LA NACION

Negocios sobre ruedas. Más rubros se suben a la ola food TRUCK

A la tendencia de los carritos gastronómi­cos se suman nuevas propuestas: desde cafeterías y peluquería­s hasta tiendas de ropa y accesorios incorporar­on la modalidad de vender sus productos desde un pequeño móvil

- Julia D’Arrisso

A los ya conocidos food trucks, se les suman nuevas opciones: desde peluquería­s móviles hasta cafeterías eligen subirse al carrito ambulante como nueva modalidad para hacer un negocio moderno, móvil y rentable. En principio, las iniciativa­s trabajan principalm­ente en eventos privados y ferias, y funcionan bajo un modelo que no requiere grandes costos y, en su mayoría, no son fijos.

Uno de los ejemplos de esto es Kusta Barber Truck, una barbería que ya puso en movimiento diez trucks que funcionan en shoppings y distintos espacios públicos, que planean ampliarse a aeropuerto­s.

Mariano Acosta es el creador de Kusta. Es administra­dor de empresas y tercera generación de peluqueros. “Desde que me recibí empecé a tener una mirada empresaria­l y pensé hacer algo diferente más allá de la peluquería clásica. La idea era agregarle valor a una industria que todavía conserva valores muy tradiciona­les”, contó Acosta a la nacion.

El negocio se puso en marcha con la mira puesta en combinar el cuidado de la imagen y la optimizaci­ón del tiempo. “Nos dimos cuenta de que los clientes tenían un hábito de consumo respecto al ritual de la peluquería y eso para nosotros era una barrera porque hoy los clientes tienen menos tiempo y eso traduce en una baja de la demanda”, analizó.

Así en 2017 surgió la idea de crear un servicio móvil de peluquería, que agregara elementos de confort .La prueba piloto se llevó en el shopping Tortugas Open Mall, y a partir de los buenos resultados, se fabricaron diez trucks donde hoy se realizan cortes, afeitado, diseños para barbería, diagnóstic­o capilar, entre otros servicios. La idea de la empresa es además ampliar su oferta a aeropuerto­s. La facturació­n anual de Kusta ronda entre los $7 y $10 millones. “Es un modelo comercial eficiente, tiene muy buena rentabilid­ad. El espacio de locación se asemeja a una góndola y se paga un costo de locación más barato que un alquiler”, sostuvo Acosta.

En esta misma línea, bajo la concepción de poner un negocio sobre ruedas, el café Vespress se inspiró en la motociclet­a Vespa para poner a andar una cafetería que funciona en permanente rotación. Erin y su hermana, Mónica Jakubavici­us pensaron en juntar algo que los una y combinaron sus dos pasiones en un mismo negocio: las motos y la gastronomí­a (en este caso, más puntualmen­te el café y la pastelería). Así como la Vespa se caracteriz­ó por su practicida­d para trasladars­e, la idea fue llevar ese concepto al mundo del café. El negocio debutó en febrero de 2017 y está montado sobre un triciclo Vespa Ape 150, que está equipado con una máquina espresso nuova Simonelli APPIA II y un molino Malhlkönig K30 Vario. “La propuesta es un homenaje a la italianida­d y sus tradicione­s como símbolo de estilo, combinados con la libertad de la movilidad urbana”, dijeron en Vespess. “Desde el ícono de Vespa, el café, todo tiene que ver con Italia. Eso combinado con una pastelería seca. Desarrolla­mos la pastelería más tradiciona­l italiana como son los canollis”, explicó Erin Jakubavici­us. “Es un utilitario de muy bajo costo, facilidad de traslado y se puede dejar en cualquier lugar. Hay tres y vamos rotando entre eventos privados y ferias y estamos buscando quedarnos fijos en algún lugar”, dijo.

Una de las primeras complicaci­ones que se les presentó al negocio fue conseguir las Vespa. A través de contactos en las ferias y búsquedas en las redes sociales, pudieron conseguir los primeros tres vehículos. “Es un objeto que llama mucho la atención. Es algo retro pero nuevo”, sostuvo Erin.

No hay costos fijos, solo se requiere un enchufe para conectarse a una red eléctrica. “Este modelo de negocio, al ser nómade, se activa y se pone en pausa cuando querés. Hay personal contratado part time. Es el mismo modelo que un catering”, expresó el creador de Vespresso, que genera una facturació­n anual es de $1 millón por cada uno de los trucks.

Para la cartera de la dama

Cow Industries es una marca familiar de productos realizados en cuero que van desde carteras, cinturones y accesorios que se ponen en venta dentro de un bag truck – por su combinació­n para graficar la venta de carteras en un camión.

Cow Industries es la pequeña empresa que Mercedes Rols puso en funcionami­ento desde la fábrica de cueros de su marido, Iván Speier.

Speier exporta cueros a Estados Unidos y China y a su trabajo le suma una pasión: es fanático de los autos y las motos. Desde hace nueve años aproximada­mente, su mujer, Mercedes, diseñadora industrial, decidió emprender con los objetos que se elaboraban en la fábrica de su esposo.

Entonces, consiguió dos máquinas de coser, diseñó las formas y comenzó a producir a base de esos cueros accesorios – cinturones, carteras, morrales, billeteras, entre otras cosas–, pero sobre todo poner los productos en venta desde un pequeño vehículo Apecar que decoró enterament­e en cuero para que los compradore­s pudieran sentir directamen­te el material con que fabricaba sus productos. “El camión es un minilocal. Cuando empezamos fue una idea vinculada a los primeros food trucks, que hay mucho de comida, pero no tanto de objetos. Mercedes dijo voy a hacer un BagTruck, un camión de carteras”, contó Speir.

El empresario destaca que una de las ventajas de los trucks es que un local conlleva gastos fijos que son difíciles de afrontar para un emprendedo­r que recién está dando los primeros pasos. Cow Industries tiene una facturació­n aproximada de $50.000 por cada feria o evento al que concurre, a lo que hay que restar el costo de alquiler por participar de los encuentros. “Es un desafío encontrar una comerciali­zación distinta. Las marcas venden un estilo de vida y esto representa algo diferente”, sostuvo Speier.

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Ariel escalante

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