Salvini usa un salvaje crimen para intentar hacer pie en Roma
Visitó un barrio periférico donde un grupo de inmigrantes asesinó a una joven
ROMA.– La terrible historia de Desirée Mariottini, una chica de 16 años que murió hace una semana tras ser drogada y violada durante horas por un grupo de africanos en un edificio abandonado de esta capital, no solo causó conmoción en Italia. También significó el comienzo de la campaña electoral de Matteo Salvini para conquistar Roma, una ciudad cada vez más marcada por el caos, la inseguridad y la degradación.
Por el horrible asesinato de Desirée ya fueron detenidas cuatro personas, el último, ayer. Se trata de africanos sin papeles: un nigeriano, dos senegaleses y un hombre oriundo de Gambia.
Desirée, una adicta que vivía en Cisterna di Latina –ciudad de 37.000 almas de la periferia sur de Roma– había ido el jueves pasado, como en otras oportunidades, a un edificio abandonado de la Via dei Lucani, en el histórico barrio de San Lorenzo, lugar conocido por ser un virtual mercado de drogas. Allí fue hallada al día siguiente muerta, después de haber sido violada durante varias horas por un grupo de hombres que, antes, le hizo consumir una “bomba” de estupefacientes que le habría provocado un paro cardíaco.
Salvini, el hombre fuerte del actual gobierno populista, ministro del Interior y viceprimerministro, y líder de la Liga, enseguida prometió que el caso no iba a quedar impune. “No es soportable ver a una chica drogada, violada y asesinada en el corazón de Roma”, clamó.
“Fue capturado en Foggia el cuarto gusano que habría violado y llevado a la muerte Desirée. Se trata –oh, casualidad– de un inmigrante clandestino. ¡Para él, como para los otros tres, cárcel dura y a casa!”, se exaltó ayer, tras conocerse el arresto del cuarto hombre implicado.
Milanés de 45 años, Salvini convirtió a su partido, antes llamado Liga Norte y enfocado en la separación del norte rico del sur pobre y crítico de la “Roma ladrona”, en una agrupación nacional que, según los sondeos, hoy es el más importante de Italia, con cerca del 32% de las preferencias.
En el marco de este caso que conmocionó a la opinión pública, como no podía ser de otra manera el miércoles pasado Salvini visitó el barrio de San Lorenzo, escenario de la tragedia. Tradicional feudo de la izquierda, fue recibido por abucheos, silbidos y protestas. Pero también por aplausos de amas de casa, residentes y comerciantes que se sienten abandonados, que le reclamaron seguridad, mano dura. “¡Dale Matteo, mano dura! ¡Sos el primer político que viene!”, le gritaron.
Salvini, que dejó una rosa blanca y rezó en la puerta del edificio donde fue salvajemente abandonada Desirée –tras ser drogada y violada–, aprovechó la ocasión para dejar en claro que busca hacer pie en Roma. La capital está gobernada desde 2016 por Virginia Raggi, alcaldesa del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el partido con el cual Salvini formó un gobierno de coalición.
Pese a esta alianza, Salvini atacó sin piedad a Raggi, considerada por todo el mundo la responsable de la debacle de Roma, una ciudad cada vez más sucia, desordenada, caótica e insegura. “Esperaba más del M5E en Roma... Como todos los romanos, esperaba un cambio”, disparó el líder de la Liga, resumiendo la sensación generalizada de los habitantes de la “ciudad eterna”, cada vez más indignados por su decadencia.
Enfurecida, Raggi enseguida replicó que “la Liga probablemente no conoce Roma”, ya que “no solo San Lorenzo es un barrio difícil” y reclamó una acción del Estado más incisiva y más presencia policial. “Voy a acompañar yo al ministro a conocer Roma”, agregó la alcaldesa.