El Mercosur y la Alianza del Pacífico propician un mercado digital regional
Qué hacer con los flujos transfronterizos de datos es hoy una de las discusiones más fuertes, en las cuales se perciben “diferencias evidentes entre las posturas de los Estados Unidos y de la Unión Europea”, señaló Maximiliano Vila, investigador de la Unsam, para quien “es importante recordar que las principales empresas tecnológicas tienen base en el país del norte y, por ende, el interés que proviene de allí es básicamente evitar cualquier restricción al libre movimiento de datos; oponerse a lo que denominan proteccionismo digital”.
Durante el encuentro sobre regionalismo regulatorio y globalización, indicó que la Unión Europea es vista como “el actor clave en promover una regulación para la protección de datos, que busca, no sin críticas ni dificultades, disminuir las asimetrías entre las empresas que controlan y procesan los datos vis-à-vis, con el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Es decir, que prefiere un modelo de regulación, pero sin llegar a los extremos del modelo de internet controlada de China”.
No obstante, aclaró que China “también está buscando globalizar sus empresas de internet y normas, algo que se enmarca dentro de los proyectos de infraestructura de la Nueva Ruta de la Seda, compitiendo así con los modelos de Estados Unidos y de la Unión Europea”.
Vila apuntó que “en términos de comercio digital/electrónico, la Alianza del Pacífico inició un grupo de trabajo cuyo objetivo principal es promover la economía digital y propiciar un mercado digital regional, con temáticas detalladas que se pueden conocer en internet; en tanto, el Mercosur apunta a algo similar, aunque el trabajo en esta área es más reciente”.
Acerca del TLC Argentina-Chile, firmado en enero de este año y aún pendiente de ser ratificado por los respectivos parlamentos, “si efectivamente prospera podría ser un modelo sobre una potencial convergencia de la AP-Mercosur, dado que cada uno de los países pertenece a estos mercados. Asumiendo la veracidad de esta hipótesis, hay puntos que a mi entender son problemáticos, al menos en el capítulo de comercio electrónico”.
Al respecto, se refirió particularmente a dos cuestiones: “Una es que se habla de ‘autorregulación en el sector privado’, en vez de dar lugar a regulaciones estatales, como las de la Unión Europea”.
La otra, prosiguió, es que se “prohíbe la exigencia de contar con infraestructura informática en el territorio de la otra parte”. Para Vila “esto es un punto polémico, porque también reduciría la capacidad de regulación del Estado sobre empresas cuyos modelos de negocios estén basados en datos, sin oficinas en el país; como el caso Uber, entre otros”.