El olvido de la Unesco
No era suficiente para la Unesco atribuir a Jerusalén y el Muro de los Lamentos como una pertenencia palestina, una entidad sin historia que ni siquiera es un Estado, arrasando con los derechos educativos, históricos, culturales y científicos del Estado Judío de Israel, de la religión judía y de la religión cristiana. Ahora ha decidido continuar con el burdo desconocimiento, la ignorancia supina, la profunda incultura y el afán de desdeñar la realidad inobjetable de pruebas contundentes, estableciendo que la Tumba de los Patriarcas, ubicada en Hebrón, y la Tumba de Rachel, emplazada cerca de Jerusalén, también pertenecen a los palestinos, quienes, desde 1948, han desperdiciado numerosas oportunidades para dialogar y lograr la voluntad del mundo de establecer en el territorio que va desde el mar Mediterráneo hasta el río Jordán “dos Estados, uno ya existente, con fronteras seguras y reconocidas que convivan en paz y armonía”.
El monumental olvido de la unesco ha obviado que la Tumba de los Patriarcas está más que destacada en la Biblia (Génesis, capítulo 23: 16/17/18), donde aparece el “primer contrato comercial” del universo con el cual el patriarca Abraham adquiere la tierra de la Majpelá como sepultura de su mujer, Sara, la propia y la de todos sus descendientes: su hijo Isaac y su cónyuge Rebeca, Jacob y Lea. Es de conocimiento general que tanto el Nuevo Testamento cristiano como el propio Corán musulmán basan sus creencias en la Biblia Hebrea, considerándose ambas continuadoras de su credo del Dios único y universal. Víctor Zajdenberg viczaj2@yahoo.com.ar