La Argentina vuelve a exportar gas
Por políticas de precios más consistentes y condiciones laborales más eficientes, las inversiones en Vaca Muerta comienzan a revertir nuestra crisis energética
Acostumbrados a las malas noticias, los argentinos hemos perdido la capacidad de festejar las buenas. Sin demasiadas repercusiones mediáticas se han concretado las primeras ventas de gas a Chile. De este modo, la Argentina está saliendo de su posición de país deficitario e importador de energía.
El país retorna así a la situación previa, cuando exportaba gas, condición que perdió durante la era de los Kirchner debido a una política tarifaria destructiva que afectó severamente la producción. La consecuencia fue no solo el incumplimiento de los contratos de suministro de gas a Chile, sino además la necesidad de importar grandes cantidades de ese y otros combustibles. Paradójicamente, alguno de los gasoductos trasandinos fueron utilizados para importar gas que Chile compraba en estado líquido a otros países y que regasificaba en puerto. Estas importaciones aumentaron, así como las de gas proveniente de Bolivia y las de petróleo, fuel oil y gas oil de Venezuela. Tales compras se hicieron en general a precios elevados con fortísimas sospechas de corrupción en sus contrataciones. Recuérdese que Venezuela, cuya crisis parece no tener piso, era el espejo y el modelo a imitar frente al cual se miraba nuestra expresidenta.
Aun cuando están lejos de los niveles máximos, alcanzados hasta 2004, antes de la crisis energética del período kirchnerista, las exportaciones de gas a Chile entre el mes último y abril próximo podrían llegar a 10,5 millones de metros cúbicos diarios, de acuerdo con datos oficiales. Esto posibilitaría el ingreso de divisas por aproximadamente 38 millones de dólares mensuales, según estimaciones del sector privado.
Una política de precios más consistente y el acuerdo de condiciones laborales más eficientes han hecho posible mayores inversiones en Vaca Muerta y otros yacimientos de shale y convencionales. De esa forma se ha logrado revertir la declinación de la producción hidrocarburífera. Tratándose inicialmente de exportaciones limitadas a excedentes de períodos de bajo consumo, ya se está en la etapa de generar volúmenes permanentes. Algunas de las empresas exportadoras son YPF, Panamerican Energy, Compañía General de Combustibles, Total Austral, Wintershall y Exxon Mobil.
El presidente Mauricio Macri asistió a la despedida del barco gasificador Exemplar del puerto de Bahía Blanca, que durante un decenio canalizaba hacia las redes domésticas el GNL (gas natural licuado) importado. A través de este buque se importó gas por un valor superior a los 10.000 millones de dólares y su funcionamiento demandó del Estado alquileres por 1262 millones de dólares. Queda aún otro barco similar en Escobar, que podrá ser prescindible en un plazo relativamente corto.
El secretario de Energía, Javier Iguacel, expresó en el coloquio de IDEA que uno de los objetivos del Gobierno con respecto a Vaca Muerta es producir
260 millones de metros cúbicos de gas por día y exportar 100 millones. Será posible así emplear los gasoductos existentes para ampliar las ventas a Chile, reducir las importaciones desde Bolivia y exportar vía marítima a otros destinos.
La evolución decreciente de los costos permitirá a la Argentina operar en los mercados internacionales. Naturalmente, esto requerirá importantes inversiones para el desarrollo de los yacimientos y gasoductos de conexión y los costosos apoyos logísticos. La provisión de las arenas especiales en boca de pozo es uno de los principales desafíos debido a los grandes volúmenes requeridos. La construcción de una conexión ferroviaria ha sufrido demoras que imponen recuperar el tiempo perdido.
Los más optimistas en el sector energético estiman que la Argentina podría llegar a tener una balanza energética equilibrada en gas dentro de dos años. Este propósito requerirá un enorme esfuerzo, teniendo en cuenta que durante el período comprendido entre septiembre de 2017 y agosto de 2018, el país se vio obligado a importar
30 millones de metros cúbicos diarios de gas,
Las proyecciones para dentro de unos pocos años indican que el crecimiento de la producción gasífera en el país superará la demanda local y obligará a buscar mercados alternativos para nuestra exportación, algo que no parece ya una utopía
fundamentalmente por las necesidades de abastecer la demanda estacional del invierno, y no resulta rentable producir gas para un pico de consumo. Sin embargo, el actual déficit comercial podría revertirse exportando en los meses del verano un volumen mucho mayor que compense las fuertes importaciones del invierno.
Las proyecciones para dentro de unos pocos años más indican que el crecimiento de la producción gasífera superará la demanda local y obligará a buscar mercados alternativos para nuestra exportación, algo que no parece imposible si se considera que el mundo avanza hacia la suplantación del carbón por el gas y que no pocas economías de Europa y de Asia aún están por recorrer ese camino, ofreciendo una oportunidad para el gas argentino. Es de destacar, en tal sentido, el avance de un proyecto de YPF para licuar gas en Bahía Blanca y exportarlo al sudeste asiático desde el año próximo.
No se trata de utopías, sino de una realidad que ha comenzado a tomar forma: dejar de importar y pasar a exportar gas. Enhorabuena.