La Unión Europea rechaza el presupuesto de Italia y desata la ira de los populistas
El borrador presentado contempla un déficit del 2,4%, el triple de lo pactado para financiar la plataforma electoral del gobierno
ROMA.– No fue una sorpresa para nadie. Tal como había advertido en las últimas semanas, en una medida sin precedente en su historia, la Comisión Europea (CE) rechazó ayer el borrador de presupuesto para 2019 presentado la semana pasada por Italia, que viola reglas de la Unión Europea (UE). Bruselas le dio al gobierno populista encabezado por Giuseppe Conte un plazo de tres semanas para elaborar un nuevo plan. En caso contrario, Italia enfrentará una acción disciplinaria.
“Es la primera vez que lo hacemos, pero no vemos alternativa”, explicó, en Estrasburgo, el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis. “El gobierno italiano está abierta y conscientemente yendo en contra de los compromisos asumidos hacia sí mismo y hacia los demás Estados miembros, con la ilusión de escaparles a las reglas sin consecuencias”, agregó.
Se refería, así, a un presupuesto que incluye una previsión de déficit del 2,4% del PBI, el triple de lo pactado con la UE, que representó un verdadero desafío a Bruselas. Con este déficit el gobierno populista formado por Luigi Di Maio, líder del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), y Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga, pretende cumplir con sus promesas electorales. Es decir, implementar una “renta de ciudadanía” de 780 euros mensuales para los 6 millones de pobres de Italia, reformar el sistema jubilatorio y bajar los impuestos, medidas que, en verdad, no se puede permitir.
El comisario económico, Pierre Moscovici, que la semana pasada estuvo dos días en esta capital para intentar convencer al gobierno de cambiar sus planes, al explicar el anunciado rechazo de la UE recordó la gigantesca deuda pública de Italia, equivalente al 132% del PBI. “Italia debe llevar adelante su compromiso para reducir su deuda pública, que es el enemigo de la economía y de los pueblos europeos. El peso de 37.000 euros por ciudadano deja sin respiro a la economía italiana: con 65.000 millones de gastos por los intereses de su deuda, Italia ha debido desembolsar lo mismo que gasta en educación”, graficó. Moscovici destacó que, más allá de que se trata de la primera vez que la UE rechaza un presupuesto, “no le cerramos las puertas a Italia”.
El anunciado bochazo a la aquí llamada “maniobra” presupuestaria volvió a disparar por arriba de los 300 puntos el spread –el diferencial de rendimiento de los bonos a diez años alemanes e italianos–, un termómetro de la confianza de los mercados, cada vez más escépticos. Pero el gobierno populista no se inmutó.
“No existe ningún plan B. He dicho que el déficit del 2,4% del PBI es el techo. Este será nuestro techo”, dijo Conte, que intentó calmar las aguas sobre una posible salida de Italia –tercera economía de Europa– del bloque. “Este Ejecutivo no llevará a Italia fuera de Europa. Nos sentimos en casa en Europa y pensamos que el euro es y será nuestra moneda, la moneda de mi hijo y la de mis nietos”, agregó. “Quizás estamos listos para una revisión de gastos”, admitió.
Salvini, ministro del Interior y hombre fuerte del gobierno, recordó que si en el pasado el spread hizo caer un gobierno –el de Silvio Berlusconi, en 2011–, “esta vez no sucederá, porque este gobierno no da marcha atrás”. Dirigiéndose a los “burócratas” de la UE, les recordó que “no están atacando a un gobierno, sino a un pueblo”.
Le hizo eco su socio, Di Maio. “Es el primer presupuesto que no le gusta a la UE. No me sorprende: es el primer presupuesto italiano que es escrito en Roma y no en Bruselas”, reivindicó en un post en Facebook.