LA NACION

El Gobierno admite que no hay margen para avanzar con una reforma previsiona­l

Si bien se comprometi­ó con el FMI, no tiene la fuerza en el Congreso; la comisión que debería trabajar en una nueva ley aún no se conformó

- Santiago Dapelo

La reforma previsiona­l que el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) le exigió al Gobierno aún está lejos de su presentaci­ón. La Casa Rosada ni siquiera puso en funcionami­ento el Consejo de Sustentabi­lidad Previsiona­l que debería trabajar sobre un nuevo régimen previsiona­l.

Pese al pedido del organismo multilater­al de crédito, en el Gobierno reconocen que no hay margen para avanzar con un cambio profundo en lo que queda del mandato del Presidente. La reforma previsiona­l, entonces, quedará para un eventual segundo gobierno de Mauricio Macri.

Jamás se avanzó a pesar de que el entonces Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca, había convocado a fines de mayo al Consejo de Sustentabi­lidad Previsiona­l y que la Secretaría de Seguridad Social, según la resolución 255 que se publicó en el Boletín Oficial, iba a presentar un mes después la agenda de actividade­s y la nómina de los 25 integrante­s.

El objetivo, que nunca se desplegó, era que el consejo, en seis meses, genere por consenso un proyecto de ley que contenga un nuevo régimen previsiona­l, universal, integral, solidario, público, sustentabl­e y de reparto.

El argumento central para la falta de resultados fue que el cambio de gabinete generó modificaci­ones en las responsabi­lidades. Triaca, degradado a secretario de Trabajo, tuvo que ceder su injerencia en la política previsiona­l a manos de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

Cerca de Macri descartan de plano la posibilida­d de avanzar con una norma de estas caracterís­ticas. El solo recuerdo de los hechos de violencia que ocurrieron en diciembre último, cuando se trató la reforma previsiona­l que implicó el cambio de la fórmula de movilidad jubilatori­a, hace retroceder a los más osados.

“Este año y el que viene no hay posibilida­d”, reconoció ayer un integrante del gabinete nacional.

Los encargados de negociar con la oposición en el Parlamento ya avisaron a la Casa Rosada que no hay ninguna posibilida­d para dar esta batalla. De hecho, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, sufrieron las consecuenc­ias del durísimo debate por el presupuest­o en la Cámara baja.

Lo mismo piensa el líder del Bloque Justiciali­sta en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, quien ayer descartó una reforma jubilatori­a. “El año que viene la reforma previsiona­l no sale ni de casualidad”, adelantó el senador nacional por Río Negro.

Lo llamativo es que el Gobierno se comprometi­ó a evaluar el año próximo “juntamente con el personal del FMI y los actores domésticos” una reforma del sistema de jubilacion­es y pensiones a la que considera “muy necesaria”.

Desde el Gobierno, igualmente, descartaro­n cambios en el sistema de seguridad social que provoquen polémica, al menos por ahora. Cerca del titular de la Administra­ción Nacional de Seguridad Social (Anses), Emilio Basavilbas­o, aseguraron que no hay planes para elevar la edad para jubilarse ni avanzarán contra los jubilados que ingresaron en la moratoria durante el gobierno de Cristina Kirchner.

El Gobierno sí tiene previsto hacer una evaluación del sistema previsiona­l por dos variables: rezonifica­ción (evaluación por el lugar donde vive el beneficiar­io) y el socioeconó­mico (se cruzan los gastos de tarjeta crédito y nivel de ingreso familiar). Ambas están incluidas en el proyecto de presupuest­o que tiene que tratar la Cámara de Senadores y que cuenta con media sanción de Diputados.

En la carta de intención que el Gobierno suscribió con el FMI y se aprobó la última semana quedó estipulado que trabajarán para introducir mejoras en el sistema de pensiones que lo hagan “financiera­mente sostenible y más justo”. Además, el acuerdo establece la posibilida­d de vender las acciones que están en manos del Fondo de Garantía de Sustentabi­lidad (FGS) de la Anses para pagar la reparación histórica.

Aunque la letra del acuerdo con el Fondo establece la necesidad de generar cambios, lo cierto es que el Gobierno no tiene apuro. Incluso, cuando se sancionó la ley de blanqueo y se estableció que un Consejo de Sustentabi­lidad Previsiona­l debería trabajar en una nueva normativa jubilatori­a, se dio un tiempo de tres años para trabajar sin presión.

Cerca del Presidente ya tomaron conciencia de que las reformas estructura­les, entre ellas la laboral y la previsiona­l, no serán posibles de aquí al 10 de diciembre de 2019.

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