José Chatruc: “soy un buen Conductor, pero siempre puedo mejorar”
El exfutbolista y actual panelista de televisión se declara un amante de los autos; además, afirma que es muy prudente al manejar y que en los vehículos busca espacio, confort y mucha seguridad
Con el mismo desparpajo y frescura con el que recorrió las canchas de futbol como mediocampista, José Chatruc se luce hoy como panelista del programa Nunca es tarde (NET), que se emite por el canal FOX, donde en cada intervención pone en alerta tanto a sus compañeros como a los invitados, logrando momentos muy divertidos.
Ganador de varios títulos a nivel profesional, pasó de hablar del fútbol a hacerlo sobre autos durante la presentación del SUV Lifan X70, donde aparece como la imagen del producto. José recuerda siempre con una sonrisa cómo fueron sus inicios en la conducción: “Me enseñó a manejar… No sé todavía (risas). En mi caso, fui a una academia. Tristemente tomé 10 clases y luego nos largamos a manejar junto con mi hermano y lo que hicimos fue a prueba y error”.
El primer auto que tuvieron los hermanos Chatruc fue un Fiat Uno: “Ese auto nos lo compró mi papá y siempre lo compartimos con tranquilidad
y sin discutir (risas); luego pasamos a un Mitsubishi Colt que era una novedad en ese momento (1994 o 1995) y cuando lo tuvimos era una nave, salía fuerte, lo disfrute mucho. Siempre fui probando diferentes autos, pero los orientales como el Colt tienen un andar diferente; son como más seguros y se rompen menos”, recuerda.
En cuanto a su experiencia de tener su auto propio, comenta: “Cuando en 2002 fui a jugar al Grasshopper, de Suiza, el club me dio un auto que tenía GPS. En ese momento nadie podía entenderlo o asimilarlo. Me acuerdo que estando en Suiza haber colocado en el GPS una dirección de Italia y a mí me resultaba increíble que eso nos llevara sin error hasta el destino. Fue una de mis primeras experiencias afuera, como tantas otras, soñada. Era una tecnología que hoy parece básica, pero que en 2002 era una locura”.
Este ex futbolista, padre de Benicio y Baltazar, dice que busca siempre en los autos “espacio, confort, buen andar y, sobre todo, seguridad. Me fijo mucho en esto y obviamente que esté relacionado con un precio lógico. Ahora, si se rompe algo no lo arreglo, ni cambio un neumá- tico, nada... Lo admito (risas) soy malo, soy de los que llaman y piden ¡socorro! Aclaro, he tenido que cambiar algún neumático, pero con mucha, mucha, mucha asistencia (risas)”.
Citadino por decisión, José busca para salir a la ruta vehículos que le permitan estar cómodo: “No he hecho grandes distancias en mis viajes en auto; lo más lejos que fui fue a Montevideo desde Buenos Aires y duró 8 o 9 horas. Pero para este u otro tramo más cercano en la Argentina, necesito un auto grande. Me gustan las camionetas y, claro está, con transmisión automática, ya que desde que me pasé a la automática no la cambio por nada”.
Se declara amante de los autos antiguos. “Me atraen ese tipo de vehículos, los manejo y me generan una sensación diferente. Ahora tengo una Coupé Mercedes-benz modelo 84 y estoy buscando un Chevrolet Corvette de los ochenta, el último que salió que parece como un Batimóvil. Además, tuve un Mustang. Y en estos si se daña algo tampoco le meto mano; sólo los manejo”.
Sabe de sus virtudes y también de algunas debilidades. Por eso asegura: “En seguridad y tecnología, los vehículos en la actualidad deben ofrecerme lo básico, como anclajes para las sillitas de los chicos, Bluetooth y ese tipo de cosas. Soy una persona que tiene mucha paciencia. Con hijos de 9 y 4 años sé perfectamente instalar los sistemas de retención infantil. Son fundamentales y todos los padres deberían saber cómo se hace, porque en caso de un accidente salvan la vida de los chicos. Y como soy bastante torpe, entonces la conectividad debe ser muy simple, porque me cuesta entender algunos funcionamientos”.
En cuanto al auto de sus sueños, Chatruc dice que han ido cambiando sus gustos: “Antes quería más la velocidad, lo mecánico, el sonido; ahora busco la tranquilidad. Por eso para mí hoy una camioneta está muy bien. Quiero estar cómodo y ese es mi sueño cumplido”.
Como le gusta disfrutar, se reconoce “bastante vago” y no tiene problema si otra persona quiere manejar: “Lo dejo aceptando que seguramente, lo hará bien”.
En el tránsito diario, José interpreta que “somos muy impacientes, deberíamos respetar más las normas de tránsito al manejar. Esto es un aprendizaje constante. Si bien hay cosas que colaboran para tomar conciencia, como las multas, esa no debería ser la manera. Pero lamentablemente el castigo parece que es la única forma que funciona”.
Finalmente, se sabe un conductor con criterio: “Soy un buen conductor, pero sé que siempre puedo mejorar. Mis hijos son buenos guías a seguir, son personas que me retan y me dicen no hagas esto o lo otro, si ven que hago algo que está mal; y con ellos uno se vuelve más responsable. Trato de hacer las cosas perfecto o lo mejor posible”.