La tensa espera de River y Gallardo
Mientras espera la sanción para las finales, Gallardo destacó a los jugadores y su cuerpo técnico: “Todos deberían disfrutar”, pidió el DT
“No tenía decidido bajar al vestuario ni mucho menos. Fue algo impulsivo, sanguíneo. No me puedo arrepentir de algo emocional. Hay que vivir esos momentos para saber qué se siente. Asumí mi responsabilidad, transgredí la norma, pero no fue desafiante hacia la Conmebol. Íbamos perdiendo 2-0, sentí que tenía que estar con mi gente y eso hice. Nada más”, dijo Marcelo Gallardo, DT de River, que espera la sanción que le aplicará la Conmebol por ir al vestuario en el entretiempo de la semifinal de la Copa con Gremio cuando lo tenía prohibido por una sanción. El DT hizo su descargo ayer y la decisión se conocerá hoy; se estima una dura pena para el entrenador. A la vez, se supo que el referí de la primera final de la Copa Libertadores, el sábado 10, a las 16, en la Bombonera será el chileno Roberto Tobar.
Son 224 los partidos del ciclo de Marcelo Gallardo, iniciado el 6 de junio de 2014. Y solo en seis de ellos, el técnico de River no pudo estar sentado en el banco de suplentes. Allí apareció la figura del salvador Matías Biscay, quien debió sostener el timón del banco ante las distintas suspensiones. Pero nunca perdió el rumbo, porque acumula cuatro victorias y dos empates como DT ocasional, con el aliciente de que dos de ellas fueron en instancias claves: 3-0 a Tigres en la final de la Copa Libertadores 2015 para alzar el título y 2-1 a Gremio en la semifinal de la presente edición. Con el pase a la súperfinal con Boca todavía sin confirmar oficialmente, y mientras espera recibir una nueva sanción de Conmebol al Muñeco (el comunicado saldría hoy cerca del mediodía), el ayudante de campo deberá volver a dirigir.
No hay nadie que confíe más en Biscay que Gallardo. Amigos desde la adolescencia que vivieron en River, hicieron juntos el curso de DT y fue la primera persona que eligió para armar su cuerpo técnico, junto con Hernán Buján, segundo asistente y otro fiel amigo de ambos.
“No me gustaría perderme esta posibilidad de estar. Pero confío plenamente en la gente que trabaja conmigo. Y en los jugadores, porque uno acompaña hasta ahí nomás. Después, los jugadores resuelven, son los protagonistas, los que toman decisiones dentro del campo. Confío al cien por ciento en ellos”, destacó ayer Gallardo en una inesperada conferencia de prensa, en la que además reflexionó sobre sus actos y pidió disculpas por haber incumplido la sanción que tenía.
“No tenía decidido bajar al vestuario ni mucho menos. Fue algo impulsivo, sanguíneo. No me puedo arrepentir de algo emocional. Hay que vivir esos momentos para saber qué se siente. Asumí mi responsabilidad, transgredí la norma, pero no fue desafiante hacia la Conmebol. Fue una situación impulsiva. Íbamos perdiendo 2-0, sentí que tenía que estar con mi gente y eso hice. Nada más”, agregó Gallardo.
Su liderazgo dentro del plantel millonario es indiscutible: es la cabeza del grupo, el guía, el emblema que continúa pese al paso del tiempo. A fuerza de trabajo, resultados positivos y un manejo que siempre destacan todos los jugadores que han pasado por su conducción, el Muñeco se ganó el respeto absoluto de los futbolistas que tiene bajo su ala y potenció la fortaleza del grupo. Cuando habla, todos escuchan con atención. Hay silencio para aprender, reflexionar y entender. No vuela una mosca. Sin importar el momento ni el lugar.
El viernes previo al último superclásico en la Bombonera, tras el entrenamiento en el predio de Ezeiza, se sentó arriba de una heladerita y habló más de 20 minutos con 12 jugadores, con las cámaras de televisión a pocos metros. Todos, también sentados, pero en el suelo, lo escucharon con atención y sin decir una palabra. Casual o buscado, las imágenes se encargaron de demostrar lo que genera.
A principios de año, en sus vacaciones en Punta del Este, el entrenador leyó “Legado”, un libro escrito por James Kerr en el que se desarrollan quince lecciones de liderazgo inspiradas en el trabajo de los All Blacks, uno de los equipos más poderosos de la historia del deporte mundial. Y no es casual: obsesivo e impulsivo, no hay demasiado tiempo para el ocio en su vida. Potenciar y mejorar su trabajo para plantearse nuevas metas es la adrenalina que necesita. Por eso, Gallardo se prepara para afrontar el gran objetivo de su vida.
“Es el desafío más importante de todos los que vamos a tener la posibilidad de vivir este acontecimiento. No es una presión, es un privilegio. Cualquiera daría todo por estar. Hay que disfrutarlo porque no se sabe cuántos más podrán tener la chance de jugar una final de Copa Libertadores con el clásico rival de toda tu vida. Es hermoso y yo quiero disfrutar. Todo el mundo debería disfrutar. Esto es lo más lindo que te puede suceder”, dijo ayer.
Ahora, por la nueva sanción, no podría dirigir en las finales. Pero lejos está de ser un problema que le carcoma la cabeza: el DT busca que su influencia esté impregnada en los jugadores día a día, no solo durante el partido. Así lo definió Franco Armani, hace unas semanas, en una entrevista con la nacion: “Es un estudioso del fútbol porque planifica muy bien los partidos, nos da las herramientas bien claras para saber qué tenemos que hacer, cómo contrarrestar al rival, cómo hacerle daño. Y eso se ve reflejado en el campo de juego: cuando salimos, todos sabemos qué tenemos que hacer. Entramos con esa idea clara que nos da él para ganar el partido y lo que dice, se da”.
Atravesando su quinta temporada en el banco de suplentes del club de Núñez, el desafío ahora será redoblar la apuesta: luego de haber superado los cruces internaciones ante Boca en las semifinales de la Copa Sudamericana 2014 y los octavos de final de la Libertadores 2015, y haber conseguido en marzo pasado la Supercopa Argentina 2017, la definición que se viene será la prueba máxima. El súmmum de las finales. Aunque, para Gallardo, nada opacará lo logrado: “Lo que se ha hecho hasta acá, nadie lo va a borrar ni te lo va a quitar. Es una historia nueva, otra página más del libro. Estará en nosotros poder seguir siendo parte de esa historia”.