El botón que resalta en el tablero,

En el tablero de control de los productores, el botón “impuestos” vuelve a sobresalir en el mando. Tiene un rojo intenso, imposible no verlo. El clima, los precios, el valor de los insumos o del alquiler, en este caso para quienes producen en campos arrendados, siempre fueron los botones que había que ir mirando para una campaña. Algunos de ellos por su propia naturaleza de incertidumbre, como ya lo viene demostrando cada vez con más fluctuaciones el clima, y otros porque dan posibilidades de ensayar ciertas estrategias para cubrirse, con, por ejemplo, las cotizaciones de los granos. Con el gobierno anterior, el tema impuestos, con las retenciones en primer orden, rankeaba alto entre las preocupaciones junto a las intervenciones en el mercado. ¿Cuánta más presión impositiva va a haber sembrando hoy, pero cosechando dentro de seis meses? La duda estaba ahí. Incluso, aparte de la carga tributaria nacional, se sumaba el temor por no saber qué iban a hacer los gobiernos provinciales con el Inmobiliario Rural o los municipios con las tasas viales. Hoy tampoco con las provincias o los municipios se termina de conocer la próxima jugada.

El gobierno de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, se ocupó de bajarle la intensidad al ruido y el color del botón “impuestos” cuando puso en 0% las retenciones al trigo, el maíz y la carne, entre otros productos. Para muchos, había quedado claro a nivel nacional el comienzo de un camino para reducir la mochila tributaria. El último indicador de

2016 del Agrimonitor, una base del BID, determinó que mientras en otros países de América Latina había índices positivos en los ingresos de los productores a causa de las políticas de apoyo de los gobiernos (como el 3,8% del indicador en Brasil), para la Argentina daba un -23,1% en el período 2012-2014.

Macri, cuando asumió, apuntó a revertir eso que reflejaba el Agrimonitor. Hubo un primer traspié en octubre de 2016 cuando se postergó una baja de

5% a las retenciones a la soja y sobrevinieron más tropezones cuando en septiembre pasado directamente se volvieron a poner retenciones al trigo y el maíz (con el esquema de $4 por dólar exportado), entre otros productos, dos cultivos que más reflejaron la recuperación de área tras la baja de las retenciones a 0% en diciembre de 2015. Cada uno logró expandirse dos millones de hectáreas desde entonces.

Cuando pensaron que era lo último, “el último esfuerzo” como dijo Macri en Jonagro, la jornada que CRA hizo en octubre pasado, reapareció el botón impositivo primero con el artículo del presupuesto 2019 que abría la chance para un 33% de retenciones sin discriminar productos y después con la quita de una exención en Bienes Personales para los inmuebles rurales. Lo primero quedó acotado a un 30% solo en soja y lo segundo se desactivó la semana pasada en Diputados.

Ahora en la agenda apareció la anunciada creación del Organismo Federal de Valuaciones de Inmuebles. Tendrá la misión de analizar procedimientos para las valuaciones fiscales con foco en que se acerquen “a la realidad del mercado”. Allí estarán sentados funcionarios y representantes de catastro de las provincias.

En el ruralismo, la creación de este ente no pasó inadvertida. Los dirigentes temen que por allí se pueda colar otra vuelta de tuerca enlapresiónimpositivaconvaluaciones que terminen impactando fuerte en el Inmobiliario Rural.

La Mesa de Enlace cree que logró ganar una batalla con el freno para Bienes Personales en el Congreso, batalla que no dio con el mismo impulso cuando volvieron las retenciones. La agrupación de las entidades gremiales siente que recuperó poder de fuego para tratar de marcar la cancha.

De sentir eso a demostrarlo en el terreno siempre hay una distancia. Pero vale el intento y ahora está puesto sobre ese organismo para las valuaciones fiscales. Dardo Chiesa, presidente de CRA, que habló por la Mesa de Enlace en la reunión en Trenque Lauquen con el Presidente en el marco de la Mesa de Cultivos Extensivos, pidió que el campo tenga un lugar en ese ente. Macri escuchó. Falta la respuesta. El sector quiere estar donde se decide. No ser un espectador. El botón “impuestos” resalta en el tablero.

El anuncio de la creación de un organismo para las valuaciones fiscales tiene en alerta al ruralismo, que busca estar allí