Gianni Infantino quiere ganarle una nueva batalla a la UEFA
En Ruanda, el titular de la FIFA intenta reformar el Mundial de clubes y crear un nuevo torneo, pero los europeos se oponen
KIGALI, Ruanda.– El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, busca en Ruanda darle un nuevo impulso a dos ambiciosos proyectos: la reforma del Mundial de Clubes y la creación de una Liga de Naciones global.
El Centro de Convenciones de Kigali, en la capital de Ruanda, promete sin embargo sacar chispas. La oposición de Europa a los proyectos de Infantino es conocida, por lo que se espera un nuevo capítulo de la pulseada de poder entre la FIFA y la UEFA.
Bajo el punto cuatro de la agenda del Consejo de la FIFA, titulado con el aparentemente inocuo “Futuro de las Competiciones”, se esconde la batalla que podría desatarse en el atípico encuentro del ente rector del fútbol en el corazón de África.
La idea de Infantino es que el Mundial de Clubes, que actualmente cuenta con siete equipos participantes y se disputa en cada diciembre, pase a jugarse a mitad de año y amplíe la cantidad de competidores.
El proyecto original preveía que el torneo pase a contar con 24 equipos y se juegue cada cuatro años, pero en el último encuentro, realizado en marzo, Europa rechazó de plano la posibilidad.
Infantino irá ahora nuevamente a la carga y podría presentar cambios en su propuesta para seducir a los miembros del Consejo.
El directivo suizo también pondrá sobre la mesa el proyecto de una Liga de Naciones global, una idea que desde el nombre exhibe muchos parecidos con la Liga de Naciones europea que lanzó este año la UEFA. Según Infantino, sin embargo, el nuevo torneo podría complementarse con la competición que se está realizando en el Viejo Continente.
La propuesta cuenta aparentemente con un importante apoyo económico de un inversor que estaría dispuesto a poner 25.000 millones de dólares. La FIFA no ha brindado de momento muchos detalles sobre el asunto, aunque distintos medios coinciden en que el dinero provendría del grupo de telecomunicaciones japonés Softbank.
No se espera, en cualquier caso, que mañana haya una votación o se tome una decisión definitiva. Sí podría producirse un acuerdo sobre la supresión de la Copa Confederaciones, de modo de liberar espacio en el calendario.
La Confederaciones se juega cada cuatro años, en la temporada previa al Mundial, y sirve como ensayo general para la Copa del Mundo. Sin embargo, existe consenso en la comunidad futbolística sobre la pérdida de atractivo del torneo.
El presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Reinhard Grindel, dijo que los miembros del Consejo de FIFA tienen de momento muy poca información sobre estos temas. “No sabemos los nombres de los inversores o las bases económicas de estas competiciones. Nos faltan informaciones importantes para realizar cambios de estas características”, indicó en declaraciones al diario “Frankfurter Allgemeine Zeitung”.
La eventual presencia de inversores saudíes en alguno de los proyectos podría complicar aún más las negociaciones después de la conmoción global que generó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul.
En mayo pasado, además, la UEFA había dejado en claro su oposición a los planes de Infantino con unas fuertes declaraciones de su presidente, Aleksander Ceferin. “No puedo aceptar que se venda el alma de las competiciones de fútbol a unos difusos fondos privados”, dijo el esloveno ante los ministros de Deportes de la Unión Europea en Bruselas. “El fútbol no está en venta”.
Claro que la posición de la UEFA tampoco es inocente. La Champions League es, actualmente, el máximo evento de clubes del planeta y en Europa no tienen mucho interés en crear una competición global que pueda hacerle sombra.
Mientras tanto, Infantino avanza con la mirada puesta también en las elecciones del año próximo, donde buscará un segundo mandato al frente del organismo. El presidente de la FIFA prometió a las federaciones miembro importantes sumas para el desarrollo del fútbol, por lo que la creación de nuevos y lucrativos torneos haría mucho más fácil el cumplimiento de su palabra.