Un montaje de una feroz fuerza expresiva
La Wagner ya se estrenó hace ya varias temporadas, cinco, para ser preciso. Fue y vino y se despidió por última vez unas varias otras veces. Ahora mismo, acaba de presentarse en el Festival de Cádiz, España; y con esa costumbre tan suya de volver a hacerse un lugar en la cartelera porteña, los domingos de este mes, a las 21, la obra del talentoso coreógrafo Pablo Rotemberg se presentará en Espacio Callejón, la histórica sala ubicada en Humahuaca 3759 que pertenece a Javier Daulte. “Una vez más, la experimentación y la transgresión se imponen en la creación del músico y coreógrafo. En esta oportunidad, su universo se cruza con el de Richard Wagner en una obra que atrapa y desconcierta a la vez”, afirmó la crítica en este mismo diario para el momento del estreno. En esta obra carga de violencia como de un desenfadado erotismo hay cuatro piezas que son verdaderamente claves en este entramado: las bailarinas Ayelén Clavin, Carla Di Grazia, Josefina Gorostiza y Carla Rímola. Este potente cuarteto de una fuerza arrasadora es clave en esta propuesta. Las cuatro son performers de peso en el panorama de la danza
contemporánea independiente. Carla Di Grazia, por ejemplo, es la que los sábados está haciendo Todo piola, otro potente trabajo que lleva la firma de Gustavo Tarrío que se presenta en Timbre 4. Josefina Gorostiza acaba de hacer una función de Coreomanía, una creación suya, que llenó el amplio auditorio de Parque Patricios en el marco del Festival Buenos Aires Danza Contemporánea. Las otras también suelen presentar creaciones suyas en las salas alternativas de la ciudad. Ayelén Clavin, por ejemplo, esta temporada presentó Alta Lobo, te amo (una ficción
muerta). Por su parte, la destacada Carla Rímola esta misma temporada presentó Acto blanco. Da
da danza. En perspectiva, a partir del estreno de La Wagner de hace casi cinco años las cuatro jóvenes bailarines y coreógrafas se han ido transformado en intérpretes de enorme peso en el circuito porteños. Juntas, con hambre de escena vuelven a cumplir el rito de montarse sobre la música de Wagner para dar cuerpo a esta feroz propuesta coreográfica que años tras años cumple la costumbre de despedirse y de volver a la cartelera.