El Mercosur, entre el replanteo y la decadencia
El triunfo de Bolsonaro no es el único riesgo para el acuerdo regional
El Mercosur pudo escuchar, la semana pasada, una de las últimas advertencias antes de una reformulación o una crisis semejante al colapso. “No es una prioridad” para Brasil, dijo Paulo Guedes, el próximo ministro de Economía de ese país. Partidario de acuerdos directos entre países, la llegada al poder de Jair Bolsonaro precipita la necesidad de una discusión sobre el rumbo del bloque que integran la Argentina, Paraguay y Brasil hace tres décadas.
“Sin dudas el Mercosur necesita un rediseño”, considera Félix Peña, de la Fundación ICBC. Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, no cree que el Mercosur vaya a desaparecer, pero advierte que el triunfo de Bolsonaro “es solo una alarma que hay que saber ver”. En el gobierno argentino son cautos. La secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, destacó los avances del Mercosur en acuerdos con otros bloques, en particular con la Unión Europea.
La lentitud de movimientos en un mundo que transformó sus reglas y puso en cuestión los acuerdos multinacionales refuerza la idea de un cambio.
Los números vienen planteando necesidades antes que los cambios políticos en el socio principal del acuerdo comercial. Mientras que, en 2013, todos los socios exportaban US$424.479 millones, el año pasado las ventas bajaron a US$324.644 millones, según datos de la consultora Abeceb. Las ventas argentinas a Brasil también están en baja: en 2000 representaban el 25% de las exportaciones anuales y en la actualidad rondan el 16%.
Flexibilizar normas para permitir que cada país negocie por su cuenta es uno de los ejes de los cambios que se creen necesarios; qué significa el acuerdo nacido hace tres décadas