Connan Mockasin
11 de noviembre, en el Club Ciudad
Atrevido y excéntrico, este músico de Nueva Zelanda (al margen de la famosa Lorde, un país con una tradición pop muy rica, pero no tan conocida) llamó la atención de la crítica y también de algunos colegas famosos (Radiohead y Charlotte Gainsbourg lo convocaron para que abra algunos de sus conciertos) con su estilo indómito y reticente a las clasificaciones. Hay rémoras de jazz, soft rock de los 70 y soul sexy y delicado en su colorido repertorio, similar en términos de búsqueda y ambiciones al de otro bicho raro contemporáneo, el angelino Ariel Pink. Muchas veces las canciones de Connan Mockasin –lánguidas, etéreas, evocativas– parecen ir derritiéndose de a poco hasta recuperar súbitamente el aliento y rearmarse. Su psicodelia alienígena también sedujo por igual a colegas de diferentes generaciones (John Cale, James Blake) y ahora acaba de sumergirse en el más profundo melodrama con Jassbusters, disco editado este año que mantiene la clave letárgica que ya es su marca registrada y que recupera el surrealismo de Ween sin apelar necesariamente a la parodia. El concierto ideal para los cazadores de sorpresas.