El silencio distante
Comienza noviembre, y algo del día es para ellos. Quizás en eso piense este hombre, detenido frente a una tumba en el Cementerio General de Santiago, en Chile. Al margen de santos, difuntos o festividades de todos los muertos, cuesta saber si su postura es de recuerdo, respeto o simple, ensimismada, introspección. No sabemos si así –manos entrelazadas en la espalda, cabeza semigacha– se abisma en la memoria de un ser querido o si apenas se deja ir en una reverencia amplia y más bien anónima. Esa que siempre sobreviene en el silencio distante de los cementerios; un enigma difuso, un temor reincidente, el punto crítico donde naufraga tanta palabra.
A quién recordará –si es que recuerda– el solitario visitante del cementerio de Santiago; a quién evocará, en este instante que no es solemne, pero sí recatado como una tímida plegaria laica.