GALLARDO

EL FASTIDIO NO LO DEJÓ DISFRUTAR EL HOMENAJE

Vamos a ser avasallantes en nuestra cancha”. El pronóstico de Marcelo Gallardo en la previa de la semifinal no se cumplió. Y así lo reflejó en la cancha: durante varios tramos se lo vio molesto, enojado, mucho más histriónico de lo normal. Hablando con su ayudante Matías Biscay, el técnico de River perdió el duelo con su par brasilero Renato Gaúcho. El libreto de Gremio, que los jugadores siguieron al pie de la letra, desactivó cualquier posibilidad del Millonario, que siempre se sintió demasiado incómodo.

El homenaje que vivió el Muñeco en la previa se vio opacado por la primera derrota del año en el Monumental y la segunda seguida de su equipo, situación que no ocurría desde noviembre del año pasado (perdió con Newell’s y Gimnasia por la Superliga). Un duro golpe para el DT, que recibió un mimo de la Subcomisión del Hincha: más de 100 socios prepararon un marco especial en las tribunas San Martín (se leyó el CARP) y Belgrano Alta (se vio la MG, iniciales del entrenador, junto a un corazón), que se realizó en tres días de trabajo, con más de 18 mil cartulinas, 500 tiras rojas y blancas de plástico.

Pese al apoyo de su gente, Gallardo ideó un partido en su cabeza que distó mucho de lo que finalmente sucedió. El 4-1-32 ubicó a Quintero muy lejos de Pity Martínez, ambos muy relegados a la banda; el equipo no supo cómo generar situaciones de gol, un déficit poco común para el presente del equipo; y el banco de suplentes no brindó respuestas. Además, volvió a sufrir un aspecto que viene siendo cotidiano: la pelota parada en contra, algo que Gremio sabe utilizar más que bien (marcó así nueve de sus últimos 16 goles).

Ahora, River deberá jugar su última ficha el martes que viene en Porto Alegre. Y el Muñeco tendrá otra gran oportunidad para desafiar a la historia y reponerse de una dura derrota.