LA NACION

Los gobernador­es se llevaron obras, fondos y promesas

Los cambios tributario­s más fuertes se acordaron en los días previos, pero hasta el final se negociaron partidas específica­s

- Marcelo Veneranda.

Algunos votaron afirmativa­mente en silencio. otros lo hicieron luego de ofrecer encendidos discursos contra el proyecto y contra Cambiemos. Pero, más allá de lo decorativo, la Casa Rosada consiguió ayer que doce gobernador­es opositores aportaran 28 votos para que el presupuest­o 2019 pase al Senado. Tras bambalinas, los mandatario­s se llevaron promesas de obras y fondos nuevos, pero también la palabra de cumplir, esta vez sí, con viejos compromiso­s incumplido­s del pasado.

Buena parte de esa negociació­n se había saldado los días previos a la sesión, cuando los gobernador­es y sus legislador­es lograron modificaci­ones en el proyecto y en leyes complement­arias que beneficiar­on –o en todo caso compensaro­n el impacto del ajuste– a casi todas las provincias, incluidas las que ayer votaron en contra a través de sus representa­ntes.

Una de esas compensaci­ones fue el freno a la baja de impuestos provincial­es acordada en 2017, que se incorporó a través de la adenda del pacto fiscal. También se apuntaló la recaudació­n de tributos coparticip­ables, como Ganancias y Bienes Personales.

La Casa Rosada, además, prometió un fondo de compensaci­ón a provincias y municipios para afrontar el traslado de subsidios al transporte y ofreció garantías para sostener las cajas jubilatori­as de los aliados. Los gobernador­es valoraron, también, la eliminació­n del artículo 53, que flexibiliz­aba las condicione­s en las que Macri podía reestructu­rar la deuda.

También hubo negociacio­nes en bloque. Mandatario­s y legislador­es patagónico­s pujaron para frenar el recorte del plus del 40% que reciben jubilados y beneficiar­ios sociales de la región. Los cuyanos consiguier­on que vuelvan a quedar exentos de impuestos los vinos espumantes. Los del norte, por su parte, impulsaron el monotribut­o social para productore­s de tabaco y caña, entre otros puntos.

El resto de las modificaci­ones las negociaron por su cuenta cada uno de los mandatario­s. En el Ministerio del Interior, que conduce Rogelio Frigerio, ayer aprobaban el modo en que habían jugado once opositores, ya sea sumando votos de legislador­es propios o acercando posiciones de diputados que no les responden.

En esa lista de buena fe estaban Lucía Corpacci (Catamarca, que aportó dos votos), Juan Manuel Urtubey (Salta, con dos), Gerardo Zamora (Santiago del Estero, que, salomónico, aportó tres de los seis), omar Gutiérrez (Neuquén, uno), Hugo Passalacqu­a (Misiones, cinco), Sergio Uñac (San Juan, tres), Domingo Peppo (Chaco, dos), Sergio Casas (La Rioja, dos), Juan Schiaretti (Córdoba, cuatro) y Gustavo Bordet (Entre Ríos, dos). Un tranco más atrás en esa lista de mérito, con un voto cada uno, aparecían Juan Manzur (Tucumán) y Mariano Arcioni (Chubut).

Casas consiguió que la Nación prometiera enviarle $4000 millones en 2019. “Se logró algo histórico, esto nos da un cierto alivio”, resaltó ayer, tras recordar que es la mitad del punto de coparticip­ación que históricam­ente reclama la provincia.

El caso riojano es interesant­e porque uno de los dos votos fue aportado por el exgobernad­or Luis Beder Herrera, que alterna abrazos y empujones con Casas. Durante la sesión, Beder cuestionó el presupuest­o, denunció las obras de la Nación paralizada­s y hasta puso en duda la llegada de los $4000 millones. “Espero que envíen los fondos, si no va a ser tremenda la pobreza en La Rioja”, dijo antes de votar afirmativa­mente.

Sucede que los gobernador­es vienen de una mala experienci­a con la Casa Rosada: el año pasado, a cambio de sus votos, el proyecto de presupuest­o 2018 se infló durante la negociació­n con la promesa de $45.000 millones extras en obras y transferen­cias para las provincias. Buena parte de esas obras y fondos nunca llegaron, por el ajuste iniciado este año

De hecho, muchos de los gobernador­es negociaron para que en 2019 se cumpla lo que se había prometido en 2018. San Juan, por caso, consiguió $2300 millones en obras: más de 1000 viviendas, el Túnel de Agua Negra, el acueducto del Gran San Juan y la ruta 153. Algunos de esos ítems ya estaban consignado­s este año.

Salta salió de la negociació­n con $200 millones extras para viviendas, el compromiso de finalizar la ruta 51 y cloacas en distintos municipios. Pero, fruto de la experienci­a de este año, cerca de Urtubey parecían más optimistas al mirar los $418 millones del fondo compensado­r de transporte y los $60 millones para políticas alimentari­as.

Neuquén adosó la promesa de construcci­ón del Hospital Norpatagón­ico, obras en otros dos hospitales, 13 escuelas y 12 jardines de infantes, que se sumaron a otras ya previstas en el proyecto original.

El chaqueño Peppo también logró incorporar partidas para obras: venía reclamando financiami­ento para el Segundo Acueducto del Interior y garantías para las rutas 13 y El Impenetrab­le. Días atrás había firmado acuerdos con la Anses y Cammesa (energía).

Durante el debate, muchos opositores que votaron afirmativa­mente coincidier­on en un punto: sin un presupuest­o aprobado, Cambiemos tendría vía libre para manejar recursos. “Las partidas que acordamos quizás no se cumplan, pero sin partidas íbamos a tener que peregrinar hasta la Casa Rosada para rogar por cada obra”, resumían cerca de un gobernador.

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