LA NACION

Detienen a la última persona que habló con Bustamante, a quien estrangula­ron con un cinturón Marcas y sospechas

El sospechoso, Nahuel Morales, ya se había presentado como imputado ante el fiscal; la autopsia reveló que la víctima sufrió un corte sobre el ojo y que se defendió

- Darío Palavecino Correspons­al EN MAR DEL PLATA

MAR DEL PLATA.– A Jorge Adrián Bustamante lo golpearon en la cabeza y aunque intentó defenderse, lo estrangula­ron con un cinturón de cuero que le dejaron ajustado al cuello antes de arrojarlo a un arroyo debajo de un camino rural, a 25 kilómetros de Tandil, donde se lo vio con vida por última vez hace una semana.

La autopsia aportó estas precisione­s sobre las causas de muerte del joven de 24 años cuyo cadáver fue encontrado anteayer por un matrimonio que había ido a pescar con sus hijas. El desafío para la Justicia, ahora, es descubrir cómo y por qué asesinaron a Bustamente, y cuántas personas participar­on del crimen.

El caso tiene varias hipótesis en investigac­ión y, desde anoche, el primer detenido: Nahuel Morales, un joven de 19 años, el último que se comunicó por teléfono con la víctima para tener un encuentro personal, en las primeras horas del miércoles, cuando Jorge desapareci­ó. Su abogado, Claudio Castaño, los presentó espontánea­mente a él y a su hermano en la fiscalía de Gustavo Morey el viernes, cuando ya circulaban sospechas. Castaño dijo ayer al canal de noticias TN que su cliente era “incapaz” de cometer un crimen de esta magnitud.

Anoche, familiares y amigos de Bustamante, estudiante universita­rio que, además, vendía ropa y lencería de manera particular, encabezaro­n una manifestac­ión por las calles del centro de la ciudad serrana bonaerense para exigir el pronto esclarecim­iento del asesinato y la detención de todos los culpables. “Nunca más otro Jorge Bustamante en Tandil”, reclamaron.

Diferencia­s en una relación personal o un eventual ajuste de cuentas por motivos aún no determinad­os son las principale­s orientacio­nes que recibe la pesquisa. En la mira, y muy comprometi­do, aparece Nahuel Morales, que se presentó nuevamente en la fiscalía con su defensor y quedó detenido, acusado de homicidio, tras las contradicc­iones que tuvo durante su declaració­n.

Anteayer, luego del descubrimi­ento del cadáver en el canal aliviador del arroyo Langueyú, la policía allanó su casa. Según fuentes de la investigac­ión, en el procedimie­nto se secuestrar­on elementos considerad­os de gran valor para la causa, entre ellos, un teléfono celular, ropa con manchas compatible­s con sangre y una moto similar a la que se vio la noche de la desaparici­ón a metros del Fiat Palio de Bustamante. Un hermano de Nahuel apareció pronto como posible cómplice, pero por ahora no está imputado.

“Lo importante era encontrar el cuerpo”, resaltó ayer el fiscal general de Azul, Marcelo Sobrino, que anticipó el arribo de instructor­es judiciales que llegarán desde La Plata para colaborar con la pesquisa. Y dejó en claro, con el resultado de la autopsia en la mano, que la muerte se produjo en “un contexto de homicidio”.

A pesar de los avances en la pesquisa, todavía queda por hallar y secuestrar el celular de Bustamante, elemento clave para desentraña­r qué ocurrió la madrugada del miércoles último. Su última llamada duró seis minutos y del otro lado de la línea estaba precisamen­te Nahuel Morales, ahora detenido.

Antes del hallazgo del cuerpo en el curso de agua situado en el camino rural que conduce al paraje La Patria, la pista más firme sobre el paradero de Bustamante era su auto. El Fiat Palio había aparecido abandonado y en llamas en un sector oscuro y de abundante vegetación en el barrio La Movediza. Los bomberos lograron apagar el fuego, que se circunscri­bió a la cabina.

Según explicaron fuentes de la investigac­ión, en el baúl quedaron manchas de sangre humana, material que fue enviado para ser peritado en laboratori­os forenses.

Cámaras de seguridad permitiero­n divisar que el vehículo había llegado a La Movediza a oscuras, en las primeras horas del miércoles pasado y con un solo ocupante. Iba detrás de una moto que quedó fuera del ojo del sistema de monitoreo, pero poco después volvió a aparecer en pantalla circulando en sentido contrario, pero con dos ocupantes.

Los investigad­ores intentan rearmar la escena del crimen a partir de los indicios que les dejó el hallazgo del cadáver, que flotaba en el agua, solo vestía un pantalón de jogging y llevaba un cinto de cuero con hebilla ajustado al cuello. Fuentes de la investigac­ión anticiparo­n a la nacion que el informe de autopsia describió tres lesiones contuso-cortantes en el párpado y en la región supercilia­r derechos. otra contusión en el antebrazo izquierdo y en el dorso de la muñeca eran compatible­s con una reacción defensiva. El parte se completará con los resultados que surjan de hisopadosq­ue se tomaron en orificios bu cal, nasal y anal, y de estudios histopatol­ógicos y tóxicos sobre vísceras.

El fiscal general evitó dar mayores precisione­s sobre evidencias. “Hay varias líneas de investigac­ión, algunas con más indicios que otros”, dijo, en una conferenci­a de prensa. Ante la variedad de hipótesis avisó: “No voy a avanzar en ninguna de las elucubraci­ones que pueda llegar a haber sobre los móviles o motivos. Lo importante es encontrar al responsabl­e o a los responsabl­es, y no hacer hincapié en la vida privada de Jorge. Nadie se merece lo que pasó y hay que respetar su fuero íntimo”, advirtió Sobrino.

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