Los gremios endurecen su postura contra el Gobierno
La cGt anunció otro paro; el moyanismo sube el tono
La cúpula de la CGT anunció con una anticipación inusual la convocatoria a una huelga general de 36 horas. Tras participar del acto del peronismo en Tucumán, Héctor Daer y Carlos Acuña, los dos jefes de la central obrera, anticiparon un paro para noviembre.
El anuncio coincidió con el regreso al país del sindicalista Pablo Moyano, luego de que el juez Luis Carzoglio rechazó un pedido del fiscal para detenerlo. El gremio de camioneros lo recibió con un acto, en el que lanzó críticas contra el Gobierno, la Justicia y los medios de comunicación.
A diferencia de otras oportunidades, la cúpula de la CGT anunció con una anticipación inusual la convocatoria a una huelga general para noviembre. De concretarse, sería la quinta en rechazo del plan económico del presidente Mauricio Macri.
Después de haber participado del acto del peronismo no kirchnerista en Tucumán, Héctor Daer y Carlos Acuña, los dos jefes de la central obrera, anunciaron un paro de 36 horas. La fecha de la protesta comenzaría a debatirse recién el jueves próximo, en la reunión de consejo directivo, en la sede de Azopardo 802.
Los dos caciques sindicales aseguraron ayer que “seguramente” convocarán a un paro de 36 horas en noviembre y volvieron a caminar con pies de plomo acerca del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que consideran “dañino” y perjudicial.
“Se terminó el diálogo con el Gobierno, estamos desilusionados”, sostuvo Acuña, un dirigente que responde a Luis Barrionuevo y que es cercano a Sergio Massa. Y añadió: “Si el Gobierno sigue con esta política económica, la CGT convocará a un paro nacional con movilización en noviembre”.
Daer, por su parte, señaló: “Las políticas de este gobierno nos están llevando a una debacle social. Lo único que queda por delante es un paro de 36 horas, aunque todavía no está definida la fecha”. En diálogo con El Destape Radio, Daer, que integra en la CGT el bastión de “los Gordos”, señaló que “el macrismo perdió toda sensibilidad social y que lo único que queda por delante es un paro nacional”.
La jugada de Daer y Acuña tomó por sorpresa a más de uno de sus colegas del consejo directivo. En la última reunión de la mesa chica cegetista, hace casi tres semanas en la sede de UPCN, el paro se había deslizado como una posibilidad, aunque nunca como una certeza. Y mucho menos que fuera a ser de 36 horas y con una movilización.
“Si muchos gremios estamos reabriendo paritarias, no vamos a plantear un paro. El anuncio no estaba debatido ni consensuado”, reconoció a la nacion un dirigente de peso del sector de los autodenominados “independientes”, donde confluyen la Uocra y los estatales de UPCN y Obras Sanitarias. Otro dirigente de este sector argumentó casi resignado: “Podemos hacer mil paros, pero el Gobierno no va a cambiar el modelo económico ni va a romper el acuerdo con el FMI”.
También causó asombro entre los pocos moyanistas que mantienen su silla en el consejo directivo cegetista, que esta semana sufrió otras dos bajas: Rubén García (municipales) y Roberto Coria (guincheros), según informó el sitio www.infogremiales.com.ar. Entre el enojo y la sorpresa, uno de los moyanistas que siguen en la CGT planteó: “Si Daer y Acuña anuncian un paro, tiene que ser ya. Hasta noviembre puede pasar cualquier cosa”. La fuente distinguió la mano de Barrionuevo detrás del apresurado anuncio.
A pesar de estas voces que parecen tomar distancia de los dos jefes cegetistas, hubo otras que empujan por una protesta y que estarían dispuestas a acompañar el eventual paro.
El jefe de los colectiveros de la UTA, Roberto Fernández, que también participó del acto peronista en Tucumán, expresó su preocupación por la inflación y la caída del empleo. Su gremio tiene latentes conflictos en varias provincias del interior del país porque aún no se concretó el pago del aumento salarial acordado en la paritaria del sector.
“Al Gobierno no le interesa hablar con nosotros. Pedimos un cambio de rumbo económico. La inflación más la devaluación detona los salarios”, dijo un dirigente jerárquico de la UTA, un gremio clave para garantizar el impacto de una huelga.
Otros gremios del transporte, en cambio, no están del todo convencidos de avanzar en una medida de fuerza.
La maniobra de Daer y Acuña esconde una lógica. No habrían querido esta vez quedar detrás de las vertientes de la CTA, que también agitan con un paro en noviembre, ni seguir los pasos del frente sindical que construyeron Hugo y Pablo Moyano, que plantearon ayer la necesidad de un endurecimiento de la CGT.
Hasta que se defina la fecha del paro, en la hoja de ruta de reclamos sindicales figuran dos puntos marcados en rojo. El primero será la movilización de mañana a Luján de los sindicatos que comulgan con Moyano más sus aliados de los movimientos sociales e intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires. La manifestación, que cuenta con aval de un sector de la Iglesia, se anticipa multitudinaria, según los organizadores. Se desarrollará frente a la Basílica de Luján y no se prevé que haya oradores. Se leería únicamente un documento bajo el lema “Paz, pan y trabajo”.
La otra protesta será el miércoles próximo, frente al Congreso de la Nación. Los gremios y los movimientos sociales rechazarán desde la calle el debate legislativo sobre la ley de presupuesto. Apuestan a torcer el apoyo al proyecto oficial que le darían algunos bloques de la oposición.