Trump envía militares a la frontera para contener a los migrantes
Por cuestiones legales, brindarían apoyo logístico a la patrulla fronteriza
WASHINGTON.– Una de las fronteras más seguras y militarizadas del mundo recibirá, pronto, un refuerzo con tintes políticos. El Pentágono anticipó que planea enviar unos 800 soldados al límite entre Estados Unidos y México, una movida impulsada por el presidente Donald Trump para dar una señal de fortaleza contra la caravana en la recta final a las elecciones legislativas, en las que se decidirán el control del Congreso y el futuro de su presidencia.
Una fuente del Pentágono anticipó a varios medios que el secretario de Defensa, James Mattis, tiene previsto firmar una orden para despachar “tropas” a pedido del Departamento de Seguridad Interior. Los enviados incluirían médicos e ingenieros para proporcionar “apoyo logístico” a las patrullas fronterizas.
Trump dijo en reiteradas oportunidades que quería enviar militares a la frontera para reforzar la seguridad y frenar el ingreso de unos 7000 migrantes que avanzan en una larga procesión que comenzó en San Pedro Sula, Honduras, y actualmente se encuentra en el sur de México, a más de 1500 kilómetros de Estados Unidos. El mandatario dijo que la caravana representaba una “emergencia nacional” y un “asalto al país”.
“Estoy trayendo a los militares para esta emergencia nacional. ¡Serán detenidos!”, insistió Trump, ayer, en un mensaje en Twitter.
Unos 2000 efectivos de la Guardia Nacional ya se encuentran en la frontera por órdenes anteriores del Pentágono. El límite entre México y Estados Unidos es uno de los territorios más custodiados del planeta con agentes fronterizos, vehículos, una alambrada –en algunos sectores, una triple alambrada, con un carril en el medio– que recorre más de 1000 kilómetros de la frontera, cámaras, luces y drones, además del respaldo de satélites.
El despliegue militar dentro de Estados Unidos abrió una compleja discusión legal, ya que los críticos de la iniciativa afirman que, técnicamente, las tropas no pueden utilizarse como una fuerza de seguridad doméstica. Para eso ya existen otras fuerzas con esa potestad, argumentan. Pero Trump insistió en movilizar tropas para cumplir con una de sus promesas centrales de campaña: detener a los migrantes que quieren ingresar, sin papeles, por la frontera sur del país.
Debido en parte a las restricciones legales, el Departamento de Defensa aún trabajaba en los detalles de la decisión de enviar “tropas” y satisfacer el pedido de la Casa Blanca. Algo parecía seguro: las “tropas” no estarían abocadas, de manera directa, a tareas de seguridad, sino que se dedicarían a brindar apoyo a los agentes fronterizos. Esa decisión parecía destinada a evitar los riesgos de un enfrentamiento directo con los migrantes, pero, también, a evitar problemas legales para el gobierno.
En cambio, sí se espera que los soldados proporcionen cercas, materiales de pared y otros soportes técnicos en varios puntos claves de la frontera por donde se cree que los migrantes pueden intentar cruzar. Las “tropas”, según indicaron medios locales, también aportarían tiendas de campaña, vehículos y equipos.
Trump dijo que la caravana representa un “asalto” a Estados Unidos, y varios de sus aliados la equipararon con un ataque a la soberanía del país. El presidente también sugirió que entre los migrantes habría terroristas, aunque no aportó evidencia alguna para respaldar esa acusación.
Los organismos de derechos humanos y las organizaciones civiles abogaron por respetar los derechos de los migrantes y recordaron que muchos de ellos están protegidos por las garantías internacionales para personas que buscan asilo político. Las imágenes de la caravana muestran, en su mayoría, a familias y chicos que viajan con escasísimos recursos.
La Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (Acnur) movilizó personal y recursos al sur de México tras la llegada de la caravana a las tierras fronterizas del sur del país.
“Lo que preocupa a la Acnur en este momento es el desarrollo de la situación humanitaria y los riesgos conocidos de secuestro y seguridad en las áreas en las que la caravana podría aventurarse”, dijo esta semana el vocero del organismo en Ginebra, Adrian Edwards.