Marcha atrás en una bandera clave en política educativa
La argentina tiene un problema educativo, y es su dificultad para instalar definitivamente una cultura de la evaluación de la calidad de los aprendizajes.
El Ministerio de Educación nacional dio marcha atrás con un objetivo clave de su política educativa: evaluar los aprendizajes todos los años de manera censal, es decir, alumno por alumno, en 6º grado de primaria y en 5º año de secundaria. pero ayer, no se tomó la prueba aprender de 5º año. Desde ahora, las pruebas censales se harán cada dos años, de forma alternada entre primaria y secundaria.
la decisión tiene consecuencias: la calidad, su medición y una política de mejora educativa basada en datos estadísticos es una bandera de pro desde antes de llegar a la presidencia.
El kirchnerismo, en cambio, había ido en sentido contrario. Terminó tomando las evaluaciones ONE, que habían sido anuales, cada tres años. Dejó de divulgar los resultados por provincia. Descuidó las muestras de alumnos y los resultados se volvieron poco confiables.
cuando asumió, cambiemos hizo su primer gesto fundacional en el tema de la calidad educativa: terminó con las ONE, las refundó con las pruebas aprender y prometió mayor transparencia, mayor visibilidad social y una frecuencia anual, porque la importancia del dato educativo, insistió el Gobierno, lo merecía. Se trataba de instalar la cultura de la evaluación.
por eso la contramarcha desconcierta. por un lado, algunas versiones lo atribuyeron al ajuste en el contexto de déficit fiscal, lo que fue negado desde el ministerio. por otro, fuentes oficiales minimizaron el peso de la decisión, dado que este año las pruebas PISA, que evalúan a alumnos de 15 años, compensarían la falta de prueba censal de 5º año.
Sin embargo, una prueba a un grupo representativo de estudiantes como es PISA no permite los mismos usos que una prueba alumno por alumno como era aprender, que puede usarse para la intervención personalizada de apoyo escolar de los chicos.
otra explicación oficial recalcó que en américa latina las evaluaciones en general son bienales o trienales. Sin embargo, chile, el país con mejores resultados educativos y más equitativos de la región, sigue tomando todos los años una prueba nacional censal en 4º grado y en 2º año de nivel medio.
Un cambio tal como el que decidió el Gobierno merecía una explicación detallada acerca del porqué de semejante decisión, que desdice lo que sostenía cambiemos hace apenas dos años. “Vamos a evaluar todos los años, en todos los niveles, todos los grados”, sostenía la secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, en 2016.
Sin embargo, la novedad se instaló primero como rumor e inquietud. las explicaciones finalmente llegaron tarde y resultaron escasas y discutibles. Y empiezan a surgir dudas acerca de cuál es de aquí en adelante la estrategia de la política de calidad educativa, la gran bandera educativa de cambiemos.