BROADWAY EN BUENOS AIRES
De Hair a Cabaret, llegarán en 2019 varios clásicos de la comedia musical
Hay un murmullo que recorre de punta a punta la calle Corrientes, una noticia que tiene alborotados a los actores, bailarines y músicos, expectante al público del teatro porteño, y algo estresados a los productores que saben todo lo que implica: en 2019, por primera vez, se estrenarán al mismo tiempo en el país al menos ocho de los títulos más relevantes de la historia del musical. Cabaret, Hair, Hello, Dolly!, Come from away, A Chorus Line, reestrenará Casi Normales, llegará el éxito español La llamada, y en Mar del Plata, se pondrá en escena La jaula de las locas, y continuará Sugar. A estos podría sumarse el esperadísimo musical de culto Once, más producciones locales de gran escala como Viva la vida, musical con las canciones de Palito Ortega, y La dama de las rosas, lo nuevo de Pepe Cibrián.
Esta rutilante lista de títulos viene acompañada por una igualmente atractiva catarata de nombres conocidos para protagonizarlos: ya se supo que Florencia Peña será Sally Bowles y Mike Amigorena el Emcee de Cabaret; A Chorus Line tendrá a Diego Ramos y Eleonora Wexler; Hello, Dolly! podría tener a Natalia Oreiro en su debut en las tablas con este histórico personaje, y siguiendo el modelo de Broadway y el West End de alternar los roles protagónicos, sería reemplazada luego por Claudia Lapacó y Lucía Galán, más Antonio Grimau y Darío Lopilato. En Mar del Plata, Laurita Fernández volverá a hacer Sugar,y Cecilia Milone estará al frente de La jaula de las locas, con Raúl Lavié y Nito Artaza.
La novedad expone una paradoja: en un contexto económico inflacionario, en el que invertir en proyectos que implican gastos en dólares –desde los derechos de las obras hasta los materiales por importar– supone para muchos un piletazo a lo desconocido, los productores más importantes de la escena han decidido apostar fuerte. Como guiados por la moraleja del musical que habla de su quehacer, Los productores, hacer feliz al público siempre da algún rédito, y apuntan a ello con los pronósticos en contra: este año, la taquilla comparada con 2017 ha sufrido un alarmante descenso de abril a septiembre –a excepción de agosto–, siendo este último mes crítico, con un 25% de caída en la venta de entradas.
“Cayó todo el consumo, no solo el teatro”, explica Lino Patalano, coproductor de Hair, el musical que cumplió 50 años y llegará en mayo al Konex dirigido por Pablo Gorlero. Para Lino, los productores argentinos han tomado riesgos siempre: “Es un momento difícil y siempre nos pasa esto cuando se crea incertidumbre.
Viene de tapa
“En 2001, el más grande desastre económico que tuvimos, los espectáculos funcionaron bien. Y ahora esto se logra porque hay productores que, en una actividad que no está subvencionada como en otros países, se la juegan, Carlos Rottemberg que acaba de inaugurar una sala [el Multitabarís Comafi]; Yankelevich produjo Sugar, ahora Cabaret. Tenemos una sociedad de productores, Aadet, que cumplió 100 años el 21 de septiembre, con eso te digo todo”, dice Patalano.
“Buenos Aires es una ciudad de argentinos con todas las letras: somos positivos, ambiciosos y melancólicos”, agrega Ricky Pashkus, quien va a dirigir A Chorus Line con producción de Javier Faroni en el Teatro Maipo. Para Sebastián Blutrach, presidente de Aadet, “producir musicales en este contexto va en contra de toda lógica”. Y aunque Carlos Rottemberg coincide, al mismo tiempo anuncia que en
2019 el Teatro Liceo, sala que dirige, estará exclusivamente dedicada a las producciones de teatro musical. “Hablé con los productores y vi muchas ganas de hacer musicales, cueste lo que cueste. Por eso vamos a apoyarlos y poner el teatro a su disposición para que la gente se acostumbre y sepa dónde encontrar comedias musicales”, explicó a Hay acuerdo entre los productores para convertir a Buenos Aires en la sede del musical sudamericano. Las cartas están echadas, aunque los números asusten: montar un musical cuesta entre
6 y 15 millones de pesos, y mantenerlo cada mes en escena, entre 2 y 4 millones. Si se compara con otro tipo de obra del circuito comercial, por ejemplo, una comedia para 4 o 5 actores, que exige una inversión de 1.5 a
2 millones de pesos, con un costo de
200 a 500 mil para mantenerla por mes, los costos de producir un musical parecen exorbitantes. Sobre todo teniendo en cuenta que los precios de las entradas no varían demasiado: en
2019 los tickets para una obra de texto rondarán los 700 pesos, y los de los musicales, 1000 en promedio. En una ecuación lógica, para recuperar costos y ganar, los productores deberían cobrar una entrada de 3000 o 4000 pesos (100 dólares es el promedio en Broadway), impensable para el bolsillo del público argentino. Esto hace evidente la obstinación creativa y artística de los productores que apuestan sabiendo que no ganarán.
“En otras partes del mundo parecería raro, pero nos largamos sin saber si vamos a poder recuperar. Hay formas con sponsors, pero hasta ahora no los tenemos”, comenta Ricky Pashkus. Buenos Aires compite con San Pablo y México en la carrera por ser la meca latina del musical, pero corre con desventaja. En Brasil funciona una ley de mecenazgo que hace viables megaproducciones de costos cercanos a los de Broadway, la ley Rouanet, que invita a empresas y personas a aportar para distintos proyectos culturales a cambio de una deducción impositiva. Este año se montó en San Pablo una versión de Peter Pan que costó aproximadamente 3 millones de dólares, en su mayoría solventados por el sponsoreo de un banco brasileño. En Buenos Aires el Ministerio de Cultura ofrece un mecenazgo con condiciones parecidas, pero no ha sido funcional a la producción de musicales: “Es imposible. Uno hace el trámite y el dinero llega mucho después, quizás un año y medio tarde. Vos ya hiciste la obra buscando sponsors por tu cuenta. Debería existir un sistema específico para este tipo de producciones, para poder planificar la obra sobre la base del dinero que salga”, comenta Pashkus.
“Sonríe y el mundo sonreirá contigo”, decía Max Bialystock en Los productores. “Buenos Aires es la meca de los musicales en América del Sur”, sentencia Carla Calabrese, cabeza de The Stage Company, que traerá a la Argentina Come from away, en abril de 2019, y en estos momentos está trabajando en Madrid. Para ella no hay dudas de la importancia de la Argentina en la producción de musicales de habla hispana. “En España el reconocimiento es evidente. Estamos haciendo la versión musical de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, con creativos argentinos: Sebastián Prada y yo, en la dirección general y Lucas Crawley, en la dirección musical. Pero también tenés a muchos otros argentinos en Madrid: Gaby Goldman está haciendo la dirección musical de West Side Story [dirigida también por un argentino, Federico Barrios] y de Billy Elliot; a Zenón Recalde, que es el director residente de El rey león”.
“Los argentinos nos merecemos que vengan grandes musicales, no todos pueden viajar a Nueva York o a Londres a verlos, por eso son tan valiosos los productores que siguen apostando a acercarlos a un pueblo que en medio de las crisis necesita más que nunca toda la magia y la música que aporta este género”, dice Calabrese, que va a dirigir la versión local de Come from away, un musical que a diferencia de los otros grandes títulos de Broadway que se verán acá, es muy nuevo –llegó a Broadway en
2017–, y ha sido pocas veces representado en otros países.
“La situación del país es una variable que no podemos adivinar. No obstante eso, creemos firmemente que el público sabe elegir y acompaña las obras de calidad y quién las realiza y a mi humilde opinión esta va a ser una de ellas”, dice Ángel Mahler, que se reunió con Leo Cifelli para llevar a escena Hello, Dolly!, un clásico que se hizo por última vez en la Argentina en
1996. Para Mahler, será un tributo a su mujer, Dolores, quien lo alentó a traer el espectáculo al país: “Nos entusiasmamos aún más con mi socio al ver la nueva puesta en Broadway con Bette Midler… Después de verla, pensamos que esta gran comedia musical tendría que tener su oportunidad en Buenos Aires. Por eso hicimos los arreglos necesariospara contar con los permisos y desde hace meses comenzamos con la producción con el concepto de armar uno de los mejores equipos creativos”, agrega el exministro de Cultura. Así será la Broadway argentina
A Chorus Line dará la señal de largada el 3 de enero con su estreno en el Maipo, producida por Javier Faroni. La obra de Kirkwood, Dante, Hamlisch y Kleban, uno de los más grandes éxitos de Broadway, se estrenó en 1979 y llegó a la Argentina por primera vez apenas un año después, en 1980, producida por Alejandro Romay.
Cabaret, musical de Masteroff, Kander y Ebb, cuyo origen se remonta a 1966, pero que se hizo mundialmente conocido por su versión cinematográfica en 1972, protagonizado por Liza Minnelli, tuvo su última versión argentina en 2007 con Alejandra Radano y Karina K, como Sally Bowles. La versión, con producción de Gustavo Yankelevich, y con Florencia Peña como protagonista, se estrenará en abril, posiblemente en el Teatro Liceo.
Hello, Dolly!, que este año tuvo su regreso en Broadway a cargo de la gran Bette Midler, se hizo por última vez en Buenos Aires en 1996, con Nati Mistral como Dolly, el rol que en la nueva versión que dirigirá Arturo Puig tomarían sucesivamente Natalia Oreiro, Claudia Lapacó y Lucía Galán. Se estrena en abril en el Teatro Astral.
Hair, obra de culto sobre la libertad y la inclusión, llega en un momento muy atinado a la Argentina, cuando se está luchando por leyes que respeten derechos de género, identidad sexual e igualdad. Se estrenó en Broadway en 1968 y fue un grito de la juventud para pedir por un lugar mejor, el amor libre, y un no rotundo a la violencia de género, el racismo y la homofobia. Se hizo por primera vez en la Argentina en 1971, con Valeria Lynch, Susan Ferrer, Mirta Busnelli y Rubén Rada. Ahora subirá a escena en el Konex el 3 de mayo, con un elenco de 30 artistas, elegidos en audiciones abiertas, encabezados por Agustín Ianonne, Diego Rodríguez, Mariel Percossi y Belén Ucar, entre otros.
Come from away, llegó a Broadway en 2017 y recibió siete nominaciones al Tony, de las que ganó en la categoría mejor director. Cuenta la historia del 11 de septiembre de 2001 desde otra perspectiva: ese día, al cerrarse las fronteras de los Estados Unidos por el ataque a las Torres Gemelas, cientos de vuelos fueron desviados en Canadá a la ciudad de Gánder, que tuvo que adaptarse para recibir a miles de refugiados. La historia de cómo los ciudadanos trabajaron en conjunto para ayudar a los pasajeros “atrapados” allí habla de la solidaridad intrínseca al ser humano cuando todo parece indicar lo contrario. Hasta ahora su recorrido internacional solo la llevó a Australia y se pondrá en escena en Dublín y Londres en los próximos meses. A Buenos Aires llegará en abril, dirigida por Carla Calabrese en el Maipo. La protagonista sería Melania Lenoir.
La llamada, de los españoles Javier Ambrossi y Javier Calvo, es un musical juvenil que arrasó en Madrid y llega de la mano de Pablo del Campo y Mariano Pagani. Se trata de un proyecto de menor escala, con pocos actores, que probablemente suba a escena en el Metropolitan Sura en abril.
Casi normales, obra que cumplió siete temporadas en el teatro porteño y tiene fanáticos acérrimos, volverá en 2019 con producción de Javier Faroni, y las actuaciones de Laura Conforte, Martín Ruiz, Manuela del Campo y Guido Balzaretti. Todavía no está definido si su nueva sede será Buenos Aires o Mar del Plata.
Sugar, de Peter Stone, se estrenó por primera vez en la Argentina con Susana Giménez, Ricardo Darín y Arturo Puig en 1986 y marcó un antes y un después. Por eso su regreso, 30 años más tarde, con producción de la propia Susana y Gustavo Yankelevich, todavía provoca ovaciones. Tras una temporada exitosa con Griselda Siciliani como Sugar, fue reemplazada por Laurita Fernández a mediados de este año y será ella quien lidere el elenco en el verano marplatense.
La jaula de las locas, un clásico de la comedia francesa, tiene un antecedente inolvidable en la historia del teatro local: la versión de 1986 de Carlos Perciavalle y Tato Bores. Ahora volverá a Mar del Plata con Cecilia Milone y Nito Artaza para dar el pistoletazo de partida a la temporada de verano en el Teatro Mar del Plata, a partir del 20 de diciembre.
La dama de la rosa será el título del nuevo musical de Pepe Cibrián Campoy, que se estrenará en abril en teatro a definir, protagonizado por él mismo, con Rita Terranova y María José Demare, y música de Santiago Rosso.
Viva la vida, el musical basado en las canciones de Palito Ortega, llegará al Lola Membrives con dirección de Valeria Ambrosio en enero, con Natalia Cociuffo, Jorge Martínez, Nora Cárpena, Rodolfo Ranni y elenco.