Crece en Francia el apoyo a una opción autoritaria en el poder
El 41% de los consultados creen que es la salida para aplicar reformas y evitar la decadencia del país; Macron sigue en picada
PARÍS.– El 41%de los franceses estarían dispuestos a aceptar un poder político autoritario, con una disminución de los mecanismos de control democrático, para evitar la decadencia del país, según reveló ayer un asombroso sondeo divulgado por el instituto Ifop.
Los resultados totalmente inesperados de la encuesta sobre Los franceses y el poder muestra igualmente que esa parte de la sociedad –cuatro de cada diez franceses– aceptaría sin problemas una disminución de los “mecanismos de control democrático”. Incluso, seis de cada diez franceses (59%) estarían de acuerdo en confiar el poder a “expertos no elegidos” para aplicar las reformas necesarias.
Pero más allá del resultado global del sondeo, los resultados por familia política también son inesperados: 23% de los entrevistados simpatizantes del partido de extrema izquierda Francia Insumisa, de Jean-Luc Melenchon, se declaran de acuerdo, como el 29% de los Verdes y el 32% de socialistas.
No obstante, la gran mayoría se identifican con el partido de la derecha conservadora Los Republicanos (LR), creado por el expresidente Nicolas Sarkozy y ahora dirigido por Laurent Wauquiez, y con el movimiento de extrema derecha Reunión Nacional (ex-Frente Nacional), que encabeza Marine Le Pen.
Si bien los resultados no ofrecen dudas, pues la pregunta de Ifop estuvo enunciada con claridad, el 41% de los franceses que se declararon a favor de un “poder político autoritario” parecen haber respondido a una cuestión mucho más preocupante.
Muchos están convencidos de que el país debe ser reformado en profundidad para evitar su derrumbe, pero que en el futuro ningún hombre político elegido mediante el voto universal podrá disponer del poder necesario para llevar a cabo esas reformas. En esas condiciones, será necesario que la conducción del país sea confiada a un poder político autoritario, aun cuando sea necesario debilitar los mecanismos de control democrático que se ejercen actualmente sobre el gobierno.
En momentos en que los líderes autoritarios son plebiscitados por los electores en los cuatro puntos del globo, “la respuesta de los franceses a la cuestión de la posibilidad de ejercer actualmente un poder democrático podría ser una de las claves que explican el avance de la extrema derecha”, opina el politólogo francés Roland Cayrol.
En todo caso, los franceses respondieron de esa forma después de considerar en forma mayoritaria (54%) que, en lugar del presidente, el poder del país está actualmente controlado por los mercados financieros y las empresas multinacionales (74% y 49%, en cada caso).
Por el contrario, el 85% consideran que “los ciudadanos y los electores” no tienen suficiente poder. Solo el 8% piensa que el poder está en manos de los ciudadanos. En cuanto a los medios de comunicación, el 13% de los sondeados están convencidos de que son ellos quienes tienen el poder en Francia.
En muchos casos, el total de los porcentajes es superior a 100%, pues algunas personas interrogadas dieron dos respuestas simultáneas, según Ifop. El descreimiento en las instituciones democráticas se manifiesta en forma transparente en el desapego que manifiestan los electores por sus principales dirigentes. El primero de esos barómetros es el nivel de aceptación de los presidentes franceses, que se desmorona cada vez con más rapidez.
La popularidad de Emmanuel Macron volvió a desplomarse brutalmente en los sondeos en octubre, llegando al nivel más bajo desde que accedió al poder, en mayo de 2017. Después de perder cuatro puntos, solo el 26% de los franceses tienen una opinión positiva del jefe del Estado, según una encuesta difundida ayer por el instituto Viavoice.
Macron pierde en todas las categorías políticas, tanto en la derecha como en la izquierda. Solo los simpatizantes de su propio partido, La República en Marcha (el 91%) siguen teniendo una buena opinión.
“Es un muy mal momento para Macron”, sostiene Frédéric Dabi, director de Ifop. Pero lo más inquietante es que en los resultados de esa encuesta “no se vislumbra ningún indicio de recuperación”, advirtió.