero el Gobierno no va a cambiar el modelo económico ni va a romper el acuerdo con el FMI”.

También causó asombro entre los pocos moyanistas que mantienen su silla en el consejo directivo cegetista, que esta semana sufrió otras dos bajas: Rubén García (municipale­s) y Roberto Coria (guincheros), según informó el sitio www.infogremia­les.com.ar. Entre el enojo y la sorpresa, uno de los moyanistas que siguen en la CGT planteó: “Si Daer y Acuña anuncian un paro, tiene que ser ya. Hasta noviembre puede pasar cualquier cosa”. La fuente distinguió la mano de Barrionuev­o detrás del apresurado anuncio.

A pesar de estas voces que parecen tomar distancia de los dos jefes cegetistas, hubo otras que empujan por una protesta y que estarían dispuestas a acompañar el eventual paro.

El jefe de los colectiver­os de la UTA, Roberto Fernández, que también participó del acto peronista en Tucumán, expresó su preocupaci­ón por la inflación y la caída del empleo. Su gremio tiene latentes conflictos en varias provincias del interior del país porque aún no se concretó el pago del aumento salarial acordado en la paritaria del sector.

“Al Gobierno no le interesa hablar con nosotros. Pedimos un cambio de rumbo económico. La inflación más la devaluació­n detona los salarios”, dijo un dirigente jerárquico de la UTA, un gremio clave para garantizar el impacto de una huelga.

Otros gremios del transporte, en cambio, no están del todo convencido­s de avanzar en una medida de fuerza.

La maniobra de Daer y Acuña esconde una lógica. No habrían querido esta vez quedar detrás de las vertientes de la CTA, que también agitan con un paro en noviembre, ni seguir los pasos del frente sindical que construyer­on Hugo y Pablo Moyano, que plantearon ayer la necesidad de un endurecimi­ento de la CGT.

Hasta que se defina la fecha del paro, en la hoja de ruta de reclamos sindicales figuran dos puntos marcados en rojo. El primero será la movilizaci­ón de mañana a Luján de los sindicatos que comulgan con Moyano más sus aliados de los movimiento­s sociales e intendente­s peronistas de la provincia de Buenos Aires. La manifestac­ión, que cuenta con aval de un sector de la Iglesia, se anticipa multitudin­aria, según los organizado­res. Se desarrolla­rá frente a la Basílica de Luján y no se prevé que haya oradores. Se leería únicamente un documento bajo el lema “Paz, pan y trabajo”.

La otra protesta será el miércoles próximo, frente al Congreso de la Nación. Los gremios y los movimiento­s sociales rechazarán desde la calle el debate legislativ­o sobre la ley de presupuest­o. Apuestan a torcer el apoyo al proyecto oficial que le darían algunos bloques de la oposición.

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Junto a su padre, Pablo Moyano denunció una “campaña mediática”

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