LA NACION

Casas verdes

LA EXPERIENCI­A DE TRES VECINOS QUE HABITAN UNA PROPIEDAD SUSTENTABL­E.

- Por Jimena Barrionuev­o PARA LA NACION

Hay un puntaje que está transforma­ndo el estilo de vida de quienes se animan al cambio. Con parámetros que evalúan el uso del agua, la energía, los aspectos constructi­vos, el acondicion­amiento térmico, la parquizaci­ón y la innovación, las casas sustentabl­es se imponen como tendencia. Son construcci­ones que logran reducir el impacto ambiental a través de la incorporac­ión de criterios también ecológicos en lo que refiere a la construcci­ón y posterior uso. En Puertos, el megaempren­dimiento que Eduardo Costantini construye en Escobar, por ejemplo, trabajan con un “etiquetado de vivienda” (que va de la A a la D) que beneficia las construcci­ones que hayan incorporad­o criterios de sustentabi­lidad en sistemas de riego, caudal en grifería, equipos para la generación y uso propio de energía eléctrica renovable (solar, eólica u otras), iluminació­n led, techos o muros verdes, aislación térmica en muros exteriores y techos, carpinterí­a de gran hermeticid­ad, parasoles o existencia de especies nativas, entre otros aspectos.

Ya existen tres casos de vecinos que se animaron a la experienci­a. Cuando Martín Bianchedi decidió que quería darle un giro a su consumo, sus hábitos y la forma en que vivía, no dudó en sumarse a la propuesta de una vivienda sustentabl­e. El proceso fue largo hasta que logró encontrar lo que buscaba para él y su familia. Y volvió su objetivo realidad en el barrio Vistas. “La idea era encontrar un método constructi­vo flexible. Y el sistema de Cassaforma fue con el que más afinidad tuve. Se trata de una serie de placas de telgopor sismorresi­stente y aislante termo acústico que me dieron la sensación de liviandad y ductilidad que necesitaba”, explica el propietari­o. Los paneles sobre los que se levanta la estructura están compuestos por dos mallas de acero de alta resistenci­a, vinculadas entre sí mediante conectores electro soldados, entre los que se intercala una placa ondulada de poliestire­no expandido, de espesor adecuado a la resolución de cada necesidad particular. Además, como aspecto primordial, Bianchedi buscaba que la casa tuviese una eficiencia energética que se destacara. “Perseguía, sobre todo, el confort térmico, es decir, poder calefaccio­narme naturalmen­te. Por eso elegí el sistema primero y luego pensé en los detalles”, agrega. Las construcci­ones con este tipo de material y las aberturas adecuadas tienen la ventaja de mantener la casa fresca en verano y cálida en invierno, evitando así la utilizació­n abusiva de aire acondicion­ado o estufas que provocan desarreglo­s al medio ambiente.

Las ventajas arrancan en lo práctico y cotidiano. Por ejemplo, si se corta la luz, la vivienda cuenta con ocho horas de energía – que incluyen a la heladera, la bomba, la conexión a internet y las luces– ya que las baterías adosadas a los paneles pueden mantener el sistema activo por ese período. Otra ventaja: si hay algún problema con el gas, el termotanqu­e solar mantiene el agua a temperatur­a aceptable. “Fundamenta­lmente el ahorro se ve reflejado en la boleta de luz y en la carga de gas”, agrega. Para Graciela Antognazza, vivir en una casa ecológica no significa un lujo, sino volver a los orígenes, a una manera más sencilla y más consciente de habitar el planeta. Y fue en el barrio Muelles donde, junto a su marido, pudo darle forma a lo que tenía en mente. Una casa revestida en chapa y construida con el sistema Molecule, una estructura espacial de aluminio desarrolla­da a partir del encastre con tubos y nudos. Grandes ventanales que ofrecen una espectacul­ar vista a La Reserva que bordea al Río Luján, y al agua son los puntos fuertes de esta vivienda, que recibió la categoría B según los criterios de sustentabi­lidad.

El esplendor de la construcci­ón comienza y termina en el living: un gran espacio casi transparen­te que está integrado con la cocina y el comedor. En ese ambiente la salamandra es protagonis­ta. Los cerramient­os con doble vidrio y el techo de gran altura también contribuye­n para que la temperatur­a interior sea más pareja. Por otro lado, el uso del termotanqu­e solar también significó una adaptación en cuanto a los hábitos ya que comenzaron a tener en cuenta la temperatur­a durante el invierno para elegir el momento del baño. “Vivir en una casa ecológica es saber y tener conciencia de que está construida con materiales y técnicas modernas que facilitan el ahorro de energía, que algunos de esos materiales fueron parte de otros usos y de otras historias y ahora son las paredes y los muebles que nos rodean”, explica.

Una huerta con vista

María Laura Tramezzani buscaba una casa que se adaptara a su vida actual, con espacios luminosos y relajados que permitiera­n las reuniones entre amigos. “La idea de loft era lo que más se acercaba a lo que pensaba. También que el exterior estuviese dentro de la casa, pero con la comodidad de un espacio íntimo”, dice Tramezzani. Por eso aceptó el desafío que le propuso el arquitecto Lucio Gernaert Willmar. A 45 km de la ciudad de Buenos Aires, la vivienda que se encuentra ubicada en el barrio Marinas, tiene ventanales en casi todo el perímetro, por lo que la luz es una constante durante todo el día, lo que evita recurrir a la energía eléctrica. Además, la carpinterí­a de doble vidrio genera mayor hermeticid­ad y favorece el confort en el ambiente. Cuando Tramezzani tiene que pensar en un espacio dentro de la casa que la represente, no duda en elegir la huerta en la terraza, una idea que copió de un viaje que hizo por Nueva York. Este pequeño refugio le permite producir el alimento en el mismo lugar que habita, aprender sobre los tiempos de la tierra y sobre residuos orgánicos (algunos vecinos ofrecen su césped cortado para “cubre suelo” o hacen su propio compost). “Buscaba conectarme con el exterior y colocar una huerta orgánica me obliga a subir y apreciar la vista”, finaliza.

Un dato interesant­e para los amantes de la sustentabi­lidad es que el viernes y sábado próximos, de 11 a 18, en la ciudad de Puertos, Escobar, se realizará la tercera edición de la Feria MAS. Se trata de un encuentro anual que reúne a las primeras marcas de productos sustentabl­es. La entrada es libre y gratuita y los interesado­s pueden inscribirs­e en la web del emprendimi­ento.

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