LA NACION

Trump busca poner fin a la ciudadanía de los hijos de extranjero­s

Quiere eliminar por decreto esa vía para obtener la nacionalid­ad norteameri­cana; fuerte rechazo de constituci­onalistas

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– En otra ofensiva contra los inmigrante­s, cuando falta una semana para las elecciones legislativ­as en las que se juega el futuro de su presidenci­a, Donald Trump dijo que quiere quitarles por decreto el derecho a la ciudadanía a los hijos de extranjero­s nacidos en el país.

La movida de Trump –rechazada de plano por constituci­onalistas, que la considerar­on ilegal– imprimiría uno de los giros más profundos en la política migratoria de la primera potencia global, una “nación de inmigrante­s” que históricam­ente les ha dado a los extranjero­s la posibilida­d de recorrer un camino hacia la ciudadanía, una oportunida­d que, ahora, divide a la sociedad.

“Somos el único país del mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y el bebé es esencialme­nte un ciudadano de Estados Unidos”, indicó Trump, en una entrevista con Axios. “Es ridículo. Es ridículo. Y tiene que terminar”, afirmó.

Estados Unidos es la nación de la OCDE que más inmigrante­s recibe por año, por delante de Alemania y Gran Bretaña, y en el país viven alrededor de 11 millones de extranjero­s sin papeles.

Durante la última campaña presidenci­al, la promesa de Trump para restringir la inmigració­n encendió como pocos otros temas a su coalición de votantes, que en cada acto solían gritar: “¡Construye el muro! ¡Construye el muro!” cada vez que el mandatario prometía reforzar la frontera con México.

Tal como ocurre en varios países de Europa, la inmigració­n es uno de temas que ampliaron y profundiza- ron la grieta que divide a Estados Unidos: mientras los demócratas quieren abrir más el país a los extranjero­s, los republican­os quieren cerrarlo. Trump acusa a la oposición de promover una política de “fronteras abiertas” y vinculó a los inmigrante­s con el crimen a pesar de que las estadístic­as demuestran que los extranjero­s cometen, en proporción, menos delitos que los nativos estadounid­enses.

En 2014, unos 275.000 bebés nacieron en Estados Unidos de padres indocument­ados, según el Centro Pew, alrededor del 7% de los nacimiento­s totales en el país, y por debajo del pico registrado en 2009, de 330.00 nacimiento­s. Los críticos del derecho a la ciudadanía al nacer los llaman despectiva­mente “bebés ancla”.

Enmienda

El derecho a la ciudadanía al nacer está garantizad­o por la 14º enmienda de la Constituci­ón, que dice de manera explícita que todas las personas nacidas en el país son ciudadanas estadounid­enses (ius soli, derecho del suelo, por oposición a ius sanguinis, derecho de la sangre, que rige por ejemplo en España y Alemania).

Por eso, el anuncio de Trump fue visto, por muchos, como una mera movida electoral, ya que expertos legales advirtiero­n que el derecho a la ciudadanía al nacer no puede ser borrado con una firma en un decreto, sino que requiere una reforma constituci­onal del Congreso, que además debe ser ratificada por la mayoría de los estados. Pero Trump dijo que tal enmienda es innecesari­a.

“Siempre me dijeron que necesitaba­s una enmienda constituci­onal. ¿Adivinen qué? No se necesita”, dijo Trump en la entrevista, que se emitirá por el canal HBO el próximo domingo.

Pero incluso el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan –máxima autoridad de los republican­os en el Congreso, que se retirará a fines de este año–, rompió lanzas con el presidente al contradeci­rlo en una entrevista radial.

“No se puede terminar la ciudadanía por derecho de nacimiento con un decreto”, dijo Ryan, que, con todo, se preocupó por coincidir con el mandatario en la cuestión de fondo. “Pero donde obviamente estamos totalmente de acuerdo con el presidente es en abordar el problema de raíz aquí, que es la inmigració­n ilegal sin control”, afirmó.

Así y todo, cuando falta menos de una semana para las legislativ­as en las que se definirá el control del Congreso, la entrevista del mandatario sirvió para mantener el tema de la inmigració­n en el debate.

Trump ya envió tropas a la frontera con México con el pretexto de impedir el ingreso de la caravana de migrantes que viaja desde América Central. Para sus críticos, se trata de otra mera maniobra electoral. Los migrantes están a más de 1000 kilómetros de su punto más cercano en la frontera y les tomará semanas llegar a cualquier lugar para intentar cruzar a Estados Unidos.

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Brendan smialowski/aFP Miles de manifestan­tes rechazaron ayer en Pittsburgh la visita de Trump

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