Más cemento
Durante muchos (demasiados) años tuvimos que soportar que la Cámara de Diputados de la Nación se transformara en una mera oficina en la que la mayoría kirchnerista aprobaba sin más trámite todo proyecto proveniente del Poder Ejecutivo. Otro tanto, pero con otro signo político, ocurre hoy en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde Pro y sus aliados imponen su mayoría, para aprobar casi de forma automática todo lo proveniente de la Jefatura de Gobierno. La pobreza del debate es el signo dominante en ese órgano de gobierno. Hoy el tema en cuestión es el nuevo Código Urbanístico. Se han realizado “audiencias públicas”, pero su valor es nulo, ya que dado que las opiniones allí vertidas no son vinculantes, las convierten en parodias de “democracia directa”, y solo sirven para que hagan “catarsis” los que participan.
Hay varios factores que hacen pensar que se trata de legitimar un “libre albedrío constructivo”, vinculado únicamente a la especulación inmobiliaria: la escasa publicidad que se ha dado al tema, que los vecinos no hayamos podido escuchar la opinión de especialistas, no saber si se han evaluado la capacidad de las redes de servicios, etcétera. Los ejemplos no faltan: el predio del Tiro Federal, el intento de traslado del Cenard, el supuesto traslado de la cancha de River, etcétera. Mucho cemento y poco espacio verde.
La hiperquinesia y la necesidad de figuración de nuestro jefe de gobierno no pueden llevar a que se aprueben cuestiones por mayorías circunstanciales, que por ser irreversibles deberemos soportar los ciudadanos por el resto de nuestras vidas.
Alfredo André
DNI 4.435.927