Macri despide hoy al barco regasificador
Después de diez años, zarpará del puerto de Bahía Blanca el buque que costaba US$150.000 diarios
Con la presencia del presidente Mauricio Macri, hoy se concretará el retiro del barco regasificador Excélsior, en el Puerto de Bahía Blanca. La partida del buque significa el final del proceso de importación de combustible iniciado en junio de 2008, con el que se suplía la falta de producción nacional, a un costo promedio que alcanzaba los US$150.000 diarios. Además del costo del GNL importado, los costos de uso del barco regasificador durante estos años sumaron US$1262 millones, que el Estado pagó por su alquiler y operación.
Los barcos regasificadores convierten el gas natural licuado proveniente de los buques metaneros –donde está en estado líquido– a su estado gaseoso para ser inyectado a la red nacional para su distribución. El gas natural licuado se utiliza para abastecer los picos de demanda, por lo general en el invierno, cuando la producción local no es suficiente.
En junio de 2008 amarró en Bahía Blanca el primero de estos buques y tres años después lo hizo uno similar en el puerto de Escobar. La importación creció haciendo pico en los años 2013 y 2014. Se pasó de importar seis barcos de gas natural licuado en 2008 a 42 en 2013 solo en el puerto bahiense.
El contrato de locación de obra de regasificación se celebró entre YPF y Enarsa mediante una carta oferta que tiene fecha del 13 de marzo de 2008. Por entonces, la empresa energética estaba conducida por Exequiel Espinoza, un patagónico que llegó a ese puesto de la mano de la relación que tenía con otro coterráneo, Cristóbal López . YPF, todavía 100% privada, era comandada por Repsol, aunque la gestión y el management eran tarea del socio minoritario, el Grupo Petersen. Sebastián Eskenazi, CEO de la petrolera, y Espinoza rubricaron aquel acuerdo.
Gran parte de ese negocio lo manejaban el entonces ministro Julio De Vido y el subsecretario de Control y Gestión Roberto Baratta, que hoy se encuentran presos.
Aún queda uno similar en Escobar, que inyecta gas al cordón urbano del área metropolitana. Este segundo buque regasificador, por ahora, mantendrá sus operaciones. “Detrás de la retirada de este barco hay mucha historia. Una historia que se inició como un paliativo temporario y que se perpetuó debido a la crisis energética que se presentaba cada invierno en nuestro país, sin políticas sanas en materia de abastecimiento y seguridad energética”, destacaron fuentes oficiales al informar la novedad.
En el Gobierno confían en que ya no será necesario seguir operando con el barco en el puerto bahiense, a partir de la nueva inyección de gas que llegará este año desde Vaca Muerta, el yacimiento no convencional en el que se basan todas las expectativas energéticas del país para terminar con los problemas de abastecimiento de los últimos años.