El hallazgo de huesos en el Vaticano reabre un misterio
Refacciones El hallazgo de los fragmentos óseos ocurrió el lunes cuando cuatro obreros que trabajaban en refacciones del edificio del casero de Villa Giorgina, sede de la nunciatura de la Via Po 27, los encontraron
Arzobispo En ese palazzo –que es propiedad del Vaticano y cuenta con extraterritorialidad– reside el arzobispo suizo Paul Emil Tscherrig, nuncio en Italia que anteriormente estuvo en la Argentina
ROMA (De nuestra corresponsal).– Un esqueleto “casi íntegro” y otros fragmentos óseos hallados bajo la nunciatura –la embajada de la Santa Sede ante Italia– volvieron a reflotar ayer esperanzas de una resolución del caso de la desaparición de Emanuela Orlandi, uno de los grandes misterios irresueltos de Italia.
Hija de un funcionario del Vaticano, Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 años, después de asistir a su clase de flauta en un centro de música que funcionaba muy cerca de la Plaza Navona. Orlandi se esfumó sin dejar rastros y nunca logró esclarecerse su desaparición, en la que a lo largo de los años, como si se tratara de una novela al estilo El código Da Vinci, se fueron entremezclando diversas pistas. Entre ellas, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), la mafia, las altas esferas de la Iglesia y la banda de la Magliana, un grupo criminal que ensangrentó esta capital en los 80 y que siempre se vio relacionado con el secuestro Orlandi.
Aunque aún deben esperarse los resultados de los exámenes de la policía forense, el hallazgo enseguida desató especulaciones de que podría tratarse de los restos de Orlandi. Más aún cuando trascendió que, tras un primer examen, el esqueleto sería de una mujer, vista la forma de la cadera.