LA NACION

Luz propia

Wanchope Ábila se ganó al técnico, al plantel y a los hinchas de Boca y quiere ser campeón de América

- Texto Pablo Lisotto la nacion | Foto Soledad Aznárez

La emoción de sentirse finalista de la Copa Libertador­es con Boca no modifica su personalid­ad. Su buen humor. En la zona mixta del estadio de Palmeiras, Ramón Wanchope Ábila es tan capaz de analizar los merecimien­tos que tuvo el equipo para acceder a la gran definición de América como de bromear con los periodista­s y decirles: “Con el superclási­co van a tener que trabajar en serio”. Apenas unos minutos de diálogo con él son suficiente­s para sacar tres conclusion­es. Cuando habla, su tonada delata que es cordobés hasta los huesos. Cuando mira, la transparen­cia y la intensidad que transmiten sus ojos no dejan margen a las dudas: Wanchope es buena gente. “Muy amigo de mis amigos”, resume ante el pedido de la nacion de que se describa. Y definitiva­mente no es gordo. Es morrudo y pura fibra.

Minutos después de marcar otro gol clave para que Boca sea finalista, y antes de la primera superfinal, Wanchope comparte su sencilla fórmula para ser un hombre feliz.

–¿Por qué Boca es finalista?

– Porque fuimos superiores a todos los que nos enfrentamo­s. Eso nos hace llegar con mucha confianza. Trabajamos mucho y estamos en una final más, como la historia manda: de visitante y en Brasil. –¿Fue difícil enfocarse en Palmeiras sabiendo que ya esperaba River?

–Teníamos claro que no podíamos pensar en la final sin antes superar las semis. Entonces nos enfocamos en Palmeiras y fuimos cautos en lo que dijimos. Pero mañana ya nos llenaremos de todo eso. –¿Son consciente­s de que al estar River enfrente la final será épica?

–Está buenísimo. Estos partidos serán históricos, únicos. Es la final que todo futbolista quiere jugar. Que cualquiera que conoce la historia de este deporte quiere jugarla. Somos unos privilegia­dos, hicimos un esfuerzo enorme y estamos orgullosos por lo logrado hasta aquí. Llegamos con muchas condicione­s y muchas ganas.

Wanchope soñó desde siempre con vestir la camiseta de Boca. Y aunque cuando llegó era la tercera o cuarta opción para Guillermo Barros Schelotto, el delantero se ganó un lugar en el equipo, a fuerza de trabajo, optimismo y goles. Sus números asombran: en 28 partidos marcó 13 goles y metió 7 asistencia­s. –¿Cómo es la historia de la frase a Angelici “Presi, hágame un contrato por gol”?

–Fue en tono de broma, en medio de un cumpleaños de una hija de Carlos (Tevez). Él me preguntó cuándo iba a jugar en Boca, yo le dije que cuando él quisiera. Nos sentamos a charlar informalme­nte y ahí fue que le dije que me pague los goles porque yo estaba, y estoy, convencido de que las cosas me iban a salir bien con esta camiseta. – Vos querías llegar a Boca.

– Sí. Tenía muchas ganas. Era un sueño que tenía por cumplir y hoy lo disfruto mucho. –¿Cómo se mantiene la motivación sabiendo que aún si cumplís con tu rol de marcar goles es posible que no seas titular?

–Esta camiseta te hace estar así. La gente, la calle, los hinchas. El mismo deseo de uno de querer triunfar y de querer jugar hace que siempre estés al 100 por ciento para que cuando te toque puedas estar a la altura. Porque si te caés y un día te toca jugar y no estás preparado, vas a desaprovec­har tu oportunida­d y va a ser mucho más fácil para el entrenador no tenerte en cuenta. Es una cuestión interna y a nivel grupal: estamos constantem­ente apoyándono­s para estar todos de la mejor forma. –¿En cuánto la realidad superó los sueños previos a llegar a Boca?

– Yo deseaba esto desde hace años. Sabía que podía suceder y me tenía que preparar para poder estar lis-

to. El hecho de llegar, poder jugar y terminar siendo titular en la recta final de un torneo y ser partícipe es gratifican­te. Es por lo que uno siempre trabajó y deseó. Me preparé muchos años para este presente. Se necesita todo. Trabajo, perseveran­cia, una dosis de suerte y demostrar lo que valés en la cancha, que es lo más difícil. –El hincha te quiere, te banca, incluso cuando no te salen las cosas. ¿A vos te llega ese cariño?

– Sí. En la calle, a través de las redes sociales, en la cancha. Claro que llega. Me hacen sentir mucho el cariño y la verdad es que me reconforta porque es una retribució­n al trabajo que uno hace. Era cuestión de llegar, ponerse bien y conocer bien este mundo, que es completame­nte diferente a todo lo demás. Y después de todo eso poder rendir y que te lo reconozcan hace que todo sea mucho más gratifican­te para mí.

–A gol con –Es diferencia que muy vos. parece ¿Lo difícil sentís de fácil que otros la los así? gente hinchas jugadores, de Boca de Boca cuando te reclame se lamentan errás algo. un Sea equipo en la vaya Bombonera a jugar. Acá o en la cualquier gente te alienta, rincón te donde apoya el y eso –¿Te es jugó un plus en contra que hay llegar que aprovechar a Boca con siempre. la chapa de ser –Para amigo nada. de Porque Tevez? yo adentro del club hago mi trabajo y –Desde demuestro que vos por llegaste qué estoy a acá. él se lo ve con otro semblante, –Él está aun en la cuando última etapa no juega de su con carrera frecuencia. y uno lo tiene que es muy acompañar bueno, porque para que no disfrute. le reprocha Y el mensaje nada a nadie, que baja se entrena todo por a el la bien par de de Boca, todos que y espera es lo que cada queremos oportunida­d. todos: Y hacer –Cuando las cosas él no bien juega, por se este lo ve club. feliz si vos marcás un gol. –Eso es algo lindo, y es porque nos conocemos mucho, hemos dos queremos compartido que las mucho. cosas Hay nos un vayan cariño bien. mutuo y los –Dicen los que conviven con el plantel que sos una pieza clave, el que mantiene el buen ánimo constantem­ente. ¿Vos cómo te ves? –Yo siempre fui igual. No es que porque estoy en Boca me manejo de una manera diferente. En los lugares que estuve siempre traté de ser de la misma forma. Uno busca la manera de descomprim­ir, de liberar tensiones. Siempre las presiones vienen de afuera y no de adentro, y acá hay que hacerlo lo más llevadero posible. Y divirtiénd­ose también, porque este trabajo te obliga a estar distendido para hacer las cosas bien. – Guillermo Barros Schelotto destaca tu constante alegría y optimismo. Otro jugador quizá se bajonea o se enoja si no juega – Obviamente uno quisiera jugar siempre. Pero si no te toca estar, la vida sigue. Y hay que seguir divirtiénd­ose y riéndose. Y pasarla bien, que es lo fundamenta­l. Porque si te bloqueás con lo negativo no creo que las cosas salgan bien. –¿De alguna forma sentís que te ganaste un lugar gracias a tu optimismo? Porque cuando llegaste eras la cuarta opción de Nº 9… – Era cuestión de llegar y trabajar. Y con el trabajo uno se va ganando el respeto y la considerac­ión que fue construyen­do en su carrera. Y si encima cuando me tocó jugar creo que rendí bien, eso aumenta la confianza. –¿Es verdad que a Zárate lo volviste loco en la pretempora­da por haber dejado a Vélez y venirse a Boca? –(Se ríe) Un poquito lo gastamos, para que entre en confianza rápido.

–¿Es cierto que le pediste que te firme camisetas de Vélez para supuestos amigos tuyos hinchas del Fortín? –(Lanza una carcajada) Son formas de hacerlo entrar en el grupo, y para que se relaje, porque su llegada había sido muy caótica, con mucha tensión. –¿Sirvió? ¿Está más tranquilo?

– Sí, sí. Ya pasó todo.Por ahí su propia declaració­n lo hizo quedar preso de sus palabras, pero hay que entender que también surgen sueños y deseos, y nosotros estamos muy contentos de que esté acá. –A Tevez le pasó algo parecido cuando se fue a China. ¿Le cuesta entender al hincha que el futbolista es un profesiona­l y que es casi imposible que se quede para siempre en un mismo equipo? –Por los tiempos, sí. Tenés que ser muy exitoso y que tu club gane todo durante todo el tiempo que estés. Si no es muy complicado sostenerte o que no te venga a buscar otro club. Tal vez en otra época era más frecuente ver a un jugador en un mismo club por muchos años. Ahora, con la economía del país y con los clubes de afuera mirando constantem­ente al fútbol argentino se hace difícil que un futbolista pueda quedarse tanto tiempo en un mismo club. –Suele pensarse que el futbolista es un marciano, que vive en otra realidad y que no padece el contexto social o económico del país donde juega. ¿Qué pensás? –Obvio que no. Porque la familia nuestra también lo padece y uno trata de ayudar a los que lo rodean. Pero al mismo tiempo uno trata de enfocarse en su trabajo porque hay cosas que no te pueden desviar. Y por más que a uno le duela, no puede hacer nada para cambiar ese momento. –¿Para qué sirven las redes sociales?

–Para interactua­r con la gente, para no estar tan perdido y que la gente vea lo que uno hace. Yo lo uso más del lado profesiona­l porque a mi perfil siempre subo fotos de lo que hago. O estoy jugando o comparto momentos que se viven acá en el club, durante

los viajes. También uso las redes para informarme, para leer noticias que por ahí no ves por televisión pero sí en el teléfono, para ver al instante lo que pasa en el mundo. –¿Y ahí también notás el cariño de la gente, que quizá con colegas tuyos son más hirientes en sus comentario­s? –¡Pero también me puede pasar, eh! Es algo que genera el fútbol. Estamos en un país donde el 95 por ciento de los hombres quieren jugar a la pelota. Es un lugar privilegia­do el que ocupamos y somos un blanco fácil de críticas, y es fácil hacerlo desde tu casa. Pero hay que tomarlas como de quien viene. –¿Te imaginás yéndote de vuelta al exterior?

– Si surgiera una propuesta buena y que es convenient­e para todos, jugador y club, se arman las valijas de nuevo, sin problemas. Pero la verdad es que ahora disfruto de estar acá porque es algo que siempre deseé y no sé si se volverá a dar alguna vez en mi carrera y a la edad que tengo. Así que trato de disfrutarl­o al máximo, tratando de no pasar desapercib­ido. Ése es el objetivo. Demostrar que todo el entusiasmo uno lo tira adentro de la cancha. –Que te recuerden…

– Sí. Porque uno hizo bien las cosas, y más por ser buena gente. El hecho de llegar cada día y que todos te saluden y te demuestren afecto es invalorabl­e. –¿Entendiero­n cómo se juega la Copa Libertador­es?

–Entendimos que con esta camiseta tenés que ganar siempre. Y la Copa para la gente y para nosotros es importantí­sima, y ganarla es el deseo de todo hincha, desde enero cuando estábamos en Cardales. Hoy estamos en la final y lo disfrutamo­s. ¡Pero queremos más!

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SoLedad aznáRez “Hoy estamos en la final y lo disfrutamo­s, somos unos privilegia­dos, pero queremos más”, dice Wanchope, que cumplió un sueño al llegar a Boca
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Wanchope, todo un personaje, cumplió el sueño de jugar en Boca y quiere ser campeón

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