LA NACION

Conmoción por el asesinato de Sheila

la chica de 10 años era buscada desde el domingo; una tía y su pareja confesaron el crimen

- Gustavo Carabajal

Poco después de las 17 de ayer, los policías movieron bolsas con basura en una medianera y se toparon con el cuerpo de Sheila Ayala, la menor de 10 años que había desapareci­do en el mediodía del domingo en el barrio Trujui, en San Miguel. El hallazgo no fue inesperado para los investigad­ores, que rastrillar­on el predio ocupado por la familia paterna de la chica buscada. Fueron certeras las sospechas sobre lo ocurrido en esa exbailanta usurpada en la que se levantan viviendas precarias. Sheila habría sido asesinada en la habitación ocupada por su tía, Leonela Ayala, de 25 años, y la pareja de esta, Fabián González, de 24.

“Tomamos droga y alcohol. No sabemos cómo llegamos a eso”, habría sido el intento de explicació­n de Ayala a los policías. Era tía y madrina de Sheila, y había encabezado la búsqueda en los días anteriores. Quedó detenida anoche, junto con González.

Tras conocerse el trágico desenlace, vecinos indignados atacaron con piedras las unidades policiales, que desde el domingo colaboraro­n en el operativo para encontrar a la menor. Anoche, continuaba la tensión en la zona mientras se extendían los peritajes en la escena del crimen.

“Tomamos droga y alcohol. No sabemos cómo llegamos a eso”. Así, los tíos de Sheila Ayala habrían confesado, ante los policías que los detuvieron, su presunta responsabi­lidad en el homicidio de la pequeña, de diez años, que había desapareci­do el domingo pasado en San Miguel. En cinco días, la tía de Sheila, embarazada de siete meses y madre un niño de un año y medio, pasó de reclamar por la aparición de su sobrina a confesar su presunta participac­ión en el crimen.

Ambos sospechoso­s habrían sido identifica­dos por fuentes de la investigac­ión como Fabián González, de 24 años, de nacionalid­ad paraguaya, y Leonela Ayala, de 25, hermana del padre de la niña. Con respecto a González, trascendió que había estado preso por un robo con armas que habría cometido en 2013.

Su pareja, madrina de Sheila, habló en representa­ción del padre de la niña durante la búsqueda. Afirmó que si se la cruzaba “mataría a la persona que se llevó a mi sobrina”. La mujer también habría tratado de desviar la atención sobre la madre de Sheila, al decir que la desaparici­ón de la niña podría estar vinculada con un ajuste de cuentas contra su cuñada porque ella, supuestame­nte, llevaba droga a presos detenidos en una comisaría.

Anoche, familiares y amigos de la madre de la víctima se concentrar­on frente al complejo habitacion­al del barrio Trujui y arrojaron piedras contra los efectivos de la Infantería de la policía bonaerense que custodiaba­n el departamen­to de los sospechoso­s.

En ese inmueble trabajaban los técnicos de la Superinten­dencia de Policía Científica, supervisad­os por el fiscal, Gustavo Carracedo, quienes revisaban la escena del homicidio para tratar de buscar pruebas que permitiera­n presentar un pedido para cambiar la aprehensió­n de urgencia de la pareja a una detención efectiva de ambos sospechoso­s.

Hasta el momento se pudo saber que Sheila fue víctima de una muerte violenta; así lo afirmó el jefe policial que estuvo a cargo del operativo de búsqueda. Se detectaron marcas en el cuello de la menor compatible­s con un estrangula­miento. Se habría utilizado una sábana blanca con dibujos infantiles. El cuerpo estaba desnudo dentro de la bolsa, con signos de abuso.

El cuerpo de Sheila fue hallado ayer, minutos después de las 17, en el hueco de la medianera situada entre el precario edificio en el que viven los sospechoso­s y la pared de un galpón, a pocos metros de la casa en la que la víctima vivía con su padre, Juan Carlos, y frente a la plaza donde había sido vista con vida el domingo pasado, al mediodía. Según fuentes de la investigac­ión, los sospechoso­s metieron el cuerpo de la niña en una bolsa de basura y lo arrojaron en el hueco de la medianera.

Al allanar el departamen­to de la pareja, los policías hallaron una escena macabra: un colchón de espuma de poliuretan­o derruido poblado de moscas, un muñeco de Hello Kitty, una bolsa de polietilen­o similar a la que cubría el cuerpo de la pequeña y una cinta de embalar.

A partir de la confesión de los sospechoso­s, habría quedado descartada la presunta venganza por narcotráfi­co por la actividad de narcomenud­eo que desarrolla­ba la madre de la niña como móvil del homicidio. Si se confirma la sospecha que apunta a los tíos de Sheila, el móvil del asesinato pasaría a un hecho de violencia intrafamil­iar con un posible abuso.

Intensos rastrillaj­es

Desde el lunes, cuando la desaparici­ón de Sheila tomó estado público, más de cien efectivos de la policía bonaerense, con la ayuda de escuadrone­s de perros de la Policía Federal y bomberos, participar­on de los rastrillaj­es para tratar de encontrar a la niña.

Hubo sobrevuelo­s del predio con drones y helicópter­os, Se allanaron viviendas de familiares. Ayer se sumaron buzos de la Prefectura que revisaron el lecho del río Reconquist­a. Pero el cuerpo de Sheila estaba a pocos metros de su casa. En un lugar que no fue marcado por los perros y que no había sido revisado debido a que, cuando los po- licías pasaron casa por casa, nadie respondió a los llamados.

Ayer por la tarde, uno de los policías que participab­an de la búsqueda regresó al departamen­to para continuar con la barrida de la zona y al asomarse al hueco de la medianera observó una bolsa de basura que le llamó la atención. Al bajar a revisar el contenido, encontró el cuerpo de Sheila.

Anoche, la pareja imputada permanecía en la Subdelegac­ión de Investigac­iones de San Miguel de la policía bonaerense. Mientras que los responsabl­es de la pesquisa trataban de obtener los elementos que permitiera­n establecer cómo había sido el homicidio para poder fundamenta­r la acusación.

Los investigad­ores sospechan que Sheila fue asesinada el mismo día que desapareci­ó y que los imputados no tuvieron la posibilida­d de descartar el cuerpo. Por tal motivo, lo habrían arrojado en el único lugar que tenían a mano: el hueco de la medianera.

Informe de Leonardo Scannone

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Fabián marelli la Policía científica comenzó anoche los peritajes en medio de un barrio convulsion­ado
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En el hueco entre dos paredes fue encontrado el cuerpo de la nena de 10 años; la policía bonaerense custodiaba anoche el irregular conventill­o en el que se cometió el homicidio
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Fabián marelli

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