Bolsonaro hace una apuesta de riesgo y se inclina por un gabinete de expertos
El presidente electo busca inaugurar un nuevo modo de gestión, opuesto a la tradicional distribución de cargos entre políticos de partidos aliados; Sergio Moro aceptaría ser ministro de Justicia
RÍO DE JANEIRO.– La transición entre el gobierno del actual presidente, Michel Temer, y el electo, Jair Bolsonaro, se puso en marcha ayer con la llegada a Brasilia de una avanzada del equipo del líder ultraderechista, que asumirá el 1º de enero acompañado de un gabinete de expertos con el que pretende inaugurar un nuevo modo de gestión, en abierta oposición a la tradicional distribución de cargos entre políticos de partidos aliados.
“Tengo la seguridad de que no soy el más capacitado, pero Dios capacita a los elegidos”, afirmó anteanoche Bolsonaro durante una ceremonia en un templo evangelista de Río de Janeiro, al reforzar la idea de que está al frente de una “misión divina”: terminar con la corrupción política, reforzar la seguridad pública, recuperar la economía e impulsar una agenda de valores conservadores (familia, patria, propiedad, religión).
Autodefinido como una figura antiestablishment político –pese a que pasó 28 años como diputado en el Congreso–, el polémico exmilitar resaltó su visión de elegir para su gabinete a los “mejores posibles” de cada área.
“El último y único de los presidentes que intentó formar un gabinete de perfil técnico fue Fernando Collor de Mello, en marzo de 1990, y no le fue muy bien. Su gobierno, también nacido como el de un ‘salvador de la patria’, quiso romper con la tradición de distribuir poder entre las fuerzas que apoyaron su ascenso, pero rápidamente se vio con problemas de gestión y gobernabilidad, que lo desgastaron y después aceleraron su salida”, recordó a la nacion Jairo Nicolau, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en referencia a las dificultades que tuvo para articular respaldo político en el Congreso que lo salvara del impeachment por corrupción. Contra las cuerdas, renunció el 29 de febrero de 1992, horas antes de que el Senado lo condenara por crimen de responsabilidad.
Todos los demás mandatarios brasileños mantuvieron las reglas con que opera el presidencialismo de coalición: repartieron cargos en el gabinete y empresas estatales entre los partidos socios, y en el Congreso facilitaron fondos para diputados y senadores aliados, asegurándose así la aprobación de la legislación que impulsaron sus gobiernos. Bolsonaro quiere quebrar con esas prácticas que, según él, son una de las causas de la corrupción política.
“Suena muy bien, pero es una fantasía. Si no hay negociación política, no se conseguirá que se aprueben las leyes. Bolsonaro llega con un fuerte mandato, una alta popularidad que le garantiza cierta estabilidad al principio, pero también ha generado enormes expectativas que si no se cumplen rápido –sobre todo en el plano económico–, provocarán gran frustración y una rápida erosión”, apuntó Nicolau.
Confiado en su victoria en el ballottage del domingo pasado, Bolsonaro ya había adelantado quiénes serían las tres primeras designaciones, y en las últimas horas confirmó una más y otra quedaría cerrada hoy mismo.
El hasta ahora diputado Onyx Lorenzoni, de 64 años, del derechista Demócratas, fue indicado como futuro jefe de Gabinete. Se trata de un legislador de amplia experiencia –cumple su cuarto mandato–, muy organizado y con habilidad para generar consensos, que además es miembro del influyente Frente Parlamentario Evangélico.
El prestigioso economista neoliberal Paulo Guedes, de 69 años, será el superministro con responsabilidad sobre las fusionadas carteras de Economía, Planificación, Industria y Comercio Exterior. Formado en la Universidad de Chicago, fue fundador del banco Pactual, creó el think tank liberal Instituto Millenium y es socio de la gestora de fondos de inversión Bozano.
Por su parte, el Ministerio de Defensa quedará en manos del respetado general de reserva Augusto Heleno, de 71 años y excomandante de la primera misión de paz de las Naciones Unidas a Haití (20042005). Se desempeñó como agregado militar en París y Bruselas y fue también jefe del comando de la Amazonia.
Ayer, en tanto, se anunció que el teniente coronel de la Fuerza Aérea Marcos Pontes, de 55 años, será el titular de Ciencia y Tecnología. En 2006, Pontes se convirtió en el primer astronauta brasileño –y sudamericano– en ir la espacio, a bordo de la nave rusa Soyuz-TMA 8, con destino a la Estación Espacial Internacional.
Además, anoche se informó que el juez federal Sergio Moro, de 46 años y célebre por haber estado a cargo de la mayor parte de las causas de la operación anticorrupción Lava Jato, llegará hoy a Río desde Curitiba para presuntamente aceptar la invitación de Bolsonaro para encabezar el Ministerio de Justicia.
Inexperiencia
“A diferencia de la época de Collor de Mello, ahora hay como telón de fondo un sentimiento de rechazo muy fuerte a la política tradicional y el discurso de Bolsonaro, sumado a la forma inédita en que llegó al poder, atrae. Pero en el corto plazo el mayor riesgo está en el Ejecutivo, por la falta de cohesión del gabinete y con figuras que no tienen experiencia en el desempeño de cargos de gestión pública”, advirtió Rafael Cortez, analista de la consultora Tendencias, en San Pablo.
Para Cortez, a medida que pase el tiempo, los conflictos y divergencias políticas en el gabinete se acentuarán, sobre todo si Bolsonaro mantiene sus posturas más radicales en temas sociales –mujeres, gays, negros, prensa– con las que las figuras que convoque no se sienten representadas.