Hinchadas en contra
mostraron su apoyo a Bolsonaro, con diferentes posts en sus redes sociales. Edmundo difundió un video apoyando al candidato del PSL y Cafú se grabó junto a un policía militar, garantizando su voto a la opción de extrema derecha.
El crack de futsal, Falcão, también se manifestó a favor de Bolsonaro en Instagram. Los jugadores multicampeones de la selección brasileña de voleibol, Wallace y Mauricio, aparecieron en una foto completando el número 17 (la lista del PSL) con las manos, algo parecido a lo que hizo el bicampeón mundial de Fórmula Uno, Emerson Fittipaldi, quien además visitó a Bolsonaro en el hospital Albert Einstein, donde estaba internado. Sin embargo, los más fervientes “guerreros” bolsonaristas son los luchadores de MMA (Artes Marciales Mixtas) José Aldo, Wanderlei Silva, Paulo Henrique Borrachinha y Warlley Alves, quienes inclusive dentro del ring ya dedicaron sus triunfos al ex-capitán.
Varios deportistas se manifestaron en la vereda opuesta a Bolsonaro, encolumnados bajo el lema #EleNão, en repudio al candidato del PSL. En el ambiente del fútbol se destacan los jugadores de Atlético Paranaense, Marcelo Cirino y Paulo André. Este último fue el único atleta en actividad en firmar un manifiesto a favor de la democracia. Entre los ya retirados, Juninho Pernambucano confió su voto a Haddad admitiendo, en entrevista a El País: “Me pone loco ver a jugadores o exjugadores que apoyan a la derecha”. Otros ídolos como Raí y Casagrande también se mostraron “a favor de la democracia y contra Bolsonaro”, pero sin apoyar directamente al candidato del PT.
La sociedad brasileña está polarizada y algunos deportistas, aún unos pocos, sintieron la necesidad de demostrar su posición. “Estamos divididos y los jugadores lo sienten así. En su mayoría, fruto de la ignorancia que los caracteriza, pero así y todo es una manifestación válida dentro de la democracia”, dijo el cronista Juca Kfouri. “Felipe Melo no hizo más que dedicar su gol a un candidato. Otros jugadores tienen el mismo derecho como ciudadanos”, agregó.
El 16 de septiembre, en el clásico minero entre Atlético y Cruzeiro, llegó a escucharse desde las tribunas del Mineirão “Cruzeirense, toma cuidado, o Bolsonaro vai matar viado”, gritaban los atleticanos, un cántico homofóbico que aprovechaba la postura del candidato a presidente por el PSL. Días después, Rodrigo González Tapia, presidente de Gaviões da Fiel, facción más popular de la barra brava de Corinthians, publicó una nota titulada “Gavião no vota a Bolsonaro”, usando el pasado de la hinchada del Timão en su lucha contra la dictadura militar.
Más allá de los cánticos de Atlético Mineiro, ninguna hinchada se manifestó a favor de Bolsonaro y, algunas horas atrás, 69 agrupaciones y colectivos del fútbol le entregaron el “Manifiesto de las torcidas en favor de la democracia” a Fernando Haddad en un acto realizado en la Universidad Católica de San Pablo.
El documento, firmado entre otros por Gaviões, Mafia Azul (Cruzeiro) y la Torcida Jovem (Santos), dejó clara la posición contra Bolsonaro. “Dijo que quiere acabar con todos los activistas y nosotros somos, ante todo, activistas”, sostuvo Chico Amalfitani, fundador de Gaviões, al justificar su apoyo a Haddad y al PT en la segunda vuelta.
Lucho González, en la polémica
Este lunes se conoció la multa de 70 mil reales (casi 19 mil dólares) que el Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD) le aplicó a Atlético Paranaense por entrar en el campo de juego con una remera amarilla y la frase “Vamos todos juntos por amor a Brasil”, en apoyo al candidato Jair Bolsonaro. La CBF no acepta manifestaciones políticas en los partidos bajo su jurisdicción.
No es sorprendente el uso de esas camisetas bajo este contexto, ya que Atlético Paranaense tiene el apoyo de Grupo Havan, una de las empresas que apoyan a Bolsonaro. Además, el presidente del club, Mario Celso Petraglia, ya declaró su apoyo al candidato del PSL. “Nuestro estadio iluminado en homenaje a nuestro país”, escribió Petraglia en su página personal de Facebook, exhibiendo el estadio, la Arena da Baixada, con luces amarillas, color identificado con Bolsonaro.
Fue el mismo dirigente quien obligó a los futbolistas a entrar en el campo de juego con esas remeras. El argentino Lucho González, ex Huracán y River, estaba incluido y no quiso manifestarse al respecto. El experimentado zaguero Paulo André, por su parte, se negó directamente a vestir esa camiseta.