Visión de género
El domingo pasado hubo una concentración frente al Congreso para que la legislación argentina no confunda la esencia del sexo con la visión de género, que pertenece al universo de la lengua. Cada cultura tiene su lenguaje, que se ha transmitido de generación en generación. Cada lenguaje es un código compartido, cada significante tiene un significado para el entendimiento de los hablantes. Observando las diferentes lenguas vemos que la cuestión de género cambia. Femenino y masculino son palabras que no indican necesariamente la sexualidad de un individuo, el sol ni la luna no tienen sexo, pero tienen un género diferente, uno masculino y otro femenino, por convención. En cambio, en la convención de la lengua alemana el sol es femenino y masculino, la luna. En francés la convención es como la del español. En la lengua inglesa este registro con género diferente no existe. La luna y el sol tienen un adjetivo neutro (the sun, the moon). La convención de la lengua inglesa que no registra las diferencias de género masculino ni femenino, no asigna género a individuos que tienen sexo: el gato, la gata. El español, el francés y el alemán tienen la visión diferenciada de género y dentro de su lengua asignan un género diferente a individuos. Pero esta sutileza de la lengua española para el perro y el gato, que tienen su femenino, no existe para el pájaro, que es un individuo sexuado.
Es importante en la educación sexual transmitir qué es el sexo, la sexualidad humana, y no quedar entrampados en la visión de género, que es una convención de cada lengua.
Claudia Siena
DNI 11.230.646